Comienza el año de 2007 y Her de Vries y yo proseguimos nuestra cordial correspondencia centrada en la pasión común por el surrealismo y persuadidos siempre de que quien ama el amor, la poesía, la libertad, la revuelta... ama el surrealismo y sus incontables filones.
La carta del 8
de febrero se abre hablando de Mimi Parent. Le he enviado el catálogo de su
exposición en Les Yeux Fertiles, que ella ya no ha podido ver: “Con ella hemos
perdido una gran artista”, me escribe. Este catálogo, titulado Mimi Parent.
Rêveuse définitive y con textos de François-René Simon y Jean Benoît, me lo
había enviado a la vez desde París Guy Ducornet, por lo que, al tenerlo yo
duplicado, le regalé el mío a él. También le he mandado el catalogazo canario Éxodo
hacia el Sur. Óscar Domínguez y el automatismo absoluto, que contaba con
buenos trabajos de Georges Sebbag, Emmanuel Guigon y Jean-Jacques Lebel, pero
que sobre todo se lo hago llegar por la riqueza iconográfica. En nuestra
conversación le hablo también de libros antiguos que he ido consiguiendo, como
la fabulosa colección de L’Art Brut, libros “magníficos” pero que me
revela ha tenido que vender hace tiempo para dar lugar a la entrada de otros, lo que nos recuerda que Her de Vries era un trabajador modesto (yo por
ejemplo, con mi sinecura universitaria, no tuve nunca que desprenderme de
libros).
El mentado Guy
Ducornet, que por aquel entonces era un gran aliado mío, llegando a visitar con
su mujer Tenerife, donde pasamos algunos días inolvidables, acababa de publicar
su imprescindible Surréalisme & athéisme, que sumaba nuevas firmas a
las del legendario panfleto “À la niche les glapisseurs de dieu!”, entre ellas
la de Her de Vries y la mía. Me dice que este incansable trotamundos va a
visitar Amsterdam y le llevará un ejemplar, y que además le está supervisando
su ensayo de Fata Morgana, al no tener él confianza plena en su escritura
francesa. Lo que le sorprende es que, en el catálogo Éxodo hacia el Sur,
se ha encontrado reproducida la cubierta de la edición de Marsella del poema de
Breton, edición original de 1941, con el dibujito de Wifredo Lam.
Esta extensa
carta me informa también de las relaciones de Laurens Vancrevel con Portugal,
de que yo tenía ya noticia gracias a los Textos de afirmação e de combate do
movimento surrealista mundial de Mário Cesariny, un libro que, como ya he
dicho en otras ocasiones, fue decisivo para mi revelación, cuando lo compré en
Lisboa allá por el otoño de 1979, de que el surrealismo seguía a nivel
colectivo vivo y coleando, a pesar de todo lo que me habían dicho.
No
acostumbrábamos utilizar el lenguaje fático, ya que siempre íbamos al grano,
pero esta carta se cierra con la información de que nieva en Alkmaar, lo que
debía ser suficientemente raro como para él resaltármelo, señalando que
prefería siempre los meses estivales.
Otra carta de
2007 me agradece el envío del número de La Página con un homenaje a
Édouard Jaguer, “un gran amigo que echamos en falta terriblemente”: “Me he
encontrado con Édouard y su mujer Simone un bello día hace una treintena de años
cuando él me ha visitado en compañía de nuestro amigo común Laurens Vancrevel.
Yo mantenía correspondencia con él desde hacía varios años, y él me enviaba
siempre los números de Phases. Los he visto por última vez en París,
hace unos diez años. ¡Qué rápido pasa el tiempo!... Simone tenía ya problemas
con sus ojos, ahora muy agravados, y hoy está casi ciega”. Y esto dice de otra
presencia en el número de La Página: “He tenido el gusto de ver también
un retrato reciente de nuestro amigo Sergio Lima, quien se encuentra por ahora
en Portugal según creo. Me hubiera gustado encontrarme con él y abrazarlo, pero
por desgracia yo no puedo ya hacer tales viajes”.
No eran raros
sus exabruptos cuando surgían las imposturas con el surrealismo. Como a
Roterdam han trasladado la exposición de Londres “Surrealist things”, con el
título de “Cosas extrañas”, dice de ella: “Una gran miseria... A excepción de
algunos cuadros de Magritte, Delvaux (!!), Leonora (muy bellos) y Kamrowski, es
una colección abigarrada de joyas de Dalí, de trajes de Schiaparelli, de
muebles de yo no sé quién y, en fin, de toda suerte de cosas que no tienen nada
que ver con el surrealismo. En efecto, era una cosa muy extraña!!”
