sábado, 30 de mayo de 2020

Actualidad de Ambrose Bierce

Los últimos meses, en que hemos asistido a una marcha triunfal de la distopía, no sé qué espectáculo ha sido más repulsivo, si la necedad y la prepotencia de los políticos y sus esbirros o el borreguismo y la cobardía de la población en general.  Pero nada que sorprenda a un viejo admirador de Ambrose Bierce, cuya obra maestra lexicográfica leí por primera vez en la edición bonaerense de 1972. Echándole un oportuno vistazo estos días, he hecho una pequeña selección de vocablos de vigor muy “actual”:
coacción, s. Elocuencia del poder.
corrupto, adj. En política, el que ocupa un cargo de confianza o de provecho.
fatiga, s. Estado del filósofo después de haber reflexionado sobre la sabiduría y la virtud humanas.
fraude, s. Vida del comercio, alma de la religión, cebo del cortejo y base de nuestro poder político.
idiota, s. Miembro de una tribu grande y poderosa cuya influencia en los asuntos humanos siempre ha sido inmensa y prominente. La actividad del idiota no se restringe a un campo específico del pensamiento o la acción sino que “impregna y regula la totalidad”. Tiene la última palabra en todo; su decisión es inapelable. Impone las modas en el gusto y la opinión; dicta los límites de lo que se puede decir y circunscribe las conductas con un tope infranqueable.
impostura, s. Profesión de los políticos, ciencia de los médicos, conocimiento de los críticos, religión de los grandes predicadores; en una palabra: el mundo.
libertad, s. Exención de la coacción de la autoridad en apenas media docena de la infinita multitud de restricciones a las que estamos sometidos.
necio, s. Persona que invade el dominio de la especulación intelectual y se propaga a través de los canales de la actividad moral. Es omnífico, omniforme, omniperceptivo, omnisciente y omnipotente.
política, s. Lucha de intereses disfrazada de debate de principios. Gestión de los asuntos públicos con vistas al beneficio privado.
política, s. Medio de ganarse la vida preferido por la parte más degradada de nuestras clases delictivas.
presidente, s. Jefe temporal elegido por los líderes de un grupo de bandidos políticos con la finalidad de que reparta el botín entre ellos.
represalia, s. Piedra natural sobre la que se erige el Templo de la Ley.
Satán, s. Uno de los lamentables errores del Creador, del que se arrepintió a golpes de pecho. Al ser nombrado arcángel, Satán se hizo digno acreedor de críticas en muchos sentidos hasta que fue finalmente expulsado del cielo. A mitad de su caída se detuvo, inclinó la cabeza para pensar un instante y decidió regresar. “Quisiera pedirte un favor”, dijo. “¿Cuál?” “Según tengo entendido, estás a punto de crear al Hombre. Necesitará leyes.” “¡Cómo osas! Tú, su adversario declarado, que odias su alma desde los albores de la eternidad, ¿te atreves a solicitar el derecho a establecer sus leyes?” “Disculpa, no me has entendido, lo que pido es que se le deje dictarlas a él mismo.” Y así se dispuso.
blanco, adj. y n. Negro.

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En su oscura biografía-ladrillo de André Breton (que por cierto nunca he leído), Mark Polizzotti cuenta cómo, al entrevistar a Édouard Roditi, este le manifestó su asombro por los “límites” de la “cultura literaria” de André Breton, a quien conoció en 1935. Hablaban de la edición de la Antología del humor negro y a Roditi le sorprendía que nunca hubiera oído hablar de Ambrose Bierce. Como es sabido, Roditi es uno de tantos pseudosurrealistas, en su caso desenmascarado y bien desenmascarado por Franklin Rosemont. También una Antología del humor negro español recriminaba a Breton porque faltaba este o aquel, cuando Breton solo pretendía dar una muestra de escritos que ilustraran la categoría del “humor negro”, que a partir de entonces haría fortuna. Lo que sorprende es esa insistencia en pretender de André Breton una omnisciencia, no ya en tontos como los citados o como el autor de aquella antología (exactamente Cristóbal Serra, quien llega en su putrefacto prólogo al colmo de la indecencia, despotricando chauvinistamente de aquel a quien debe su propia obra), sino en otros de los que hubiera sido de esperar algo más de inteligencia, como el profesor de poesía Yves Bonnefoy, que ya se fue a enseñarle poesía a los ángeles. Cristóbal Serra, por ejemplo, no incluye a Ros de Olano en su antología, ni a Agustín Espinosa, y podría reprochársele que se desinterese de toda la riquísima época medieval y que ignore el Guzmán de Alfarache, al Francesillo de Zúñiga, los sonetos crueles de Góngora, a Baroja (el capital Hotel del cisne, repleto de sueños inquietantes), a Galdós o a Granell. Y apuesto a que ni Roditi ni Polizotti ni Bonnefoy sabían quiénes eran Macedonio Fernández o Ros de Olano, dos maestros en varias categorías de humor. Ejemplos de estos se podrían prodigar hasta el infinito, porque ¿quién no tiene una cultura literaria, musical o artística llena de “límites”? Y viene aquí a propósito esta definición del vocablo “ignorante” en el diccionario de Bierce: “Persona que no está familiarizada con ciertos tipos de conocimiento que usted sí posee, pero que posee otros de los que usted no tiene la menor idea”.
Sabemos que también Herbert Read le sugirió a Breton introdujera a Bierce, pero seguramente le faltó disponer de traducciones francesas, por ejemplo, de sus extraordinarios relatos. De hecho, hay que esperar a 1954 para que Robert Benayoun, verdadero conocedor de la literatura en lengua inglesa, dé a conocer extractos del Diccionario del Diablo, en el número 2 de la revista del grupo parisino Médium.
Por mis años de estudiante en Barcelona, que entonces era una gran ciudad abierta y hoy un reducto xenófobo y pueblerino, me preguntaba mi compañero de estudios literarios Arturo Barriocanal Cid (un genio ignorado, porque, inteligentemente, se abstuvo siempre de publicar) dónde se podría uno poner a salvo del diablo bierceano. La respuesta, o una de las respuestas, se la di por medio de los vocablos “novela” y “romance”. En el primero afirma Diablo Bierce que “los tres principios esenciales del arte literario son la imaginación, la imaginación y la imaginación”, y en el segundo que, aun reconociendo que hay grandes novelas, “la verdad es que la obra de ficción más fascinante, con mucha diferencia, sigue siendo Las mil y una noches”. Desde aquellos tiempos en que descubrí a Bierce y convertí su diccionario en una de mis obras de cabecera (junto a sus fabulosas Fábulas fantásticas), he coincidido con ambas afirmaciones al cien por cien, máxime cuando implican mucho más de lo que parece.

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Escultura de Mara Rosa, en contraportada

Acaba de publicarse en número 7 de la interesante revista portuguesa de pensamiento crítico e independiente (eso que es inútil buscar en los “medios de mi comunicación” cotidianos) Flauta de luz:

domingo, 24 de mayo de 2020

Guy Ducornet: “La pesca milagrosa”

Desde hace dos años nada sé de Guy Ducornet, y un reciente correo que le envié no tuvo respuesta. Guy Ducornet estuvo en Tenerife hace unos tres años, visitando la isla de El Hierro, que mucho lo impactó y hasta le inspiró unos collages espléndidos. Los collages de Ducornet se encuentran entre las aportaciones más originales e inventivas del surrealismo en los últimos 50 años, como se puede ver en su página.
Entre la docena de obras que los amigos del surrealismo me han regalado y tengo a la vista siempre en las paredes de mi casa, cuento con un collage suyo de la serie de “La pesca milagrosa” (y digo serie porque conozco otro con el mismo título). Me intrigaba el rostro que aparece, y que no sé por qué me hacía pensar en Ducasse. Recuerdo que, al preguntárselo en un correo, me dijo que era Antonin Artaud. 

Guy Ducornet, La pesca milagrosa, 2009

jueves, 21 de mayo de 2020

Poemas de Desmond Morris

Desmond Morris, El amor es un lagarto, poema decorado, 1970

Sigue Le Grand Tamanoir con sus ediciones surrealistas de primer rango. Ahora publica en inglés y francés los poemas de Desmond Morris, prologados por el mejor conocedor de la tan rica obra plástica y poética de esta originalísima figura del surrealismo británico. Las traducciones al francés ofrecen las máximas garantías, al haberse de ellas encargado Michel Remy.

sábado, 16 de mayo de 2020

“Dreamdew” cinematográfico


Este número 22 de Dreamdew, de preciosa factura, traduce al inglés un gran ensayo de Jacques B. Brunius:
Y he aquí el original francés, para quien no tenga el maravilloso tomo de sus escritos, Dans l’ombre où les regards se nouent:

Marcel Mariën, Nina dormida, 1939

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Un hombre sin bozal

Si gobiernos como el de España disfrutan proclamando interminables estados de alarma (en alarma permanente he vivido yo con ellos y sus “fuerzas de seguridad” desde que me conozco), no menos parece disfrutar infinidad de personas con el bozal que ostentan desde hace un par de meses. Esta parece ser una idónea seña de identidad de nuestro tiempo: incluso en poblaciones de ínfima incidencia del célebre virus, se ve gente que pasean su perro y llevan ellos el bozal, que salen a caminar o corren con el bozal, que van solos dentro de su propio coche con el bozal puesto y, superando incluso este último colmo del absurdo, hasta vi a uno que arreglaba el diminuto jardín de su adosado protegido por un bozal. El surrealismo ha ofrecido algunos ejemplos de hombres sin bozal, y Jacques B. Brunius fue, siempre y en todo momento, uno de ellos, cuando otros se acabaron poniendo el bozal político, como Aragon, Éluard, Nougé o Scutenaire, o el bozal crematístico, como Dalí o Max Ernst, o el cómodo bozal del conformismo, como muchos que ni vale la pena enumerar aquí. 
Jacques B. Brunius, que deseaba “una revolución que le diera la felicidad al hombre” y “ver sobre las ruinas de todas las iglesias podrirse los despojos de todos los curas, chinches, militares, aragones, caseros, perros guardianes, degaullistas, carmelitas y similares”, fue un hombre sin bozal.  

martes, 12 de mayo de 2020

Patricio Álvarez Aragón, Michel Lequenne, Casi Cline, “The Oystercatcher”

Exposición, por ahora virtual, de Patricio Álvarez Aragón en el Espacio Matta, con el título de “Nuevo mundo salvaje” y sorprendentes acrílicos:

Patricio Álvarez Aragón,
Teófilo Cid, 2010

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Falleció en febrero, con casi cien años, Michel Lequenne. Esta entrevista de 2014 interesa, más que por su singular trotskismo (pero trotskismo, a fin de cuentas), por su visión de los vericuetos políticos del surrealismo parisino tras la muerte de André Breton y por sus años de adhesión surrealista (a no perder su intervención contra unos bobos que oponían Péret a Breton):
Y anotemos también esta semblanza de Michael Löwy:

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Casi Cline publica nuevos libros en este año: Open doors, con Steve Cline, a partir de fotos encontradas, y la novela o nivola Seven stories:

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Acaba de aparecer el número 17 de The Oystercatcher, que solo se obtiene (¡buen provecho!) escribiéndole una carta a Mr. Ron Sakolsky:

viernes, 8 de mayo de 2020

Al día

Una encuesta sobre el actual encarcelamiento masivo, por Bruno Jacobs, con interesantes respuestas:

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Escrito de Joël Gayraud:

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La página de “Peculiar Mormyrid” continúa en acción permanente:

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Número de Voyzx dedicado a Robert John Davidson, del West Coast Surrealist Group:

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Aviso de nuestro amigo Zuca Sardan:

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miércoles, 6 de mayo de 2020

“Drosera”, n. 6

Vicente Gutiérrez Escudero y Andrés Pascual, pertenecientes al Grupo Surrealista de Madrid, acaban de editar el número 6 de la hoja Drosera, “Comunicación onírica”.
Este número incluye sendas entrevistas inéditas a Jan Svankmajer y a Ron Sakolsky, junto a sueños, poemas y frases oníricas.
“Le rêve ne vaut pas seulement pour et par les évasions qu’il permet. Il est la base même d’une réalité nouvelle et toujours en voie de devenir”. Valentine Hugo.
comunicaciononirica@gmail.com

Rikki, Sueño de la habitación roja, 1974

viernes, 1 de mayo de 2020

Mayo dada en París

A. B., Théâtre de l'Oeuvre,
26 de mayo de 1920
Mayo de 1920 fue el gran mes dada en París. Este mes se publicó el número 13 de Littérature, con 23 manifiestos dadaístas, entre ellos el “Manifiesto del crocodarium dada” de Jean Arp, que suponía la primera aparición de esta figura extraordinaria en los parámetros surrealistas.
El 26 de mayo tuvo el lugar, en el Théâtre de l’Oeuvre, el Festival Dada. André Breton leyó los manifiestos de Tristan Tzara y Picabia e interpretó, junto a Soupault, Éluard y Fraenkel, Sìl vous plaît, drama en cuatro actos escrito por él y Soupault poco después de Les champs magnétiques, Con el personaje Létoile, cómico detective privado, Breton introduce por primera vez el tema quizás más peculiar del surrealismo: el azar objetivo. En efecto, Mr. Létoile, como señalará Breton en sus Entretiens, es quien ha sabido “ponerse en estado de gracia con el azar, de modo que ocurra algo, que llegue alguien”. Con S’il vous plaît, además, “descubrieron Breton y Soupault el espejo de lo maravilloso en el teatro, no lo fantástico con todo su aparato de decoraciones y tramoyas, sino lo maravilloso cotidiano y bello”, por citar a Henri Béhar en su clásico estudio sobre el teatro dada y surrealista (un libro que tradujo Barral al español en 1971 y fue otro de los mojones que permitieron el conocimiento cabal del surrealismo en áreas hispanas).
El 30 de mayo fue publicado Les champs magnétiques, con dos dibujos de Picabia. Lástima que no triunfara el proyecto inicial: nueve ilustraciones de Henri Rousseau.
“El cubismo fue una escuela de pintura, el futurismo un movimiento político: Dada es un estado de espíritu”. (André Breton, en uno de los 23 manifiestos)