miércoles, 30 de junio de 2021

El humor loco de Lou Dubois

 Lou Dubois expone sus collages en La Maison André Breton:


Her de Vries, de las nieves de Alkmaar a Nadja y la Fiesta Española

Comienza el año de 2007 y Her de Vries y yo proseguimos nuestra cordial correspondencia centrada en la pasión común por el surrealismo y persuadidos siempre de que quien ama el amor, la poesía, la libertad, la revuelta... ama el surrealismo y sus incontables filones.

La carta del 8 de febrero se abre hablando de Mimi Parent. Le he enviado el catálogo de su exposición en Les Yeux Fertiles, que ella ya no ha podido ver: “Con ella hemos perdido una gran artista”, me escribe. Este catálogo, titulado Mimi Parent. Rêveuse définitive y con textos de François-René Simon y Jean Benoît, me lo había enviado a la vez desde París Guy Ducornet, por lo que, al tenerlo yo duplicado, le regalé el mío a él. También le he mandado el catalogazo canario Éxodo hacia el Sur. Óscar Domínguez y el automatismo absoluto, que contaba con buenos trabajos de Georges Sebbag, Emmanuel Guigon y Jean-Jacques Lebel, pero que sobre todo se lo hago llegar por la riqueza iconográfica. En nuestra conversación le hablo también de libros antiguos que he ido consiguiendo, como la fabulosa colección de L’Art Brut, libros “magníficos” pero que me revela ha tenido que vender hace tiempo para dar lugar a la entrada de otros, lo que nos recuerda que Her de Vries era un trabajador modesto (yo por ejemplo, con mi sinecura universitaria, no tuve nunca que desprenderme de libros).

El mentado Guy Ducornet, que por aquel entonces era un gran aliado mío, llegando a visitar con su mujer Tenerife, donde pasamos algunos días inolvidables, acababa de publicar su imprescindible Surréalisme & athéisme, que sumaba nuevas firmas a las del legendario panfleto “À la niche les glapisseurs de dieu!”, entre ellas la de Her de Vries y la mía. Me dice que este incansable trotamundos va a visitar Amsterdam y le llevará un ejemplar, y que además le está supervisando su ensayo de Fata Morgana, al no tener él confianza plena en su escritura francesa. Lo que le sorprende es que, en el catálogo Éxodo hacia el Sur, se ha encontrado reproducida la cubierta de la edición de Marsella del poema de Breton, edición original de 1941, con el dibujito de Wifredo Lam.

Esta extensa carta me informa también de las relaciones de Laurens Vancrevel con Portugal, de que yo tenía ya noticia gracias a los Textos de afirmação e de combate do movimento surrealista mundial de Mário Cesariny, un libro que, como ya he dicho en otras ocasiones, fue decisivo para mi revelación, cuando lo compré en Lisboa allá por el otoño de 1979, de que el surrealismo seguía a nivel colectivo vivo y coleando, a pesar de todo lo que me habían dicho.

No acostumbrábamos utilizar el lenguaje fático, ya que siempre íbamos al grano, pero esta carta se cierra con la información de que nieva en Alkmaar, lo que debía ser suficientemente raro como para él resaltármelo, señalando que prefería siempre los meses estivales.

Otra carta de 2007 me agradece el envío del número de La Página con un homenaje a Édouard Jaguer, “un gran amigo que echamos en falta terriblemente”: “Me he encontrado con Édouard y su mujer Simone un bello día hace una treintena de años cuando él me ha visitado en compañía de nuestro amigo común Laurens Vancrevel. Yo mantenía correspondencia con él desde hacía varios años, y él me enviaba siempre los números de Phases. Los he visto por última vez en París, hace unos diez años. ¡Qué rápido pasa el tiempo!... Simone tenía ya problemas con sus ojos, ahora muy agravados, y hoy está casi ciega”. Y esto dice de otra presencia en el número de La Página: “He tenido el gusto de ver también un retrato reciente de nuestro amigo Sergio Lima, quien se encuentra por ahora en Portugal según creo. Me hubiera gustado encontrarme con él y abrazarlo, pero por desgracia yo no puedo ya hacer tales viajes”.

No eran raros sus exabruptos cuando surgían las imposturas con el surrealismo. Como a Roterdam han trasladado la exposición de Londres “Surrealist things”, con el título de “Cosas extrañas”, dice de ella: “Una gran miseria... A excepción de algunos cuadros de Magritte, Delvaux (!!), Leonora (muy bellos) y Kamrowski, es una colección abigarrada de joyas de Dalí, de trajes de Schiaparelli, de muebles de yo no sé quién y, en fin, de toda suerte de cosas que no tienen nada que ver con el surrealismo. En efecto, era una cosa muy extraña!!”

Esta carta era doble, ya que una vez concluida una comienza otra (siempre con el sello lautreamontiano del cisne, el cangrejo y el yunque) motivada por la recepción de un nuevo paquete mío. Transcribo el inicio tal cual:

“Muy estimado amigo,

Quelle belle sorpresa, a las tres de la tarde, el sonido del timbre: un successeur du facteur Cheval avec un paquet de livres, venant des islas surrealistas!!”

Por aquel entonces yo me autoeditaba una serie de cuadernos poéticos y narrativos que luego recogí en Mares y fábulas. El titulado Póker de fuegos incluía la serie de homenajes a figuras del surrealismo “Tarot de los ases”, que no integré en aquella recopilación porque no me satisfacía mucho. Este era el dedicado a nuestro héroe, sin duda inspirado en varios de sus objetos, enviándole un personaje femenino excepcional, que era lo menos que él se merecía:

“Ha sacado de sus cajones los ojos azules –La Gran Invitada– para mejor disfrutar sus sueños de amor. Su único equipaje es un maletín lleno de nubes, que ha planchado en su plancha de corcho a la luz de la única lámpara instalada en el bosque negro. No ha perdido el gusto de las lágrimas, que fuma en su cachimba de cabeza de muñeca al acercarse al pasaje prohibido. Es una jugadora empedernida, y su última ilusión sortear el abismo sobre la cuerda funambúlica para celebrar su desafío con nuestro amigo Her de Vries”.

Aún había tiempo en esta carta para comentar cómo Franklin Rosemont le acababa de enviar su magistral obra sobre Jacques Vaché, que está leyendo y le parece “très bien”.

La carta del 17 de diciembre vuelve sobre nuestro común amigo Zuca Sardan, quien tantos días nos ha iluminado con el envío muy frecuente de sus poemas y viñetas: “Me gustan mucho sus pequeños dibujos tan bonitos y divertidos” (“Hace pequeños dibujos maravillosos y me siento muy contento cuando llega de Hamburgo una carta con nuevos dibujos”, escribe en otra misiva). Tres obras espléndidas nos ocupan en este fin de año: las Cascades de Radovan Ivsic (que sucedía a los tomos de sus poemas y de sus piezas teatrales), el tocho de Thames & Hudson dedicado a Cornell (valioso sobre todo por las ilustraciones) y sobre todo el fabuloso volumen de Xavier Canonne sobre el surrealismo en Bélgica, que respondía a todas las exigencias del surrealismo, como ocurría con los libros de Michel Remy sobre el surrealismo británico. Respirábamos de alivio y exultábamos cuando surgían estas obras irreprochables, tan difíciles y meritorias en medio de la confusión generalizada sobre el surrealismo.