Esta carta era
doble, ya que una vez concluida una comienza otra (siempre con el sello
lautreamontiano del cisne, el cangrejo y el yunque) motivada por la recepción
de un nuevo paquete mío. Transcribo el inicio tal cual:
“Muy estimado
amigo,
Quelle belle
sorpresa, a las tres de la tarde, el sonido del timbre: un successeur du facteur
Cheval avec un paquet de livres, venant des islas surrealistas!!”
Por aquel
entonces yo me autoeditaba una serie de cuadernos poéticos y narrativos que
luego recogí en Mares y fábulas. El titulado Póker de fuegos
incluía la serie de homenajes a figuras del surrealismo “Tarot de los ases”,
que no integré en aquella recopilación porque no me satisfacía mucho. Este era
el dedicado a nuestro héroe, sin duda inspirado en varios de sus objetos,
enviándole un personaje femenino excepcional, que era lo menos que él se
merecía:
“Ha sacado de
sus cajones los ojos azules –La Gran Invitada– para mejor disfrutar sus sueños
de amor. Su único equipaje es un maletín lleno de nubes, que ha planchado en su
plancha de corcho a la luz de la única lámpara instalada en el bosque negro. No
ha perdido el gusto de las lágrimas, que fuma en su cachimba de cabeza de
muñeca al acercarse al pasaje prohibido. Es una jugadora empedernida, y su
última ilusión sortear el abismo sobre la cuerda funambúlica para celebrar su
desafío con nuestro amigo Her de Vries”.
Aún había
tiempo en esta carta para comentar cómo Franklin Rosemont le acababa de enviar
su magistral obra sobre Jacques Vaché, que está leyendo y le parece “très bien”.
La carta del
17 de diciembre vuelve sobre nuestro común amigo Zuca Sardan, quien tantos días
nos ha iluminado con el envío muy frecuente de sus poemas y viñetas: “Me gustan
mucho sus pequeños dibujos tan bonitos y divertidos” (“Hace pequeños dibujos
maravillosos y me siento muy contento cuando llega de Hamburgo una carta con
nuevos dibujos”, escribe en otra misiva). Tres obras espléndidas nos ocupan en
este fin de año: las Cascades de Radovan Ivsic (que sucedía a los tomos
de sus poemas y de sus piezas teatrales), el tocho de Thames & Hudson
dedicado a Cornell (valioso sobre todo por las ilustraciones) y sobre todo el
fabuloso volumen de Xavier Canonne sobre el surrealismo en Bélgica, que
respondía a todas las exigencias del surrealismo, como ocurría con los libros
de Michel Remy sobre el surrealismo británico. Respirábamos de alivio y
exultábamos cuando surgían estas obras irreprochables, tan difíciles y
meritorias en medio de la confusión generalizada sobre el surrealismo.
Si la última
carta de 2007 se cierra con el anuncio de la cuarta serie de Brumes Blondes,
la primera de 2008 se abre con la noticia de otro acontecimiento vital
del surrealismo en acción: la exposición organizada por Miguel de Carvalho “O
reverso do olhar”. En una segunda carta de este año, Her de Vries elogia el
catálogo y lamenta las insidias rencorosas de Cruzeiro Seixas: “Es lamentable
que haya intentado sembrar el desorden, y que con algunas personas en París lo
haya logrado. Yo creo sin duda en la buena voluntad de Miguel y poco me importa
que todos los participantes sean surrealistas oficiales”, malignidad
esta última que había esgrimido el artista portugués.
En el capítulo
canario, como había hecho con Mário Cesariny, sigo enviándole publicaciones,
como el buen catálogo sobre Juan Ismael y el collage, ya que además Juan Ismael
continuaba siendo (y continúa siendo) una figura poco conocida en los medios
surrealistas. Nos congratulamos por la aparición del cuarto y último tomo de
las obras completas de André Breton, que algunos antibretonianos garantizaban no
aparecería ya. Pero a la vez se publicó un Album Breton que dadas las
informaciones de Her de Vries yo ni pedí: “Es bastante malo. No comprendo cómo
Gallimard ha podido escoger un profesor que no tiene absolutamente ni idea del
surrealismo ni de Breton, para hacer este álbum. Sus textos acompañando las
ilustraciones son bastante malos e incluso erróneos: él dice por ejemplo que
Breton habría traducido del inglés un libro de Gascoyne para decir algunas
páginas después que Breton no sabía inglés”. En contraposición acababa de salir
la antología del surrealismo británico Au treizième coup de minuit a
cargo de Michel Remy, “quien sabe bien de lo que habla”.
Recuerdo que
en mi carta le decía que un escritor portugués fiable había comentado que las
únicas ferias del queso auténticas que existían en Europa eran las de la zona
de la Serra da Estrela en Portugal (yo doy fe de estas, por lo que se refiere aún
a los primeros años del nuevo siglo) y la de Alkmaar. Her de Vries me dice que
me olvide: “Ah, el mercado de quesos de Alkmaar... No vale la pena ni hablar de
él. Es simplemente para los turistas que en verano acuden en masa para
contemplar a algunos hombres en uniforme y sombrero de paja dar los cien pasos
con unas angarillas llenas de quesos. Para mí es un espectáculo penoso”.
Echando ahora un vistazo a las repelentes imágenes de google, no puedo más que
corroborar sus palabras...
El texto sobre
Fata Morgana, con los detalles muy interesantes sobre la traducción
americana de 1941 ya estaba disponible en el sitio de Melusine,
aunque en visión fea y con solo el texto. Por suerte, Le Grand Tamanoir
acabaría editándolo en impecables condiciones.
En el otoño de
2008 ya le anuncio Caleidoscopio surrealista, disponibilizándose en
seguida para ayudarme con el capítulo neerlandés, aunque la colaboración
decisiva sería la de Laurens Vancrevel. Todas las aportaciones y sugerencias de
ambos las seguí escrupulosamente, y en esta carta ya Her de Vries me hacía unas
puntualizaciones sobre Moesman, Wagenaar, Wijmans y el grupo alrededor de Theo
van Baaren y Gertrude Pape.
Entre tanto,
yo he recibido el primer número de la cuarta y última serie de Brumes
Blondes, que constará, como las tres anteriores, de ocho números como
siempre rigurosamente surrealistas y como siempre con un carácter por completo
internacionalista.
Esta carta la
acompaña Her de Vries de este collage-poema que me dedica al dorso, hecho sobre
un desnudo decimonónico de Bruno Braquehais, el fotógrafo de la Comuna, y que
titula Les eaux dormantes:
Como estamos
ya en el nuevo año, no faltan las habituales felicitaciones, esta vez muy
especiales:
En una extensa carta de julio de 2010 habla
de Karel Teige y se solidariza con mi tortura por la alienación futbolística,
que alcanzó su paroxismo en ese país de mierda llamado España al ganar su
selección el peor mundial de la historia; Her de Vries me consuela: a pesar de
haber perdido la selección holandesa, lo celebraron allí como si hubieran sido
campeones, me dice rematando no con dos sino con tres interjecciones. Pero lo
más interesante del momento es la aparición de su cuaderno con los dibujos y
las cartas de Nadja, en tirada de 49 ejemplares no comerciales.
Jugando con el título, Her de Vries me lo dedica así: “Ce ne sont pas les mots qui me manquent pour dire mon amitié à mon querido amigo Miguel P. Corrales”. Al no ser autoedición, lamento no atreverme a digitalizar estas adorables páginas de y sobre Nadja para subirlas aquí, pero sí voy a concluir con un plato fuerte, una publicación prácticamente desconocida, ya que solo se hizo una tirada de DIEZ ejemplares para los abonados de Brumes Blondes, siendo yo uno de los privilegiados: La fête espagnole, delicioso poema-collage de amor y humor tan lleno de encanto como los de los surrealistas de los años 20 que hace poco editaba Georges Sebbag y en el que la Viajera de la Noche me hace pensar en la Gran Invitada. Esta es una obra que solo pertenece al surrealismo, a su “enigma del deseo”.
En este fin de año apareció la primera
edición de Caleidoscopio
surrealista,
La carta específicamente dedicada (23 de octubre de 2011) es tan halagadora que
no voy a detenerme en ella. Dos meses después volvemos a nuestras novedades de
lujo, como el número inaugural de la increíble revista L’Or aux 13 Îles y la edición en dvd de L’Invention du monde. Voy sacando también y
enviándole puntualmente los tomos de Portugal. Viaje sin retorno, sabedor de que él apreciaba mucho estas
imágenes portuguesas, y a la vez comienzo este blog, cuya finalidad inicial, en
noviembre de 2011, era solo trabajar para la segunda edición corregida y
aumentada de Caleidoscopio
surrealista;
luego, por rutina casi, ha continuado hasta el presente.
Y despedimos este año de 2011 con otra de
sus divertidas felicitaciones: