Emiel van Moerkerken, solarización, 1932 |
jueves, 30 de septiembre de 2021
La Haya, octubre de 2021
domingo, 26 de septiembre de 2021
Mayo, evocado por Renzo Margonari
Renzo Margonari acaba de publicar otro excelente artículo, que es para mí una satisfacción poder reproducir como hice muy recientemente con el dedicado a Her de Vries.
En este caso se ocupa del gran artista Mayo, a quien conoció bien. Desaparecido hace 31 años, Mayo no perteneció al grupo surrealista, aunque sí formó parte del equipo de Le Grand Jeu. Renzo Margonari lo ve como "un intimista meditativo y solitario".
Yo aprovecho para recordar a la vez el muy bello poema que le consagró Enrique Gómez-Correa, uno de los grandes poetas surrealistas de América, editado en versión trilingüe por las ediciones Oasis de Ludwig Zeller en 1980, con varios dibujos del artista.
martes, 21 de septiembre de 2021
Rik Lina / Jan Giliam, 2015-2021
sábado, 18 de septiembre de 2021
Escritura automática en 1923
Marc Malfant regenta la librería La Scalaire, en Lyon, pero también le hemos prestado atención varias veces aquí por su empeño en preservar la memoria magnífica de David Martí, por su preciosa comunicación de un caso de azar objetivo en Cadaqués y, más recientemente, por su edición de Gengenbach.
Recientemente, en la revista Histoires Littéraires (n. 85, junio de 2021) ha dado
a la luz un estudio erudito sobre Alfred Jarry, en que enfoca las figuras de sus
amigos Paul-Jean Toulet y Henry de Bruchard, pero además nos hace llegar estas
dos curiosas páginas metidas en un ejemplar de la edición original de Les champs magnétiques y que aparecen datadas en
1923. La letra no es de ninguno de los nombres primeros del surrealismo.
viernes, 17 de septiembre de 2021
“Analogon”, número 94
martes, 14 de septiembre de 2021
Guy Girard: “Le tarot de cocagne”
Guy Girard expone en La Maison André Breton, del 18 de septiembre al 29 de octubre, unos tarots de gran formato, que prosiguen la fértil tradición del surrealismo y las cartas mágicas.
lunes, 13 de septiembre de 2021
Atlanta, 21-31 de octubre
viernes, 10 de septiembre de 2021
Jean Terrossian (1931-2021)
Ya hace bastantes semanas que falleció Jean Terrossian, sin que nadie se hiciera eco de ello. A pesar de su importancia, ni siquiera está incluido en la supuestamente exhaustiva (aparte de manipuladora) wikimierda, donde hasta el último pajullo puede construirse una hagiografía ad hoc. Se trata pues de una figura tan grande como secreta, lo que no es raro en las huestes surrealistas.
A título de homenaje, he elaborado un
archivo con las magníficas páginas que le dedicó en su primer número L’Or aux 13 Îles, cuando Jean-Christophe
Belotti (quien era el editor de tan maravillosa revista) convocó a quince
nombres muy significativos del ámbito surrealista para que observaran sendas
imágenes del artista y escribieran sobre ellas.
Añado la entrada de Caleidoscopio surrealista, pero necesita la adición de que en 2015 sus dibujos acompañaron la edición del Journal intime de Guy Cabanel, con quien ya había colaborado ocho años en Quinquets. También debe resaltarse la exposición que celebró en París en 1974, y cuyo catálogo llevó un texto espléndido de Bernard Caburet; las dos páginas siguientes, una delicia, aparecen también en la revista de Belotti:
¡Admirable artista y admirable personalidad, Jean
Terrossian!
15 miroirs de nuit tournés vers Jean Terrossian
*
Jean Terrossian.
Ligado al grupo surrealista parisino desde 1961, Jean Terrossian es, según dirá
Alain Joubert, “el más desconocido de los grandes pintores surrealistas de la
última generación”, y el autor de una de las obras más innovadoras de aquellas
décadas, “por su temática rica en enigmas turbadores, y por la profunda
renovación de los objetos de destino poético que ella implica”. Sus ilustraciones
aparecen en varios números de La Brèche,
colaborando luego con François-René Simon en el n. 6 de L’Archibras. A raíz de la ruptura del 69, Terrossian, que se
enfrentó a las actitudes liquidacionistas de José Pierre en particular –este no
se lo perdonaría, excluyéndolo bajamente de sus historias, panoramas, tesis y
diccionarios del surrealismo–, se une al Bulletin
de Liaison Surréaliste, haciendo las cubiertas de los números 6 y 10, esta
con el naipe de El mito decisivo.
Intervendrá también en los dos números de Surréalisme,
en el segundo dentro del juego de los collages paralelos. En 1992 se unió al
nuevo grupo parisino para firmar el escrito contra Schuster, Pierre y
Silbermann, por sus intenciones de museificar el surrealismo. En el n. 5 de S.u.rr… (otoño de 2005), Marie-Dominique
Massoni publicaba un texto sobre sus relieves, con cinco ilustraciones del
artista.
