Guy Ducornet |
En septiembre de este año se cumple el cincuentenario de la muerte de André
Breton. Es el momento de recordar aquí el trabajo, excepcionalmente documentado
y certero, que Jesús González Gómez le dedicó, en 2012, a los comentarios aparecidos
en la prensa española en 1966. Dividido en varias partes, puede seguirse a
partir de la primera de sus entregas:
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John Richardson, Homenaje a André Breton |
A la vez, ya
que, debido a su funcionamiento catastrófico, no hay modo de que los correos
canarios me hagan llegar los números impresos de Peculiar Mormyrid, vuelvo a tejer algunos comentarios al estupendo
homenaje a André Breton del n. 3, consultándolo en su página.
Ya hice una
descripción general, por lo que ahora destaco una serie de contribuciones. Así,
el largo poema colectivo del Grupo Surrealista de París. El divertido relato de
la agresión bretoniana a Ilya Ehrenburg que ha hecho el gran surrealista de
Otawa Jason Abdelhadi. El precioso poema-objeto de Élise Aru “La noche del
girasol”, traslación visual del famoso poema “Girasol” de Breton. El dibujo de
Maurizio Brancaleoni “La mujer de cabellera de bosque”, junto a un poema suyo a
Breton. El poema de Alex Januário, que comienza con estos versos: “Recuerdo su
castillo de mirada salvaje / en un círculo de fuego y profundas raíces de
cristales / esculpidas por la rebelión del sueño en noches envenenadas por el
cuerpo amoroso”. La escultura-homenaje de Virginia Tentindó, con un bello texto
de Joël Gayraud en que la figura femenina es Mélusine. El dibujo Amour-fou de Rik Lina.
Élise Aru, La nuit du tournesol |
La sección de
sueños y encuentros es muy rica, y se abre con David Nadeau, a quien Breton se
le aparece vestido de explorador británico. De Craig Wilson hay dos
sueños-encuentros, uno en el sur de Illinois y otro en una gran piscina
cubierta, con las piernas bretonianas convertidas en una cola de pez gigante.
Paul McRandle juega con él en un hotel neoyorquino, allá por 1946. Mari
Brothers (precioso texto) nos traslada a la Grecia de los años 30. Joël Gayraud
refiere tanto un sueño con máscaras como un hecho de azar objetivo. Dan Stanciu
nos descubre a un Breton especialista en música moderna (“Veo en mis sueños un
disco de vinilo, el álbum de un grupo llamado WITT, cuyo solista se llama
Mills. El título del álbum es El niño
alado internacional, y las piezas grabadas están tomadas de la banda sonora
de un dibujo animado homónimo. En la contraportada del disco se puede leer un
comentario de André Breton”). Y de Jean-Pierre Guillon ha sido un acierto
extraer uno de los pequeños fragmentos oníricos de Les nuits du veilleur de nuit.
Rik Lina, Amour-fou, homenaje a André Breton |
Escasas
resultan en cambio las respuestas al “Ouvrez-vous?” actualizado a la figura de
Breton. No parece que hubiera sido difícil obtener una mayor cantidad. Yo estoy
seguro de que Breton se hubiera interesado mucho más por interrogarnos a
nosotros sobre el mundo y sobre el devenir del surrealismo que por contestar a
nuestras dudas sobre él. Entre las respuestas, por su carácter conmovedor, me
quedo con la de Penelope Rosemont: “Lo considero el mejor amigo de siempre. Sería maravilloso verlo. Quizás la mayor
influencia en mi vida. Igual que ayer, aunque hayan pasado 50 años. En el ojo
de mi mente, aún lo estoy viendo claramente, y a Toyen, y a los amigos de París”.