miércoles, 30 de junio de 2021

Her de Vries, de las nieves de Alkmaar a Nadja y la Fiesta Española

Comienza el año de 2007 y Her de Vries y yo proseguimos nuestra cordial correspondencia centrada en la pasión común por el surrealismo y persuadidos siempre de que quien ama el amor, la poesía, la libertad, la revuelta... ama el surrealismo y sus incontables filones.

La carta del 8 de febrero se abre hablando de Mimi Parent. Le he enviado el catálogo de su exposición en Les Yeux Fertiles, que ella ya no ha podido ver: “Con ella hemos perdido una gran artista”, me escribe. Este catálogo, titulado Mimi Parent. Rêveuse définitive y con textos de François-René Simon y Jean Benoît, me lo había enviado a la vez desde París Guy Ducornet, por lo que, al tenerlo yo duplicado, le regalé el mío a él. También le he mandado el catalogazo canario Éxodo hacia el Sur. Óscar Domínguez y el automatismo absoluto, que contaba con buenos trabajos de Georges Sebbag, Emmanuel Guigon y Jean-Jacques Lebel, pero que sobre todo se lo hago llegar por la riqueza iconográfica. En nuestra conversación le hablo también de libros antiguos que he ido consiguiendo, como la fabulosa colección de L’Art Brut, libros “magníficos” pero que me revela ha tenido que vender hace tiempo para dar lugar a la entrada de otros, lo que nos recuerda que Her de Vries era un trabajador modesto (yo por ejemplo, con mi sinecura universitaria, no tuve nunca que desprenderme de libros).

El mentado Guy Ducornet, que por aquel entonces era un gran aliado mío, llegando a visitar con su mujer Tenerife, donde pasamos algunos días inolvidables, acababa de publicar su imprescindible Surréalisme & athéisme, que sumaba nuevas firmas a las del legendario panfleto “À la niche les glapisseurs de dieu!”, entre ellas la de Her de Vries y la mía. Me dice que este incansable trotamundos va a visitar Amsterdam y le llevará un ejemplar, y que además le está supervisando su ensayo de Fata Morgana, al no tener él confianza plena en su escritura francesa. Lo que le sorprende es que, en el catálogo Éxodo hacia el Sur, se ha encontrado reproducida la cubierta de la edición de Marsella del poema de Breton, edición original de 1941, con el dibujito de Wifredo Lam.

Esta extensa carta me informa también de las relaciones de Laurens Vancrevel con Portugal, de que yo tenía ya noticia gracias a los Textos de afirmação e de combate do movimento surrealista mundial de Mário Cesariny, un libro que, como ya he dicho en otras ocasiones, fue decisivo para mi revelación, cuando lo compré en Lisboa allá por el otoño de 1979, de que el surrealismo seguía a nivel colectivo vivo y coleando, a pesar de todo lo que me habían dicho.

No acostumbrábamos utilizar el lenguaje fático, ya que siempre íbamos al grano, pero esta carta se cierra con la información de que nieva en Alkmaar, lo que debía ser suficientemente raro como para él resaltármelo, señalando que prefería siempre los meses estivales.

Otra carta de 2007 me agradece el envío del número de La Página con un homenaje a Édouard Jaguer, “un gran amigo que echamos en falta terriblemente”: “Me he encontrado con Édouard y su mujer Simone un bello día hace una treintena de años cuando él me ha visitado en compañía de nuestro amigo común Laurens Vancrevel. Yo mantenía correspondencia con él desde hacía varios años, y él me enviaba siempre los números de Phases. Los he visto por última vez en París, hace unos diez años. ¡Qué rápido pasa el tiempo!... Simone tenía ya problemas con sus ojos, ahora muy agravados, y hoy está casi ciega”. Y esto dice de otra presencia en el número de La Página: “He tenido el gusto de ver también un retrato reciente de nuestro amigo Sergio Lima, quien se encuentra por ahora en Portugal según creo. Me hubiera gustado encontrarme con él y abrazarlo, pero por desgracia yo no puedo ya hacer tales viajes”.

No eran raros sus exabruptos cuando surgían las imposturas con el surrealismo. Como a Roterdam han trasladado la exposición de Londres “Surrealist things”, con el título de “Cosas extrañas”, dice de ella: “Una gran miseria... A excepción de algunos cuadros de Magritte, Delvaux (!!), Leonora (muy bellos) y Kamrowski, es una colección abigarrada de joyas de Dalí, de trajes de Schiaparelli, de muebles de yo no sé quién y, en fin, de toda suerte de cosas que no tienen nada que ver con el surrealismo. En efecto, era una cosa muy extraña!!”