Si la última carta de 2007 se cierra con el anuncio de la cuarta serie de Brumes Blondes, la primera de 2008 se abre con la noticia de otro acontecimiento vital del surrealismo en acción: la exposición organizada por Miguel de Carvalho “O reverso do olhar”. En una segunda carta de este año, Her de Vries elogia el catálogo y lamenta las insidias rencorosas de Cruzeiro Seixas: “Es lamentable que haya intentado sembrar el desorden, y que con algunas personas en París lo haya logrado. Yo creo sin duda en la buena voluntad de Miguel y poco me importa que todos los participantes sean surrealistas oficiales”, malignidad esta última que había esgrimido el artista portugués.

En el capítulo canario, como había hecho con Mário Cesariny, sigo enviándole publicaciones, como el buen catálogo sobre Juan Ismael y el collage, ya que además Juan Ismael continuaba siendo (y continúa siendo) una figura poco conocida en los medios surrealistas. Nos congratulamos por la aparición del cuarto y último tomo de las obras completas de André Breton, que algunos antibretonianos garantizaban no aparecería ya. Pero a la vez se publicó un Album Breton que dadas las informaciones de Her de Vries yo ni pedí: “Es bastante malo. No comprendo cómo Gallimard ha podido escoger un profesor que no tiene absolutamente ni idea del surrealismo ni de Breton, para hacer este álbum. Sus textos acompañando las ilustraciones son bastante malos e incluso erróneos: él dice por ejemplo que Breton habría traducido del inglés un libro de Gascoyne para decir algunas páginas después que Breton no sabía inglés”. En contraposición acababa de salir la antología del surrealismo británico Au treizième coup de minuit a cargo de Michel Remy, “quien sabe bien de lo que habla”.

Recuerdo que en mi carta le decía que un escritor portugués fiable había comentado que las únicas ferias del queso auténticas que existían en Europa eran las de la zona de la Serra da Estrela en Portugal (yo doy fe de estas, por lo que se refiere aún a los primeros años del nuevo siglo) y la de Alkmaar. Her de Vries me dice que me olvide: “Ah, el mercado de quesos de Alkmaar... No vale la pena ni hablar de él. Es simplemente para los turistas que en verano acuden en masa para contemplar a algunos hombres en uniforme y sombrero de paja dar los cien pasos con unas angarillas llenas de quesos. Para mí es un espectáculo penoso”. Echando ahora un vistazo a las repelentes imágenes de google, no puedo más que corroborar sus palabras...

El texto sobre Fata Morgana, con los detalles muy interesantes sobre la traducción americana de 1941 ya estaba disponible en el sitio de Melusine, aunque en visión fea y con solo el texto. Por suerte, Le Grand Tamanoir acabaría editándolo en impecables condiciones.

En el otoño de 2008 ya le anuncio Caleidoscopio surrealista, disponibilizándose en seguida para ayudarme con el capítulo neerlandés, aunque la colaboración decisiva sería la de Laurens Vancrevel. Todas las aportaciones y sugerencias de ambos las seguí escrupulosamente, y en esta carta ya Her de Vries me hacía unas puntualizaciones sobre Moesman, Wagenaar, Wijmans y el grupo alrededor de Theo van Baaren y Gertrude Pape.

Entre tanto, yo he recibido el primer número de la cuarta y última serie de Brumes Blondes, que constará, como las tres anteriores, de ocho números como siempre rigurosamente surrealistas y como siempre con un carácter por completo internacionalista.

Esta carta la acompaña Her de Vries de este collage-poema que me dedica al dorso, hecho sobre un desnudo decimonónico de Bruno Braquehais, el fotógrafo de la Comuna, y que titula Les eaux dormantes:

Como estamos ya en el nuevo año, no faltan las habituales felicitaciones, esta vez muy especiales:


2009 es el año en que trabaja en el libro sobre los dibujos y las cartas de Nadja. Seguimos comentando los libros más destacados que van surgiendo: el tomo 2 de A aventura surrealista de Sergio Lima, Memorabilia de Georges Sebbag, las cartas de Breton a Aube, un nuevo número de la revista surrealista de Leeds Phosphor... Por aquel entonces, Her de Vries no tenía ordenador, y creo que nunca llegó a tenerlo. ¡Héroes de nuestro tiempo! (Yo, de no haber sido por imposición laboral, tampoco lo hubiera tenido nunca.)

En una extensa carta de julio de 2010 habla de Karel Teige y se solidariza con mi tortura por la alienación futbolística, que alcanzó su paroxismo en ese país de mierda llamado España al ganar su selección el peor mundial de la historia; Her de Vries me consuela: a pesar de haber perdido la selección holandesa, lo celebraron allí como si hubieran sido campeones, me dice rematando no con dos sino con tres interjecciones. Pero lo más interesante del momento es la aparición de su cuaderno con los dibujos y las cartas de Nadja, en tirada de 49 ejemplares no comerciales.

Jugando con el título, Her de Vries me lo dedica así: “Ce ne sont pas les mots qui me manquent pour dire mon amitié à mon querido amigo Miguel P. Corrales”. Al no ser autoedición, lamento no atreverme a digitalizar estas adorables páginas de y sobre Nadja para subirlas aquí, pero sí voy a concluir con un plato fuerte, una publicación prácticamente desconocida, ya que solo se hizo una tirada de DIEZ ejemplares para los abonados de Brumes Blondes, siendo yo uno de los privilegiados: La fête espagnole, delicioso poema-collage de amor y humor tan lleno de encanto como los de los surrealistas de los años 20 que hace poco editaba Georges Sebbag y en el que la Viajera de la Noche me hace pensar en la Gran Invitada. Esta es una obra que solo pertenece al surrealismo, a su “enigma del deseo”.

En este fin de año apareció la primera edición de Caleidoscopio surrealista, La carta específicamente dedicada (23 de octubre de 2011) es tan halagadora que no voy a detenerme en ella. Dos meses después volvemos a nuestras novedades de lujo, como el número inaugural de la increíble revista L’Or aux 13 Îles y la edición en dvd de L’Invention du monde. Voy sacando también y enviándole puntualmente los tomos de Portugal. Viaje sin retorno, sabedor de que él apreciaba mucho estas imágenes portuguesas, y a la vez comienzo este blog, cuya finalidad inicial, en noviembre de 2011, era solo trabajar para la segunda edición corregida y aumentada de Caleidoscopio surrealista; luego, por rutina casi, ha continuado hasta el presente.

Y despedimos este año de 2011 con otra de sus divertidas felicitaciones:

domingo, 27 de junio de 2021

Arturo Schwarz (1924-2021)

Ha muerto hace unos días Arturo Schwarz, una figura grandísima, enorme del surrealismo, a pesar de que la reciente enciclopedia británica del surrealismo ignorara por completo su importancia. Animador, traductor, poeta, ensayista, se le deben sobre todo ensayos soberbios, de bandera, impactándome a mí sobre todo las conexiones que hizo entre el anarquismo, la alquimia y el surrealismo, pero no pudiendo eludirse los trabajos que dedicó a grandes nombres del surrealismo como Man Ray, Marcel Duchamp, Picabia, André Masson, René Magritte, Maurice Henry, Renzo Margonari y Jacques Hérold. A uno de sus libros, Arte e Alchimia, he recurrido infinidad de veces.

Arturo Schwarz fue otro de los que hicieron en 1969 caso omiso de las directrices liquidacionistas del politburó Schuster y, desafiando también al estamento universitario, vio el surrealismo como un continuum que llegaba hasta nuestros días.

Reproduzco seguidamente la entrada que le consagré en Caleidoscopio surrealista.

*

Surrealista desde que, adolescente, leyó los manifiestos de André Breton, el poeta y ensayista Arturo Schwarz nació en Alejandría, siendo expulsado de Egipto en 1949, tras varios arrestos por sus actividades trotskistas. Se establece entonces en Italia, que es donde va a convertirse en el hombre clave del surrealismo en este país, con su nombre de Tristan Sauvage, su Galería Schwarz en Milán y sus innumerables intervenciones. En 1955 contactó con París, y en 1959 publicó una antología bilingüe de poesía surrealista, con prólogo de Benjamin Péret, coincidiendo con la celebración de las “jornadas surrealistas” organizadas por él y que él mismo comentó en el n. 7 de Bief (donde además, en el n. 5, había aparecido un texto político de Tristan Sauvage). En 1960, con el título de Storia del surrealismo, tradujo las Entretiens de Breton y los Vingt ans de surréalisme de Bédouin. En 1961 organizó en su galería una muestra internacional del surrealismo, en 1967 un homenaje a Breton (desaparecido el año anterior), en 1975 la exposición “Le cadavre exquis, son exaltation” (con un catálogo que incluía testimonios inéditos de Jindrich Chalupecky, Simone Collinet, Marcel Duhamel, André Masson y Tristan Tzara) y en 1989 la magna exposición “I Surrealisti”, a partir de la cual creó la fundación s.a.d.e.

Arturo Schwarz, aparte de autor de más de veinte poemarios, es un especialista en el dadaísmo, con estudios ya clásicos sobre Marcel Duchamp y Man Ray. En 1974 publicó el libro André Breton, Léon Trotsky, obra de referencia. En 1979 hizo una encuesta sobre anarquismo y creatividad, cuyas respuestas publicó en 1981 (pasándolas a peine fino Jimmy Gladiator en Sur le Zinc, n. 32-33). En 1983, en el n. IV de Mélusine, dio a la luz un ensayo extraordinario: “El amor es el erotismo (De algunas correspondencias entre el pensamiento surrealista y los de la alquimia y el tantrismo)”, que anticipaba, un año después, el titulado “Anarquía, alquimia, tantrismo y surrealismo”, en el n. 91-92 de L’Arc. Ya en 1986, tras haber publicado L’immaginazione alchemica (1980) e Introduzione all’alchimia indiana (1984), da a la luz un volumen espectacular: Arte e alchimia, con una espléndida introducción y al final una encuesta en que intervienen, entre muchos otros, nada menos que René Alleau, Jorge Camacho, Sergio Dangelo, Enrico Donati, Christian d’Orgeix, Anne Éthuin, Wilhelm Freddie, Eugenio Granell, Jacques Hérold, Rita Kernn-Larsen, Jiri Kolar, Jacques Lacomblez, Jean-Jacques Lebel, Conroy Maddox, Marcel Mariën, Mimi Parent, Jules Perahim, Penelope Rosemont, Max Schoendorff, Max Walter Svanberg, Dorothea Tanning, Susana Wald, Philip West y Ludwig Zeller. En 1993 responde extensamente a la encuesta sobre André Breton organizada por Laurens Vancrevel y Mário Cesariny y señala su deuda enorme con Breton; me limito a transcribir un párrafo: “Yo creo que mis poemas y mis ensayos, así como las investigaciones emprendidas en los campos de la antropología, de la psicología, de los mitos y leyendas, de los textos de alquimia, del tantrismo, del taoísmo y de la Cábala han tenido todos como único fin el rodear los contornos iniciáticos de la mujer y el amor. Veo en esos sentimientos el aspecto cerebral del instinto sexual, del que el erotismo es la dimensión estética. Mis obras, tales como El arte del amor en la India y Nepal (1980), El amor es el erotismo (1983), El culto de la mujer en la tradición india (1983), La luz del amor (1984), La concepción surrealista del amor (1989), etc., probablemente no hubieran visto la luz sin la enseñanza de Breton”. En 1997, Schwarz publica otro libro fuera de serie: L’avventura surrealista. Amor e rivoluzione, anchi, con grandes ensayos sobre Duchamp, Picabia, Man Ray, Max Ernst, André Masson, René Magritte, Maurice Henry y Jacques Hérold, además de una larga entrevista y el texto sobre surrealismo, anarquismo, alquimia y tantrismo, cuatro materias fascinantes en las que Arturo Schwarz es maestro consumado; incluye también un largo ensayo sobre el grupo de André Breton y su actividad política, que puede considerarse uno de los estudios capitales en esta materia. En 2007 aparece Tutte le poesie, quasi. En 2009 organiza en Roma la exposición “Dada e surrealismo riscoperti”, con un enorme catálogo de Skira, que en 2014 lanzará un volumen dedicado solo al surrealismo: Il surrealismo. Ieri e oggi. Storia, filosofia, politica, compuesto de un largo estudio, una antología de textos sobre las distintas proyecciones internacionales del surrealismo y, en disco, un repertorio de revistas y otro de exposiciones. En 2013, el “Pequeño diccionario laico” de Mattino dolce interminabile è il suo corpo incluye unos “epitafios” dedicados a las figuras del surrealismo y a sus grandes inspiradores (Artaud, Breton, Desnos, Péret, Lautréamont, Kafka, Tanguy, Vaché, Apollinaire, Césaire, Duchamp, Fourier, Rimbaud, etc.).

“Hay una diferencia, imposible de colmar, entre la visión surrealista de la vida y del arte y su visión mundana”.

Alice Massénat: “L’Ombre à coeur”

Nueva entrega poética de Alice Massénat, en las ediciones aPa, tratándose esta vez de un poema más extenso que el anterior, y datado en 1991. De nuevo, tirada de veinte ejemplares.

Si a propósito de Au revers du tain citaba palabras de Sergio Lima, ahora quiero reproducir, ya que también a él le envié ese poema, estas de Pedro José Morillas Rosa, el único poeta español que en estos últimos años me ha agradado leer:

“Hoy me desperté temprano, para ordenar pronto todo aquello que no quiero ni ver y saqué entonces el cajón de las maravillas, de las magias pendientes y leí, lo primero, dándome la luz de las 7 de la madrugada en la frente, leí como digo a Alice Massénat: Mi perla bermeja/todo te lo ofrezco… No sé si me dio la luz del sol o la suya. ¿De dónde sale esta voz que es un amanecer en toda regla, que habla de la poesía siendo poesía, hecha de poesía, lloviéndola y posándose en su charco? Fue terminar de leerla y sentir esperanza. Pues salgo justo de un período de total oscuridad y creo que no ha habido mejor acercamiento hacia la luz tan desconcertado como yo estaba ante las cosas, tan cansado de las horas de trabajo, la falta de sueño y sobre todo, la falta de vida. Entre mis grandes proyectos, estará el traducir este Au revers du tain, si bien ya sabes que mis proyectos son más el deseo que el proyecto en sí. Lo haría siempre, para leerla verdaderamente, sin las dudas del lenguaje o más cerca de lo que dice”.

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Algunos enlaces sobre la poesía de Alice Massénat:

http://www.poesie-fertile.fr/?p=6202

http://www.tiensetc.org/alice-massenat-p13599

https://blogs.mediapart.fr/jean-claude-leroy/blog/140413/entre-vermeil-et-vertige-la-voix-d-alice-massenat

http://pierre.campion2.free.fr/albarracin_massenat.htm

https://www.en-attendant-nadeau.fr/2019/07/02/maquis-camacho-massenat-delabarre/

https://jacquesjosse.blogspot.com/2010/06/ci-git-larmoise.html

https://poezibao.typepad.com/poezibao/2007/12/le-catafalque-a.html

sábado, 26 de junio de 2021

Abominable

Lo siguiente apareció en la página de facebook de La Maison André Breton, el 5 de este mes:

“Mercredi dernier grâce au secrétaire général de notre association Sylvain Lacaze, le président de la République en visite dans le Lot a pu être reçu dans l'hôtel Rignault à Saint-Cirq-Lapopie à l'invitation du maire de la commune. Après une visite commentée de l'actuelle exposition sur le mouvement Phases par Clément Gaësler de l'Ecole du Louvre, il a paraphé le livre d'or dans la librairie de la Rose Impossible”.

“El pasado miércoles gracias al secretario general de nuestra asociación Sylvain Lacaze, el presidente de la República visitando el Lote pudo ser recibido en el hotel Rignault en Saint-Cirq-Lapopie por invitación del alcalde de la comuna. Después de una visita comentada a la actual exposición sobre el movimiento Phases por Clément Gaësler de la Escuela del Louvre, rubricó el libro de oro en la librería de la Rosa Imposible”.

¡Pobres Jaguer y Breton! Antes hubieran preferido que ardiera esta Maison a la presencia en ella de tan inmundo personaje. 

Ese Libro de Oro ya es un Libro de Mierda.

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martes, 22 de junio de 2021

Poemas de Joël Gayraud sobre las esculturas de Virginia Tentindó

Acaba de aparecer un importante poemario de Joël Gayraud, dedicado a las esculturas de Virginia Tentindó. Joël Gayraud es una de las figuras más versátiles del surrealismo actual, ya que se trata a la vez, entre otras facetas, de uno de sus principales ensayistas. Virginia Tentindó es sin duda una de las grandes escultoras del surrealismo en toda su historia.



Como se apreciará en la lectura disponible de algunas páginas, uno de los poemas está dedicado a Breton y el mito de Mélusine.

las tentaciones de la materia 1

las tentaciones de la materia 2

Mi amigo Her de Vries, entre 2002 y 2007

El año 2002 prosigue en mi correspondencia con Her de Vries intercambiando impresiones sobre el polémico libro de Alain Joubert Le mouvement des surréalistes ou le fin mot de l’histoire (con cuya perspectiva, por supuesto, coincidimos) y sobre “la horrible venta” de la subasta Breton. De viaje siempre por Portugal, le envío la foto del tranvía Novalis y la de Fernando Pessoa en una tasca del Arco do Bandeira, junto a la plaza del Rossio, “apanhado em flagrante delitro” (azulejos hechos a partir de una foto que Pessoa envió a su novia Ofélia con esa simpática leyenda), encontrando él “magnífica” esta imagen y regocijándose por “el tranvía nostálgico que me recuerda mi juventud en Amsterdam, donde existía el mismo tipo de tranvía”.

Ya en 2003 le envío la traducción que he hecho para la prensa tinerfeña de la proclama surrealista “El grimorio sin la fórmula” (sobre “la horrible venta”) y lo pongo en contacto con Mauricio Barrientos, quien le envía su libro sobre Mandrágora, mojón decisivo en la recuperación de la principal proyección surrealista en la América hispana.

Al año siguiente publiqué Disparos del archibrazo, libro de cuatrocientas fotos que ha tenido una difusión estrictamente entre amigos y que fue él uno de los primeros en recibir. Le gustan en especial las fotos de castillos (“como los del divino marqués”) y las de “monstruos de piedra”. La cueva de la Redinha le parece “un monstruo que da envidia a los monstruos de Bomarzo” (por cierto que, según una leyenda local, allí estaba la tumba de Herodes). Como la foto de la puerta de la república estudiantil de Coimbra Bota Abaixo lleva el pie “...y en Coimbra, huésped de honra de las viejas repúblicas estudiantiles. ¡Abajo todas las cadenas! ¡Viva la revolución!”, él añade un “¡Arriba las faldas, abajo los pantalones! ¡Viva la revolución!”, pero también le parece que la puerta hubiera gustado a Duchamp para su Étant donnés en el museo de Filadelfia, al igual que la otra de Ponte de Lima.

Nuestra correspondencia prosigue siempre muy cálidamente. sobre todo girando en torno a libros y exposiciones, y lamentando él no poder conseguir muchas cosas a causa de las “phinances”, lo que no le impidió tener ya por entonces cuatro o cinco mil publicaciones del surrealismo. No dejábamos pasar, claro está, lo principal, como el catálogo L’Impossible, que nos hacía asequible con toda categoría lo esencial del surrealismo yugoslavo, gustándole en especial las fotografías de Nicola Vuco. En ese año ha aparecido también el facsímil de Dyn, igualmente ineludible.

El año 2005 llega con sus habituales felicitaciones, pero tiene el añadido de anticiparme con “La pareja holandesa” su venidero libro de cajas y otros objetos:


La pareja holandesa va a ser reproducida en el número inaugural de la tercera serie de Brumes Blondes. Aparecido en diciembre de 2005, Her de Vries me lo anuncia en una carta del 5 de julio, por la que puedo saber que inicialmente pensaron titularla (él y Laurens Vancrevel) Le Petit Brumes Blondes, dado su pequeño tamaño –y supongo que evocando el Petit Cobra.


El primer número me llega con unos comentarios de otro maravilloso libro que disfrutamos él y yo a la vez: el de Laure Missir sobre Joyce Mansour, iluminación definitiva de una figura fabulosa del surrealismo y sin duda el libro que se merecía Joyce Mansour.

El 15 de enero de 2006, Her de Vries me comunica que soy el primer abonado de la nueva Brumes Blondes (¡todo un honor!) y acusa recibo del número 2 de A Phala, que ha relanzado Sergio Lima. Él tenía el número 1, casi cuatro décadas anterior: “Las antiguas revistas tendrán pues un renacimiento”, ya que lo mismo ha ocurrido no ya también con Brumes Blondes sino con Analogon, resurgida mucho tiempo después de su primer número, y que desde entonces no ha cesado de salir con la pasmosa periodicidad de tres números al año. Pero Her de Vries ha perdido el contacto con el bastante insular grupo checo y eslovaco tras la muerte de su amigo Ludvik Svab.

Hablamos también a menudo de un amigo común: el incomparable Zuca Sardan. Y de nuevas adquisiciones: los libros de Sebbag en la colección de Jean Michel Place y el catálogo Drouot de la venta Breton; en este caso, el precio elevado valió la pena, y a él le ha divertido descubrir la sorprendente fascinación de Breton por las pilas bautismales. Celebra la reedición de Crimen: “¡Hay que distribuirlo en las escuelas!”, comentario que hace pensar en la denuncia que hicieron las asociaciones de padres cuando la República porque Espinosa leía pasajes de su libro en el instituto donde impartía sus clases. Esta larga carta concluye deseándome un nuevo año “lleno de hallazgos y actividad”.

Nuestras cartas, como se ve, son un inventario de las grandes novedades que van jalonando la historia reciente del surrealismo. En la del 9 de marzo comentamos el catálogo que Emmanuel Guigon ha dedicado en el museo de Estrasburgo a uno de nuestros personajes favoritos, Arthur Cravan, y me anuncia la aparición de Debout sur l’Oeuf, mostrando su aprecio por la actividad surrealista de Miguel de Carvalho y por sus collages.

Del mismo modo, la carta del 24 de noviembre trata de la revista de Alexandrian Supérieur Inconnu y del tomazo de Henein, coincidiendo conmigo en calificar de “imbécil” la introducción de Bonnefoy a un libro extraordinario, que permitía acceder a infinidad de textos dispersos e inencontrables de un gran señor del surrealismo.

Otro de nuestros puntos en común era haber tenido como lengua de elección en los estudios medios el francés y no el inglés, que luego se haría casi exclusivo. Allá por los años 60, en efecto, los institutos españoles tenían tantos alumnos de francés como de inglés, y lo mismo parece que ocurría en los Países Bajos durante los años mozos de Her de Vries. Ello no dejó de ser una suerte para ambos, ya que esa ha sido por excelencia la lengua del surrealismo.

Un Supérieur Inconnu que le mando posteriormente, va a permitirle conocer al fin mi “apariencia”, ya que era el correspondiente al relato ilustrado con fotos que hizo Alexandrian de su visita al congreso de surrealismo en Tenerife, donde estuvieron Sergio Lima, Jorge Camacho y George Sebbag y donde pudieron haber estado Édouard Jaguer y Laurens Vancrevel, aquel fallecido poco antes, al igual que Mário Cesariny: “Ya solo nos restan algunos de nuestros viejos camaradas”, lamenta al referirse a ambos. Esta es una carta del 26 de diciembre, que registra por cierto una confusión habitual: se ha encontrado con una publicación de Espinoza y piensa que es el autor de Crimen, cuando se trata de Henrique Espinoza, artista pirenaico que estuvo relacionado con los surrealistas en los años 30. El catálogo de una exposición francesa de hace no muchos años escapó al dislate gracias a que me contactaron a tiempo, convencidos de que ambos eran el mismo.

La carta del 24 de enero de 2007 es curiosa porque anticipa dos de sus futuras publicaciones. “Uno de mis amigos ha hecho fotos de mis objetos recientemente. Estoy así en condiciones de preparar un librito del que te enviaré copia desde que lo haya fabricado”. Y también está elaborando su ensayo sobre la traducción americana de Fata Morgana, el poema escrito por André Breton en Marsella antes de exiliarse en los Estados Unidos. El libro de objetos solo saldría en 2013, y del estudio de Fata Morgana solo va a hacer una tirada de 20 ejemplares, hasta que lo edite Le Grand Tamanoir también en 2013. Esta carta concluía con palabras españolas:

“Abrazos fuertes y saludos surrealistas”.

jueves, 17 de junio de 2021

“Once upon a tomorrow...”, 4

John Richardson, La Aa -Documentos invisibles

Acaba de publicarse el cuarto número de Once upon a tomorrow..., o, dicho en galés, Un Tro Yfory... Esta vez, con motivo de una ridícula carta de propaganda religiosa colocada en el buzón de Jean Bonnin, se refrenda el añejo y honroso anticristianismo del movimiento surrealista.

John Welson, Tranquilo anochecer, 2021

miércoles, 16 de junio de 2021

“Soapbox”, Younane, Styrsky, Péret, Lemaire

Nuevo trío de Soapbox, fértil en textos, imágenes y novedades del máximo interés:

soapbox 187-189

Entre las novedades que registra, empezaré por destacar estas dos publicaciones que he pedido de inmediato, y que por tanto serán reseñadas aquí: un monográfico dedicado a Ramses Younane y la traducción francesa de los poemas de Styrsky (recientemente traducidos al inglés), en ab irato pero aún no en su catálogo:

la part du sable

poésie styrsky

Estas palabras de Ramses Younane son de 1949, pero quizás hoy sean aún más actuales, ya que esta sociedad se ha vuelto más criminal que la de 1949:

“Hagámonos totalmente inútiles... ¡Abandonemos jefe, padre y oficio! ¡Reforcemos las filas de los fuera de clases! ¡Y que nuestra locura se extienda hasta paralizar todo funcionamiento de esta sociedad criminal!”

Hace poco dábamos el enlace de un fragmento de L’invention du monde, pero ahora vemos que la película completa es asequible:

l'invention du monde

Péret es objeto de una exposición en Nantes, con publicación:


Acceso a una estupenda serie de collages de Philippe Lemaire:

collages lemaire 

*

¿Qué analista político hubiera vaticinado que el capitalismo, en su fase de plena podredumbre, adoptaría la forma de un fascismo tecnológico... y sanitario? Fascismo tecnológico todavía (ya Marcuse, en 1971, dijo: “Hoy, el terror se llama tecnología”), pero tecno-sanitario... ¡quién se lo iba a esperar!¡vaya esperpento!¡sálvese el que pueda!

galería 24


Erik Volet, "La Masquerade"

lunes, 14 de junio de 2021

Nuevo número de "Salamandra"

Amplia información sobre el número 23-24 de la revista del grupo surrealista madrileño:

https://www.gruposurrealistademadrid.org/

jueves, 10 de junio de 2021

Her de Vries: cajas y otros objetos (1963-1995)


En su carta del 9 de marzo de 2002, Her de Vries me hacía llegar un objeto maravilloso, que es sin duda uno de los mejores regalos que se me han hecho en la vida: la colección de sus cajas y otros objetos, en preciosa edición artesanal inserta en una caja de habanos con la tapa llena de sellos (expresión del internacionalismo de Brumes Blondes) y el interior tapizado de un cielo estrellado. No era una novedad, ya que llevaba la fecha de 1996. Hoy me resulta sorprendente que Her de Vries, de una tirada nominativa de diez ejemplares (la total era de treinta), tuviera aún al menos uno, que vino a parar a mis jubilosas manos... de típico fumador canario de habanos (aún hoy tengo siempre bajo la colección de libros de Fantomas una caja de puros robustos Condal de la que extraigo tres o cuatro por semana).

Cuando en 2013 Her de Vries me envía Regardez attentivement (en edición similar y tirada de veinticinco ejemplares), con las imágenes de las cajas y los otros objetos posteriores a este volumen, yo no dudo en habilitar una de mis cajas de puros para guardar esa maravilla que completaba y complementaba a la otra.

Con gran placer presento el siguiente documento de las cajas y objetos elaborados por Her de Vries entre 1963 y 1995, que regocijará a los amantes del surrealismo, ya que pocos disponen de la edición:

boîtes et autres objets

Her de Vries, tras La jugadora de ajedrez

En una extensa carta suya del 23 de abril de 2002, me habla de Granell, que había muerto el año anterior, de Esteban Francés, de Onslow Ford, de Rachel Baes, de Jane Graverol. Estas últimas han sido objeto de una exposición en Anvers, que él considera absurda, ya que Rachel Baes le parece carente de interés al contrario de Jane Graverol, a quien por cierto había conocido en una exposición de objetos de Marcel Mariën. Le he dicho que su caja de puros la he situado entre Crimen de Agustín Espinosa y los libros de Benjamin Péret, sin que yo pueda discernir hoy por qué razón (que evidentemente no era la alfabética) le di esa colocación. Eso sí, para corresponder a su regalo le mandé la edición original de Crimen, o sea uno de los cuatro o cinco ejemplares que llegué a poseer por obsequio de la familia del escritor tinerfeño. Her de Vries se indignaba en esta carta con la exposición Pompidou “La Révolution Surréaliste”: “Esto no tiene nada que ver con la revolución surrealista”, y el catálogo abunda en “textos idiotas, estúpidos, falsificadores”, lo que me bastó para no pedirlo, aunque tuviera como excepciones las contribuciones de Gérard Dourozoi y Jean-Michel Goutier. Pero traduzco el párrafo completo:

“Después de Londres, es ahora el Centro Pompidou que nos «ofrece» su visión del surrealismo. En efecto, tú tienes sin duda razón calificándola como una exposición contra el surrealismo. Sobre todo el título está muy mal escogido. ¡Nada de esto tiene que ver con la revolución surrealista! Entiendo que Annie Le Brun haya publicado una protesta en Beaux-Arts Magazine donde critica violentamente la propia concepción de la exposición. Hay también una entrevista con ella en el diario belga Le Soir de que te adjunto fotocopia.

A pesar de todo, la exposición nos ofrece la posibilidad de ver (en algunos casos por primera vez) obras conocidas solo por su reproducción (más o menos buena) en un libro cualquiera. ¡Eso es todo! Y si se quiere publicar un catálogo, bien, pero no de textos idiotas, estúpidos, falsificadores. Es de lamentar, pero el surrealismo ha entrado desde hace tiempo en una fase «histórica», está a merced de historiadores, de profesores (es decir a merced de idiotas, de falsificadores) que nos ofrecen sus estupideces en salsa universitaria.

No olvidemos que un José Pierre, un Jean Schuster, un Édouard Jaguer, ellos también, han colaborado en eventos similares. Breton y Péret se agitan en sus tumbas”.

No sé si en mi carta de contestación rompí una lanza por Édouard Jaguer, quien estaba lejos de la actitud recalcitrante de Pierre y Schuster y se mostró cada vez más abierto a la continuidad de la aventura surrealista. Mário Cesariny, en una de sus cartas, me los diferenciaba de manera tajante, con el vigor y la contundencia que lo caracterizaban. Pero Her de Vries tenía en mientes al Jaguer que a fines de los años 80 aparecía aliado a ellos y firmando en 1987 el panfleto À propos de Péret, respuesta a la ácida reacción de Annie Le Brun contra la entrega del prefacio del tomo cuarto de las obras de Péret a Robert Sabatier, uno de los cantores del “honor de los poetas”; ese panfleto lo calificó justamente Nicole Espagnol de “repugnante”.

(Este Robert Sabatier, todo un figurón de la literatura francesa, es autor de un divertido Dictionnaire de la mort que ahora estoy repasando, pero ya se verá su idea del surrealismo cuando se lee esto en la entrada de “Estética”: “Jack el Destripador mataba a sus víctimas con habilidad de artista. Colocaba miembros cortados, senos o entrañas sobre el cadáver siguiendo un orden estético, de una manera muy surrealista”.)

Her de Vries me amplia en su carta la información que yo precisaba de Brumes Blondes. Me dice que solo tiraban unos cien ejemplares y que me va a mandar los pocos números que tiene, así como fotocopias del catálogo de la exposición organizada en Leiden por él, en 1961, y un ejemplar de la titulada “Permanencia del surrealismo”, celebrada en 1967 (y por cierto hace unos años reproducida en este mismo espacio).

Otra carta amplia es la siguiente, de 1 de junio de 2002. Le he enviado una entrevista a Annie Le Brun que acabo de publicar en las páginas de “Archipiélago Literario”, donde durante varios años tuve cancha libre que me daba mi ex jefe de departamento de literatura y muy buen amigo Sebastián de la Nuez, una de las personas más auténticamente “liberales” que yo he conocido, y no son muchas. Recuerdo que al publicar material erótico (fotos y textos) sin la más mínima intención de “epatar”, un poeta y artista tinerfeño comentó que “Sebastián de la Nuez se dedica ahora a la pornografía” (imagino lo que habrá pensado de la traducción que hice de “El Marqués de Sade enseñado a los niños” de Marcel Mariën, que en cambio gustó tanto a Raúl Henao como para reproducirla en una revista colombiana prosurrealista). Her de Vries, como ha ido recibiendo todo el material que yo iba publicando sobre el surrealismo en la prensa tinerfeña, me comenta: “Esto sería imposible aquí en Holanda”. También hoy ya lo es en Tenerife, con una prensa además totalmente corrompida y vendida a la plandemia de las élites (los dos periódicos que sobreviven en Tenerife, hasta hace muy poco estrictamente provinciales, pertenecen a grandes empresas extrainsulares, en el proceso de concentración y jerarquización total que estamos viviendo).

También le he mandado a mi amigo el número 1 de la revista Ellebore, que él no tenía a pesar de incluir un gran ensayo de Édouard Jaguer donde se trata de uno de sus objetos, Le cadeau renvoyé. El pasaje de Jaguer merece ser recordado aquí. El artículo se titula “Sobre algunos mitos volantes no identificados y sus apariciones en el campo de lo visible” (¿para cuándo una recopilación de los ensayos de Édouard Jaguer?). Anotemos con respecto al objeto de Her de Vries que en el Dictionnaire général du surréalisme et de ses environs (1982, o sea tres años posterior al número de Ellebore), Jaguer en la página que ilustra su entrada sobre el objeto surrealista va a reproducir el objeto de Man Ray... y el de Her de Vries. Y que Her de Vries selecciona para acompañar la imagen de este objeto un comentario de Jaguer publicado en 1977.

Primer número de Ellebore (1979),
con cubierta de Eugenio Granell 

Como le he señalado que nació el año del segundo manifiesto del surrealismo, o sea en 1930, me escribe: “Sí, soy de 1930. He descubierto el surrealismo hacia los años 1950, después de Cobra. Primero por las reproducciones de Dalí y luego por la lectura de los libros de Breton. Solo en 1961 me he encontrado con Breton por primera vez en París y he conocido al grupo surrealista. Desde entonces he mantenido contacto sobre todo con Jean-Louis Bédouin y José Pierre (por correspondencia) y aun he podido visitar La Promenade de Vénus en los años siguientes, hasta la muerte de Breton”.

Preguntado por Ted Joans, me dice que sí lo ha conocido, en Amsterdam, y de Óscar Domínguez, de quien acaba de obtener su reciente catálogo de exposición en Madrid, manifiesta gustar sobre todo de su obra de los años 30. A su vez, me envía su texto en recuerdo de Willem Wagenaar, fallecido en 1999: “Wagenaar ha sido un verdadero bohemio surrealista. Pintor genuino, aunque solo hizo algunos cuadros: él fue sobre todo la persona que sabía inspirar a los otros”.

Willem Wagenaar, en su casa

Esta carta concluye dándome noticia de dos jóvenes alemanes que ha conocido en Colonia: “uno publica la pequeña revista Surrogat y el otro hace collages y objetos bastante divertidos”. El primero supongo que es Heribert Becker, llamado a convertirse en el gran baluarte del conocimiento serio del surrealismo en Alemania. Yo solo tengo el número 4 de Surrogat, excelente, dedicado al surrealismo argentino, y que aparecería en 2003. En cuanto al segundo nombre se trata de Peter Schneider Rabel, quien descubro que mantiene la página de internet que me facilitaba Her de Vries en 2002:

psrabel

Ya se extiende demasiado esta nota, por lo que dejo para otro día su continuación con las palabras que cierran la carta de Her de Vries, contento por haber conocido a los dos jóvenes alemanes:

“Vous voyez, le surréalisme n’est certes pas mort!!”

miércoles, 9 de junio de 2021

Nuevo libro de Julio Monteverde

 Otra publicación se suma a las de ayer, en el ámbito del surrealismo:

materialismo poético

sábado, 5 de junio de 2021

Diez cuadernos de euforia

Aunque André Breton considerara Le Surréalisme au service de la Révolution la revista más “rica”, “equilibrada”, “mejor constituida” y “viva” del surrealismo, yo me he inclinado siempre hacia La Révolution Surréaliste, y no solo por la presencia de Antonin Artaud. Su frescura no la tiene su sucesora ni la volverá a tener ninguna otra revista del surrealismo –y creo que tampoco su vivacidad.

Georges Sebbag acaba de establecer y presentar, en edición de calidad maravillosa, los diez cuadernos en que los surrealistas “hicieron surrealismo” (según feliz expresión de Simone Breton) durante las sesiones colectivas que tuvieron lugar en el apartamento de Breton en abril de 1924, y que por un lado tenían como antecedente la composición de Los campos magnéticos en la primavera de 1919 y por el otro se inscribían en la composición de textos automáticos y poemas collages que hizo Breton a lo largo de toda esta primavera de 1924, siempre valiéndose (como para Los campos magnéticos) de los cuadernos escolares de la época.

Ausente Paul Éluard, que estaba dando la vuelta al mundo, los participantes fueron Breton, Simone, Aragon, Baron, Delteil, Desnos, Limbour, Noll, Morise, Naville, Péret y Vitrac. Uno de los poemas collages de Breton tendría un lugar en el primer manifiesto del surrealismo, y varios aparecerían en Pez soluble.

Dix cahiers surréalistes reproduce el facsímil de todos los cuadernos y procede al final a la transcripción de los textos automáticos. Sebbag presenta la participación de cada surrealista, señalando curiosas asociaciones con las imágenes de las cubiertas de los cuadernos correspondientes. Además, ha localizado la mayoría de los periódicos de los que se hicieron los recortes para los poemas collages. Al final hay un jugoso ensayo suyo, titulado “Los escolares del surrealismo absoluto”, en que resulta apasionante la reconstrucción de los dos poemas collages que Breton pensaba incluir en el primer manifiesto y del primero de Simone Breton, a los que Sebbag descubre enriquecedoras asociaciones (debe añadirse aquí que las cartas de Simone, muchas de ellas exhumadas en los últimos tiempos, demuestran ser invalorables). Al final de su estudio, Sebbag puede hacer una afirmación con la que es difícil no estar de acuerdo: “Las reuniones de la primavera de 1924, con sesiones de escritura automática y de poemas collages, han jugado un papel motor en la afirmación, la proclamación y el impulso del movimiento surrealista”.

Esta es pues otra joya del año en que surge el surrealismo como movimiento: Manifeste du surréalisme, La Révolution Surréaliste, el virulento homenaje a Germaine Breton (quien no deja de marcar presencia en el citado collage de Simone), el Bureau de Recherches Surréalistes (1924-1925), el automatismo en los dibujos de Masson, la irrupción de Artaud, el viaje “al azar” (de Blois a Romorantin) que hacen Breton, Aragon, Vitrac y Morise como nuevo jalón de la gran búsqueda de azar objetivo... y estos diez cuadernos obra de ese collage colectivo que era el naciente grupo surrealista.



Poema collage de André Breton

jueves, 3 de junio de 2021

Javier Gálvez: un paseante y sus extravíos

Javier Gálvez reúne en sus ediciones de sine qua non cuatro textos aparecidos en Salamandra entre 1999 y 2008 más su contribución al volumen Situación de la poesía (por otros medios) a la luz del surrealismo (2006).

Si el cuaderno poético más reciente de Alice Massénat tenía una tirada de 20 ejemplares, la edición de Sinalefas solo consta de 10. Algo lejos está la poesía de las cifras de moda, o sea las del número millonario de “vacunados” diario.

Sinalefas está dedicado a Eugenio Castro, Conchi Benito, José Manuel Rojo, Lurdes Martínez, Toni Malagrida, Carlos Valle de Lobos, Jorge Kleiman y Olga Billoir, o sea la “vieja guardia” del grupo de Salamandra, la de los años 90, en la que sospecho que Javier Gálvez se encontraba situado más a gusto que en el grupo de los posteriores números dobles de la revista.

La palabra de Javier Gálvez no ha sido nunca farragosa, y estos escritos tienen la virtud y ventaja de la brevedad esencial, casi todos como de costumbre acompañados de los testimonios de su mirada fotográfica. El primer texto lleva por título una frase de César Dávila Andrade: “El pez solo se salva en el relámpago”, y en ellas este paseante insumiso y recalcitrante se ocupa de las frases en las paredes urbanas, “llamadas de un más acá, siempre fulgurantes”. “El lenguaje velado” fija su atención, por su parte, en los letreros de comercios que, venidos a menos o desaparecidos, dejan un testamento de pronto poético. “Desusos”, siempre a la busca de “la poesía subsumida en la realidad cotidiana”, se detiene más bien en los números vueltos enigmáticos también a lo largo de los callejeos, y cuenta con una bella reflexión sobre el muy surrealista tema de la espera. Los dos últimos textos, uno de ellos en forma de encuesta, versan sobre la poesía “por otros medios”, y cierran el libro con estas espléndidas palabras: “La poesía está de4sligada de toda funcionalidad. Ocupa el espacio al que el trabajo ya no puede acceder. La poesía es analogía, por lo tanto desborda continuamente las identidades fijas. La poesía es, sencillamente, la negación de todo valor inhumano, y la afirmación desinteresada de una violencia: la de ver con el ojo partido en dos”.


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La foto en el colofón me recordó esta otra que mi amigo Emmanuel Guigon me envió desde Barcelona a fines de 2002 y de la que yo en seguida hice una copia para mandársela a Her de Vries en sus Países Bajos, ya que sabía se regocijaría con ella:

“L’Ouroboros”, 2: Silbermann / Schoendorff

Jean-Claude Silbermann,
Dans l'ordre de la Perle sauvage, 2020

La “revista dardo” se manifiesta en su segundo número “resueltamente maxista”, a todo color y con una presentación fantástica. Por lo que al surrealismo se refiere, hay que anotar el dossier dedicado a Max Schoendorff y la participación de Jean-Claude Silbermann.
De Silbermann es una preciosa decena de acuarelas recientes, dedicadas a una serie de “órdenes” imaginarias, precedidas de “La decapitación de la avispa”, fragmento de un relato con el gran personaje de Prosperidad, autor del Manifiesto de lo invisible. Es el momento de proporcionar estos enlaces de las ediciones Urdla en que hay acuarelas, dibujos y publicaciones de Silbermann, amén de obras plásticas de otras figuras del surrealismo o cercanas a él:
Martine Tallet firma un fino texto sobre la serie “Manques” de Schoendorff, de las que son reproducidas cuatro, pero hay más cosas en el dossier que se dedica a este excepcional artista.
ouroboros

miércoles, 2 de junio de 2021

Her de Vries y el Mercader de Sal

El 15 de abril de 2001, Her de Vries me envía su peculiar homenaje a Marcel Duchamp Tentative de description de quelques mots soumis au régime de la coïncidence, con una portada que evoca la puerta por la que se podía apreciar la última obra del “Marchand du sel”:


Al igual que hacía con Mário Cesariny, yo le enviaba con frecuencia fotografías de mis andanzas portuguesas. En una recóndita villa, Tabuaço, no había dejado de visitar la obra de un genial relojero popular, que me estuvo explicando su intrincado invento. Her de Vries me dice que también le hubiera gustado conocerlo. Y sobre la fortaleza de la Isla Berlenga, me dice en su carta del 10 de septiembre de 2001 que “sería un lugar muy apropiado para una reunión de los surrealistas. Desde allí podríamos conquistar el mundo entero”.

Esa carta me daba noticia de la aparición de Derrame, la revista surrealista chilena. Ya me lo había dicho Zuca Sardan, pero en uno de sus rasgos de humor negro, me dio el nombre de Derrame cerebral, que yo llevé a serio anunciándola así en la prensa tinerfeña. También me anuncia la exposición y el grueso catálogo de la Tate Surrealism. Desire unbound, que contendría buenos trabajos de Annie Le Brun y Vincent Gille. De Galicia ha recibido el catálogo de Philip West y de Arthur Schwarz el de su riquísima colección, que por desgracia (y desconocimiento de quienes le donaron muchas obras) iría a parar a Jerusalén, un lugar poco probable de visita para los surrealistas.

Continuaremos con la carta del 9 de marzo de 2002, que venía acompañada nada menos que de la caja de habanos con sus Boîtes et autres objets.

martes, 1 de junio de 2021

Infosurr 149...


Infosurr se sitúa por fin a menos de un año de retraso, con este nuevo número.

La nota de entrada, por Richard Walter, llama la atención sobre los Cahiers Musidora, existentes desde 2017 y ya con tres números en su haber. Este es su enlace:

musidora

Georges-Henri Morin dedica un artículo a Pierre Peuchmaurd, con motivo de la aparición en octubre de 2019 del último libro de poemas que escribió, Le secret de ma jeunesse. Es excelente tanto lo que dice de esta recopilación en concreto como de la poesía de Peuchmaurd en sí. También extenso (para los patrones de Infosurr) es el dedicado por Étienne-Alain Hubert a Madeleine Turban, que es quien aparece en la famosa foto de Man Ray en que sobreimpresionó el cliché de su desnudo con el de una foto suya de Tristan Tzara.

Novedad no registrada aquí es el relato de Paul Cowdell (Surrealist London Action Group) The snowy plains of Estonia:

https://www.lulu.com/en/en/shop/paul-cowdell/the-snowy-plains-of-estonia/paperback/product-1965yryv.html?page=1&pageSize=4

Laurens Vancrevel vapulea, como hicimos nosotros en su día, la manipulación de Moesman perpetrada en Utrecht el pasado año, con una exposición en que se lo mezclaba con los típicos artistas exhibicionistas y en cuyo catálogo se llamaba a Breton “emperador auto-coronado del imperio surrealista”. Por otro lado, manifiesta reservas hacia la exposición “The polymorph bodyshop”, cuyo libro, pese a algunos buenos textos, “no muestra resultados interesantes, y sin duda tampoco la habitual y necesaria actitud crítica del surrealismo”; quizás la propia elección de la palabra “bodyshop”, que pertenece a “la moda de comercios equívocos y vulgares”, haya hecho descarrilar el proyecto. En cuanto a la exposición en sí, dejando de lado que los participantes se lo hayan pasado pipa, la mayoría de las obras le parecen exentas de belleza y de convulsividad. Yo sospecho que la facilidad de contactos que ha instaurado la era digital tiene bastante responsabilidad en el carácter desigual y flácido tantas veces de este tipo de manifestaciones colectivas del surrealismo de los últimos años.

Se registra la desaparición del artista peruano Fabián Sánchez (1934-2020), cuya cercanía al surrealismo fue en su momento señalada por Édouard Jaguer y por Jacques Baron, quien lo incluyó en su Anthologie plastique du surréalisme.

De nuevo dejamos de lado noticias que ya hemos dado aquí, pero como se verá la riqueza de este número es como de costumbre bastante grande.

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Retrospectiva de Yves Milet, artista cercano al grupo surrealista parisino en los años 60:

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dictadura sanitaria mundial 23

Yazoo ha dicho que estas canciones del legendario Van Morrison son “una verdadera vergüenza”, lo cual basta para hacerlas inmediatamente atractivas, al menos por sus letras:

Lástima que otro enlace que quería dar haya sido ya eliminado por youtube. No logro recordar de qué trataba, pero el hecho indica a las claras la creciente censura que hay en el único medio informativo donde aún resta (pendiente de un hilo...) algo de libertad de expresión.

(p.s. Esta mañana, tras acabar de escribir y publicar el anterior párrafo, soñé con un convencional personaje académico de mi conocimiento a quien yo, desde una ducha, veía pasearse por una plaza de La Laguna con un corte de pelo a lo seminola. Comenté a alguien que estaba cerca: "Parece un rapero". Despierto en seguida y al pensar en el sueño descubro que el vídeo eliminado por youtube era una canción de rap negro, soberbia, de unos 7 minutos, contra el fascismo sanitario implantado mundialmente en marzo de 2020.)