A mediados de noviembre de 1923, publicaba André Breton Clair de terre, recopilación de poemas precedida de cinco relatos de sueños dedicados a Giorgio de Chirico, quien debía haber ilustrado con cuatro dibujos la edición, lo que siempre hubiera sido mejor que ir acompañada de un retrato del poeta realizado por Picasso.
Está Clair de terre lleno de grandes poemas, como el dedicado a Picabia, "A la mirada de las divinidades", "Antes la vida" o "Girasol", que es el más famoso de todos dada la posteridad que tuvo. Hay poemas dedicados también a Péret, Reverdy, Roussel, Ungaretti, Fraenkel, Desnos, Man Ray, Max Ernst, etc.
En 1949, Breton caligrafió "A la mirada de las divinidades", que ilustró Slavko Kopac:
Jacques Lacomblez y Guy Ducornet han titulado Clair de terre dos de sus obras, muy características de ambos:
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Jacques Lacomblez, Clair de terre |
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Guy Ducornet, Clair de terre, 2004 |
Un sucinto pero excelente comentario de esta publicación de las ediciones Littérature hace Gérard Legrand en sus dosieres bretonianos:
1923 no fue un año en que abundaran las publicaciones de quienes iban a reunirse muy pronto en torno al nombre del surrealismo. De hecho, aparte el libro de Breton solo hay que anotar el de Benjamin Péret Au 125 du boulevard Saint-Germain, también en las ediciones de Littérature. ¡Pero qué páginas arrolladoras! Irrumpe en forma de libro la pasmosa creatividad peretiana, exactamente como estalla sobre el pavimento del boulevard Saint-Germain la bañera caída de un cuarto piso con que arranca este relato delirante.
Casi puede decirse que todo el surrealismo ya está en ciernes en estos dos pequeños libros del año 1923, ya que el segundo lleva además ilustraciones de Max Ernst, una de las cuales esta: