lunes, 29 de marzo de 2021

¡Pchkraapruts!


Atención a este estupendo ensayo de Mattias Forshage en el blog de Peculiar Mormyrid, poniendo los puntos sobre las íes, o como diría Octavio Paz “las cosas en su sitio”. Ayer mismo anunciaba la página del Centre de Recherches du Surréalisme una conferencia en que “se analizará la manera cómo el surrealismo ha sido percibido en Italia durante el período de existencia oficial del movimiento”, que es como estos académicos llaman a los años 24-69, a pesar de que ya ni siquiera son mayoritarios en la existencia del surrealismo.
Y enlace de un interesante juego reciente, en la misma página:

domingo, 28 de marzo de 2021

sábado, 27 de marzo de 2021

El surrealismo y la logia masónica Thébah


Casi a la vez que el espléndido libro sobre los sueños híbridos, me llega una obra de importancia similar, pero concerniente al rico apartado del surrealismo y el esoterismo. Se titula L’Arche utopique, ya que “arche” es la traducción de la palabra Thébah, que designa a una logia masónica existente en Francia desde 1901, a la que han pertenecido surrealistas y figuras próximas al surrealismo, principalmente a fines de los años 50 y principios de los 60. David Nadeau, quien ya había presentado sus credenciales como conocedor y explorador muy inteligente de esta dimensión trascendental del surrealismo, es a quien debemos este volumen que se une al de Patrick Lepetit, Le Surréalisme. Parcours souterrain, aparecido en 2012 y donde ya se dedicaba un capítulo a la cuestión específica del surrealismo y la masonería.
Sin duda la logia masónica Thébah es algo muy diferente de la masonería en que primero pensamos, y a la que han pertenecido y pertenecen personajes perniciosos del poder político y económico. En sentido contrario, baste señalar que de la logia Thébah formó parte René Guénon, uno de los pensadores más exigentes de la pasada centuria.
David Nadeau ha urdido un libro muy útil y de calidad excepcional. Lo ha estructurado en tres partes: la primera está dedicada a los retratos de los surrealistas asociados a la logia (algunos de los cuales se reunían por la época señalada en el cabaret Le Port du Salut, que regentaba un masón); la segunda estudia los grandes temas tratados por todos ellos; y la tercera es una antología de textos, muy completa y repleta de piedras preciosas.
La galería de retratos comienza con Henri Hunwald, alquimista y médico homeópata muy estimado por André Breton, autor de un libro sobre Paracelso y fundador con René Alleau del importante Circle Hermes. Alleau es la figura siguiente, y recuérdese que a él dedicamos aquí un homenaje con motivo de su muerte, reproduciendo muchos de sus escritos. Siguen Bernard Roger, Guy-René Doumayrou, Élie-Charles Flamand, Jean Palou, Roger Van Hecke, Jean-Pierre Lassalle y Eugène Canseliet. De Jean Palou nos hemos ocupado aquí en dos ocasiones: con motivo de la publicación de su correspondencia con Breton y con motivo precisamente del estudio que le dedicó el propio David Nadeau en la revista Ritual, Secrecy, and Civil Society (reseña que aproveché para presentar algunos de sus textos en revistas surrealistas, entre ellos el maravilloso “Presencia en Rávena”). La semblanza que se hace de Roger Van Hecke es la que tiene para mí aportaciones más novedosas; en Caleidoscopio surrealista apunté que era alguien a quien se debía tener en cuenta, pero carecía yo entonces de información suficiente para dedicarle una entrada, que sin duda merece. Lassalle es una figura que ha crecido con el tiempo, un verdadero maestro, poeta suntuoso y pensador lúcido y generoso; David Nadeau muestra conocerlo muy bien, lo mismo que a ese poeta inmenso que era Flamand. En cuanto a Canseliet, aunque no perteneció a la logia Thébah, estuvo asociado a Alleau y a Flamand (y a Jorge Camacho) y es a través de él cómo ejerce su gran influjo Fulcanelli.
La sección de “Arcanos” se divide en estos capítulos temáticos: “Lo maravilloso”, “Utopía y subversión”, “Las ciudades herméticas de Bernard Roger y Guy-René Doumayrou”, “La caballería”, “El Santo Imperio” (como opuesto al siniestro Papado) y “Sobre misteriosos herreros”, donde David Nadeau retoma su magnífico trabajo de Surrealists and outsiders en torno a la tradición iniciática representada por los dioses herreros de la antigüedad prehelénica y los lazos entre los cabiros, los pelasgos y los dioscuros. Concluye Nadeau que “la francmasonería, para ciertos surrealistas, sean o no iniciados, ha sido y continúa siendo uno de los vectores de la búsqueda de lo maravilloso y de la exploración de lo invisible”. Entre esos surrealistas francmasones se añaden los nombres de Henri Siegle, Roland Sig, Endre Rozsda, Fernand Dumont, Ithell Colquhoun, Marie-Dominique Massoni y Patrick Lepetit. Al margen de esto, ya que David Nadeau prodiga sus referencias a la alquimia, me ha extrañado una ausencia: Maurice Baskine, figura suprema del esoterismo surrealista.
La antología se abre con un ensayo de Hunwald sobre los orígenes cósmicos del pentagrama. De Alleau se recogen sus tres textos en Médium, la respuesta a la encuesta del mundo al revés en La Brèche y el ensayo en La civilisation surréaliste. De Bernard Roger sus intervenciones en L’Âge du Cinéma, Le Libertaire, la exposición Eros y L’Archibras. De Doumaryou las de Le Libertaire, Eros y Surréalisme. De Flamand poemas y artículos y textos clásicos en Médium, Le Surréalisme, Même y ­–más recientemente– Supérieur Inconnu, a donde lo convocó Sarane Alexandrian, siempre tan interesado en esta vertiente del surrealismo. Los textos de Palou, como los de Alleau, ya fueron aquí todos antologados, y muy interesante es la selección que se hace de Lassalle, quien sigue siendo un gran autor secreto.
Este es un libro de lectura apasionante y, como Rêves hybrides, un tónico maravilloso para los tiempos que corren. Las ilustraciones son numerosas y están muy bien elegidas, empezando por las de portada y contraportada: un tríptico hermético de Guy-René Doumaryou abierto y cerrado, que hace pensar en el Phantasophe-Roc de Baskine. El conjunto merecería, eso sí, una edición de más calidad, y si digo que lo ideal hubiera sido su aparición en las ediciones de Sonámbula, creo que lo dejo dicho todo.

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David Nadeau da el enlace de este ensayo de Marie-Dominique Massoni, que yo no conocía y que trata sucinta pero óptimamente la cuestión del surrealismo y el hermetismo:

martes, 23 de marzo de 2021

Sueños híbridos de Sonámbula


Desde sus orígenes, el surrealismo apostó por los poderes exaltantes del sueño, y hoy mismo no solo existen dos boletines oníricos que expresan la continuidad ininterrumpida de esa preocupación, sino que siguen apareciendo publicaciones muy notables, como la que hoy nos ocupa.
Las ediciones Sonámbula, cuyo primor en el cuidado de sus libros no es ninguna novedad, pero sí un placer renovado, data en diciembre de 2020 esta obra que pasa a ocupar un lugar ineludible en toda biblioteca onírica surrealista que se precie. Rêves hybrides es el título de este trabajo conjunto de Antoine-Vincent L’Amor y Sabatini La Siesta, “para una actividad onírica colectiva”. La originalidad del planteamiento es esa precisamente: salir del caparazón individual y dotar a la noción de egregor de una “dimensión onírica”. Los dos soñadores (¡de nombres ya de por sí oníricos!) explican en la introducción el método, practicado durante varios años, en que yuxtaponen sus sueños según una serie de afinidades, con diferentes formas de hibridación, muchas veces potenciándose los sueños entre sí, al revelar los lazos fortuitos y secretos que contienen. Sorprende el carácter unitario que descubrimos en este encuentro de mundos oníricos diferentes. Cada texto lleva un título y el collage de dos fotos que ilustran algún motivo de cada uno de los dos sueños.
No hay imagen más adecuada que la de El sueño de Puvis de Chavannes para actuar de portada: un grupo de campesinos (esa raza ya desaparecida de Occidente, que odiaba al Estado y nunca ocultó su rostro) sumidos en el sueño, una noche de luna llena, junto al mar. Acorde con ella, el prólogo de Guy Cabanel subraya el carácter poético de la investigación de L’Amor y La Siesta y la asocia a la propuesta de Ducasse y a la práctica de los cadáveres exquisitos, pero los propios autores completan este juicio enraizándose en la actitud hacia los sueños de los pueblos primordiales, esos de los que hoy está el mundo más alejado que nunca, tanto que no deja de chirriar un poco la pretensión de ir hacia un “comunismo onírico”, cuando la época hasta busca por todos los medios acabar con el propio contacto humano, o como mínimo (objetivo ya logrado) amordazarlo.
Al final se suman unos “walkie-talkies”, frases escuchadas en el sueño que se unen del mismo modo que los sueños, dando resultados chispeantes.
info@sonambula.org

Leeds, Will Alexander

Publicación del grupo de Leeds:
Will Alexander:

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Otra galería de imágenes sobre/contra la dictadura sanitaria y la actual putrefacción de la conciencia, en el vano intento de recordar que la libertad no es un derecho, sino un deber. 

domingo, 14 de marzo de 2021

Annie Le Brun

En una semana parca en noticias, me limito a apuntar este libro de Annie Le Brun, que ya reseñaré aquí:
 
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Y para celebrar el primer aniversario de fascismo sanitario y nueva subnormalidad, otra galería de imágenes:
 

jueves, 4 de marzo de 2021

Rescate de Humphrey Jennings escritor

Esta muy importante publicación de la poesía y la prosa de Humphrey Jennings, a cargo de Michel Remy y Neil Coombs, lo que le da plenas garantías, rescata sus textos dispersos en revistas de la época y una serie de inéditos:

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Este cuadro de Humphrey Jennings perteneció muchos años a André Breton:

La fábrica de perfumes, 1934

“Littérature”, n. 18, marzo de 1921

Este número de Littérature destaca por la inclusión, en sus primeras páginas, del juego “Liquidation”, en que los amigos dadaístas y futuros surrealistas calificaban a un mogollón de nombres del -25 al +20. El sistema escolar, pese a ser, obviamente, “bastante ridículo”, permitía presentar “lo más simplemente posible” su punto de vista, con la intención más de “descalificar” que de “calificar”. Se iniciaba aquí la afición lúdica del surrealismo. Yo mismo, hace ya no sé cuántos años, puse mis valoraciones a un lado de la lista, con tantos -25 como Tzara, pero también con muchos positivos altos: Cravan, Ducasse y Nerval, 19; Rigaut, Sade y Vaché, 18; Péret, 17; Chirico, Duchamp, Rimbaud y Roussel, 15; Max Ernst y Swift, 15; Arp, Bonnot, Breton, Jarry, Man Ray, Henri Rousseau, Strindberg y Van Gogh, 10... Hoy podría remozarse este juego tan sencillo.
Los nombres mejor valorados por los participantes (excluidos los de ellos mismos) fueron Chaplin, Rimbaud, Ducasse, Jarry y Apollinaire.
Hay en este número dos grandes textos: la “Novela de un joven pobre” de Rigaut y las “Ideas de un pintor”, donde Breton habla de “reencontrar los poderes perdidos”. El pintor es André Derain, con quien Breton tuvo estrecha relación, estudiada muy bien por Isabelle Monod-Fontaine en el formidable catálogo de 1991 André Breton. La beauté convulsive y por Étienne-Alain Hubert en Circonstances de la poésie. Reverdy, Apollinaire, surréalisme (2011). El artículo de Breton se incluiría en Los pasos perdidos.
 
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En las primeras semanas de marzo tuvo lugar la rebelión de Kronstadt, aplastada por el Ejército Rojo. La feroz represión basta para considerar a los bolcheviques y su cheka como unos repugnantes criminales (Trotsky, a pesar de haber estado ausente, asumiría diecisiete años después la “responsabilidad”, tildando a sus detractores de “idealistas” y “pacifistas”).
1921 fue un año de obras muy importantes que podemos considerar ya surrealistas. Se publicaron Aniceto o el panorama de Aragon, El pasajero del trasatlántico de Péret y Las necesidades de la vida y las consecuencias de los sueños de Éluard. Man Ray hizo sus primeros rayogramas y el objeto Cadeau; Marcel Duchamp su objeto Why not sneeze?; Max Ernst las pinturas Oedipus Rex y El elefante Celebes.