Un bello
dossier lúdico, titulado “15 miroirs de nuit tournés vers Jean Terrossian par
15 regardeurs”, le dedicó en 2010 la revista L’Or aux 13 Îles (n. 1), formando el plantel del juego nada menos que Guy Girard,
Georges-Henri Morin, Anne-Marie Beeckman, Gilles Bounoure, Michel Zimbacca,
Joël Gayraud, Martin Stejskal, Robert Guyon, Pierre Peuchmaurd, Manuel Anceau,
Alain-Pierre Pillet, François-René Simon, Laurent Albarracin, Bertrand Schmitt
y Marie-Dominique Massoni.
Señala Gérard
Durozoi que el “movimiento de revelación-revelamiento” que caracteriza la
pintura de Terrossian “no deja de evocar a Magritte, pero se trata de un
Magritte que hubiera decidido colmar por ejemplo las lagunas mentales del Pop
Art americano”.
Jean Terrossian, Décomposition (Décor d'enfance), 1980 |
martes, 7 de septiembre de 2021
Un estudio de Richard Walter sobre “L’âge du Cinéma”
Al fin aparece un buen estudio de conjunto sobre la revista L’Âge du Cinéma. Obra de Richard Walter, puede leerse en el siguiente enlace:
L’Âge du cinéma, entre nostalgie assumée et lendemains rêveurs
Richard Walter es autor también de un
trabajo sobre Malombra y el surrealismo rumano,
publicado en Le
Rameau d’Or,
por lo que aprovecho para noticiar que esta película, con subtítulos en
español, acaba de ser subida por el Capitán Morgan del mundo cinematógrafo a su
invalorable página Filmoteca Hawkmen Blues:
Lo que a su vez me lleva a rememorar el
soberbio manifiesto de los surrealistas rumanos sobre tan hermoso filme:
domingo, 5 de septiembre de 2021
Joël Cornuault: "André Breton et sa malle d'aurores"
André Breton, collage |
No se trata de un estudio académico (y los hay muy buenos sobre Breton), sino de un viaje poético extremamente sensible y subjetivo. Tan sorprendente es, que de inmediato he pedido otros libros de este escritor al que no conocía, aunque cuente ya con una obra muy significativa. De hecho, es autor también de un André Breton & Saint-Cirq-Lapopie (2003). Ha escrito sobre Elisée Reclus (quien también interesa especialmente a Annie Le Brun), sobre Thoreau, sobre teóricos pioneros de la geografía de la naturaleza. Es poeta y ensayista, y, lo que me lo hermana automáticamente, un defensor de la vida sencilla, esencial, con dos títulos de lo más prometedores: Dromomanies y Liberté belle, a los que espero no les pase como a los poemas de Styrsky, desaparecidos en el trayecto por lo visto atribulado que dista de la casa editorial a mi apartado de correos.
Las poco más de setenta páginas que componen
André Breton et
sa malle d’aurores, y que me leí de un tirón, se componen en lo esencial del ensayo
“Signo ascendente” y el poema “Esta frescura de que estamos ávidos”. Este último
título ha sido tomado de un pasaje de Arcane 17, del mismo modo que “malle d’aurores” se
inspira en una frase de La lámpara en el reloj, el soberbio manifiesto bretoniano de 1948
ilustrado por Toyen y cuya relectura actual es de la máxima urgencia.
La metáfora del “signo ascendente” no puede
sino llevar al meollo del asunto, y si Joël Cornuault celebra lo que hay de
exaltante en el pensamiento de Breton, no deja por manos ajenas la dinamitación
consecuente de la “peste del realismo”, y en particular de todo ese arte que
arranca las alas a la libélula para convertirla en un pepino, se exprese en la
novela, el cine, el teatro o las instalaciones artísticas. Tampoco, la de los
engendros científicos y tecnológicos, siempre al servicio del poder.
El poema es hermoso, sosteniendo un diálogo
de altura y de profundidad con la propia poesía de Breton, adaptada en discurso
cursivo. El talante de la personalidad de Joël
Cornuault, discernible a partir también de lo que hemos llegado a saber de su
obra restante, se evidencia en estos versos que hacen pensar quizás sobre todo
en la Oda a
Charles Fourier.
Dos secciones más breves son dedicadas una a
la poco frecuente sonrisa de André Breton, sorprendida en un proyecto de filme
de Lise Deharme y una foto con su hija Aube, y la otra a lo que llama Joël Cornuault
“griffons d’amour”, en que enumera sus páginas más queridas de Breton y las que
dedicadas a él más le han gustado (Alquié, Alexandrian, Audoin, Bonnet, Debout,
Duits, Gracq, Ivsic, Joubert, Mayoux, Leperlier y Sebbag).
El Breton de Joël Cornuault es el poeta que
intentó restablecer al ser vivo en toda su dignidad, es decir en lo contrario
de lo que hoy masivamente está mostrando ha llegado a ser. En una nota se señala que estas
páginas han sido escritas antes de que “la actualidad haya colocado sobre la
vida la máscara de la pandemia”. Mientras los surrealistas siguen mirando hacia
otra parte, como si nada estuviera pasando (y alguno que otro hasta corre enmascarado
a “vacunarse”, para luego vanagloriarse en su página de facebook de que ya
tiene la “pauta completa”), este libro nos llega como un balón de ese oxígeno que
está hecho de poesía y de libertad.
André Breton, El ventrílocuo |