Esta carta era doble, ya que una vez concluida una comienza otra (siempre con el sello lautreamontiano del cisne, el cangrejo y el yunque) motivada por la recepción de un nuevo paquete mío. Transcribo el inicio tal cual:

“Muy estimado amigo,

Quelle belle sorpresa, a las tres de la tarde, el sonido del timbre: un successeur du facteur Cheval avec un paquet de livres, venant des islas surrealistas!!”

Por aquel entonces yo me autoeditaba una serie de cuadernos poéticos y narrativos que luego recogí en Mares y fábulas. El titulado Póker de fuegos incluía la serie de homenajes a figuras del surrealismo “Tarot de los ases”, que no integré en aquella recopilación porque no me satisfacía mucho. Este era el dedicado a nuestro héroe, sin duda inspirado en varios de sus objetos, enviándole un personaje femenino excepcional, que era lo menos que él se merecía:

“Ha sacado de sus cajones los ojos azules –La Gran Invitada– para mejor disfrutar sus sueños de amor. Su único equipaje es un maletín lleno de nubes, que ha planchado en su plancha de corcho a la luz de la única lámpara instalada en el bosque negro. No ha perdido el gusto de las lágrimas, que fuma en su cachimba de cabeza de muñeca al acercarse al pasaje prohibido. Es una jugadora empedernida, y su última ilusión sortear el abismo sobre la cuerda funambúlica para celebrar su desafío con nuestro amigo Her de Vries”.

Aún había tiempo en esta carta para comentar cómo Franklin Rosemont le acababa de enviar su magistral obra sobre Jacques Vaché, que está leyendo y le parece “très bien”.

La carta del 17 de diciembre vuelve sobre nuestro común amigo Zuca Sardan, quien tantos días nos ha iluminado con el envío muy frecuente de sus poemas y viñetas: “Me gustan mucho sus pequeños dibujos tan bonitos y divertidos” (“Hace pequeños dibujos maravillosos y me siento muy contento cuando llega de Hamburgo una carta con nuevos dibujos”, escribe en otra misiva). Tres obras espléndidas nos ocupan en este fin de año: las Cascades de Radovan Ivsic (que sucedía a los tomos de sus poemas y de sus piezas teatrales), el tocho de Thames & Hudson dedicado a Cornell (valioso sobre todo por las ilustraciones) y sobre todo el fabuloso volumen de Xavier Canonne sobre el surrealismo en Bélgica, que respondía a todas las exigencias del surrealismo, como ocurría con los libros de Michel Remy sobre el surrealismo británico. Respirábamos de alivio y exultábamos cuando surgían estas obras irreprochables, tan difíciles y meritorias en medio de la confusión generalizada sobre el surrealismo.

Si la última carta de 2007 se cierra con el anuncio de la cuarta serie de Brumes Blondes, la primera de 2008 se abre con la noticia de otro acontecimiento vital del surrealismo en acción: la exposición organizada por Miguel de Carvalho “O reverso do olhar”. En una segunda carta de este año, Her de Vries elogia el catálogo y lamenta las insidias rencorosas de Cruzeiro Seixas: “Es lamentable que haya intentado sembrar el desorden, y que con algunas personas en París lo haya logrado. Yo creo sin duda en la buena voluntad de Miguel y poco me importa que todos los participantes sean surrealistas oficiales”, malignidad esta última que había esgrimido el artista portugués.

En el capítulo canario, como había hecho con Mário Cesariny, sigo enviándole publicaciones, como el buen catálogo sobre Juan Ismael y el collage, ya que además Juan Ismael continuaba siendo (y continúa siendo) una figura poco conocida en los medios surrealistas. Nos congratulamos por la aparición del cuarto y último tomo de las obras completas de André Breton, que algunos antibretonianos garantizaban no aparecería ya. Pero a la vez se publicó un Album Breton que dadas las informaciones de Her de Vries yo ni pedí: “Es bastante malo. No comprendo cómo Gallimard ha podido escoger un profesor que no tiene absolutamente ni idea del surrealismo ni de Breton, para hacer este álbum. Sus textos acompañando las ilustraciones son bastante malos e incluso erróneos: él dice por ejemplo que Breton habría traducido del inglés un libro de Gascoyne para decir algunas páginas después que Breton no sabía inglés”. En contraposición acababa de salir la antología del surrealismo británico Au treizième coup de minuit a cargo de Michel Remy, “quien sabe bien de lo que habla”.

Recuerdo que en mi carta le decía que un escritor portugués fiable había comentado que las únicas ferias del queso auténticas que existían en Europa eran las de la zona de la Serra da Estrela en Portugal (yo doy fe de estas, por lo que se refiere aún a los primeros años del nuevo siglo) y la de Alkmaar. Her de Vries me dice que me olvide: “Ah, el mercado de quesos de Alkmaar... No vale la pena ni hablar de él. Es simplemente para los turistas que en verano acuden en masa para contemplar a algunos hombres en uniforme y sombrero de paja dar los cien pasos con unas angarillas llenas de quesos. Para mí es un espectáculo penoso”. Echando ahora un vistazo a las repelentes imágenes de google, no puedo más que corroborar sus palabras...

El texto sobre Fata Morgana, con los detalles muy interesantes sobre la traducción americana de 1941 ya estaba disponible en el sitio de Melusine, aunque en visión fea y con solo el texto. Por suerte, Le Grand Tamanoir acabaría editándolo en impecables condiciones.

En el otoño de 2008 ya le anuncio Caleidoscopio surrealista, disponibilizándose en seguida para ayudarme con el capítulo neerlandés, aunque la colaboración decisiva sería la de Laurens Vancrevel. Todas las aportaciones y sugerencias de ambos las seguí escrupulosamente, y en esta carta ya Her de Vries me hacía unas puntualizaciones sobre Moesman, Wagenaar, Wijmans y el grupo alrededor de Theo van Baaren y Gertrude Pape.

Entre tanto, yo he recibido el primer número de la cuarta y última serie de Brumes Blondes, que constará, como las tres anteriores, de ocho números como siempre rigurosamente surrealistas y como siempre con un carácter por completo internacionalista.

Esta carta la acompaña Her de Vries de este collage-poema que me dedica al dorso, hecho sobre un desnudo decimonónico de Bruno Braquehais, el fotógrafo de la Comuna, y que titula Les eaux dormantes:

Como estamos ya en el nuevo año, no faltan las habituales felicitaciones, esta vez muy especiales:


2009 es el año en que trabaja en el libro sobre los dibujos y las cartas de Nadja. Seguimos comentando los libros más destacados que van surgiendo: el tomo 2 de A aventura surrealista de Sergio Lima, Memorabilia de Georges Sebbag, las cartas de Breton a Aube, un nuevo número de la revista surrealista de Leeds Phosphor... Por aquel entonces, Her de Vries no tenía ordenador, y creo que nunca llegó a tenerlo. ¡Héroes de nuestro tiempo! (Yo, de no haber sido por imposición laboral, tampoco lo hubiera tenido nunca.)

En una extensa carta de julio de 2010 habla de Karel Teige y se solidariza con mi tortura por la alienación futbolística, que alcanzó su paroxismo en ese país de mierda llamado España al ganar su selección el peor mundial de la historia; Her de Vries me consuela: a pesar de haber perdido la selección holandesa, lo celebraron allí como si hubieran sido campeones, me dice rematando no con dos sino con tres interjecciones. Pero lo más interesante del momento es la aparición de su cuaderno con los dibujos y las cartas de Nadja, en tirada de 49 ejemplares no comerciales.

Jugando con el título, Her de Vries me lo dedica así: “Ce ne sont pas les mots qui me manquent pour dire mon amitié à mon querido amigo Miguel P. Corrales”. Al no ser autoedición, lamento no atreverme a digitalizar estas adorables páginas de y sobre Nadja para subirlas aquí, pero sí voy a concluir con un plato fuerte, una publicación prácticamente desconocida, ya que solo se hizo una tirada de DIEZ ejemplares para los abonados de Brumes Blondes, siendo yo uno de los privilegiados: La fête espagnole, delicioso poema-collage de amor y humor tan lleno de encanto como los de los surrealistas de los años 20 que hace poco editaba Georges Sebbag y en el que la Viajera de la Noche me hace pensar en la Gran Invitada. Esta es una obra que solo pertenece al surrealismo, a su “enigma del deseo”.

En este fin de año apareció la primera edición de Caleidoscopio surrealista, La carta específicamente dedicada (23 de octubre de 2011) es tan halagadora que no voy a detenerme en ella. Dos meses después volvemos a nuestras novedades de lujo, como el número inaugural de la increíble revista L’Or aux 13 Îles y la edición en dvd de L’Invention du monde. Voy sacando también y enviándole puntualmente los tomos de Portugal. Viaje sin retorno, sabedor de que él apreciaba mucho estas imágenes portuguesas, y a la vez comienzo este blog, cuya finalidad inicial, en noviembre de 2011, era solo trabajar para la segunda edición corregida y aumentada de Caleidoscopio surrealista; luego, por rutina casi, ha continuado hasta el presente.

Y despedimos este año de 2011 con otra de sus divertidas felicitaciones: