En 1977 se editaban reunidos todos los números del Bulletin de Liaison Surréaliste (1970-1976), pero yo solo obtuve ese volumen dos décadas después, quedándome impactado con su calidad sostenida, en unos tiempos en que todos continuaban enseñando que el surrealismo había desparecido allá por 1966 o 1969. Hoy el índice onomástico apabulla: Jacques Abeille, Karol Baron, Jean-Louis Bédouin, Vincent Bounoure, Guy Cabanel, Bernard Caburet, Jorge Camacho, Vratislav Effenberger, Jean-Pierre Guillon, Robert Guyon, Guy Hallart, Marianne Van Hirtum, Joyce Mansour, Albert Marencin, Georges-Henri Morin, Roger Renaud, Martin Stejskal, Nanos Valaoritis... por limitarme a aquellos nombres que colaboraron en la revista en tres y más ocasiones. Pero de todo lo mucho que ofrecía este boletín de circulación casi "interna", si algo me admiró y exaltó como ya no lo hacía nada en la época, eso fueron los ensayos firmados por el simple apellido Renaud, y en particular los dedicados a los amerindios y a la cultura celta. Reunían preocupaciones y proclividades mías de siempre, pero con una fuerza, un furor y una lucidez que los situaban de modo natural en la cresta de la ola surrealista surgida en 1924. Cuando Sergio Lima me invitó a coordinar con él el número 2 de A Phala, ya en el año 2013, una de mis obligaciones particulares fue la de reproducir como plenamente vivos dos de esos ensayos: "Le cercle brisé" y "Nos descendants les gaulois", verdaderas bombas de profundidad que ilustraban óptimamente la postura de Renaud en las dos incendiarias temáticas señaladas, contra una Roma que aún impera.
Continuando algunos dosieres últimamente dedicados a los nombres menos conocidos del Bulletin, este que hemos elaborado se consagra a Renaud, y recibe dos adiciones. El dosier, una vez más, se apoya en la semblanza de Renaud incluida en Caleidoscopio surrealista:
Roger Renaud (1947). El poeta y ensayista Roger Renaud entra a formar parte del grupo surrealista en 1968, colaborando en el n. 6 de L’Archibras con dos “enigmas”. Era el peor momento para entrar en el surrealismo, pero Renaud, con buen instinto, transita al Bulletin de Liaison Surréaliste, revista de la que es uno de sus puntales, con poemas, un texto sobre Villiers en que exalta los poderes de la poesía y, sobre todo, tres textos sensacionales: “Le cercle brisé”, en el n. 4, “Nos descendants les gaulois”, en el 5, y “Je, nous, blessés”, en el 8. Se trata de algunas de las páginas más lúcidas que el surrealismo brindó en la década de los 70, y por algo el n. 2 de A Phala, en 2013, volvió a publicar los dos primeros. Si en ellos Renaud embiste contra Roma –Occidente–, en el tercero celebra las culturas amerindias en una época en que era apoyante del American Indian Movement, al cual el movimiento surrealista dirige una soberbia carta colocada tras el artículo de Renaud (en febrero de 1973 había tenido lugar la ocupación de Wounded Knee), y de la que extraigo algunos párrafos: “El tambor indio nos dice que hay más esperanza en la miseria y el dolor indio de hoy que en todas las riquezas adulteradas y todo el saber abstracto de la civilización blanca. (…) El tambor indio nos habla de la vida, contra una civilización cuya única razón de ser parece la muerte, una civilización que mata y se mata a sí misma. (…) Es por ello que estamos a la escucha de las naciones indias; porque mejor que nadie ellas saben lo que fue, lo que es y lo que debe ser”. Intacto me gustaría reproducir “Nos descendents les galois”, pero solo cito dos pasajes: “«Occidente», que se arroga el privilegio de la movilidad, es en realidad la sociedad más estática posible, nunca habiéndose desviado de este principio: destruir las culturas existentes donde quiera que se encuentra con ellas, para reemplazarlas por imperios formales”; “De la historia solo quiero retener una lección, la primera: nuestros ancestros han sido esclavizados por Roma. Lo que debe seguir es el fin de esa historia”. En cuanto a “Le cercle brisé”, que pertenece al libro “Retour du Roi Arthur”, incluye una reflexión sobre el marxismo como ideología que ha extendido la ley de Roma provocando incontables etnocidios.
La línea de estos escritos es proseguida en un ensayo soberbio, que aparece en La civilisation surréaliste (1976): “Aquel cuya voz nadie escucha”. Aún en 1977, Renaud colabora, con poemas, en Surréalisme (y con una nota sobre la artista Josette Exandier en el n. 14-15 de Obliques, “La femme surréaliste”), pero es una pena no verlo proseguir una obra ensayística que se anunciaba como una de las pocas importantes de estas últimas desoladas décadas. En 1992 fue de los que levantaron su voz contra el intento museístico del trío Pierre-Schuster-Silbermann. En 1995 se publicaron sus poemas del 69 al 74, bajo el título de Humeurs de cendres rumeurs du sang, recibiendo una fina reseña de François-René Simon en el n. 5 de Le Cerceau; títulos de sus tres series: “Chante ishta (l’œil du cœur)”, “Le voile pierre-fendre” y “Balance d’ombres, poids d’incidents”. De 1998 es L’explosion viking ou l’agonie d’un monde. En 2006, hace unas observaciones epistolares muy lúcidas a la nueva publicación de À la niche les glapisseurs de dieu!, que Guy Ducornet tuvo la probidad de reproducir en la página 99 de Surréalisme & athéisme. En 2010, da unas magníficas respuestas a las cuestiones sobre la exaltación que formuló François-René Simon en el n. 1 de L’Or aux 13 Îles, y en el n. 3 de esta misma revista reaparece con unos excelentes poemas.
El dosier, así, se compone de los siguientes elementos:
1. Los "enigmas" del número de L'Archibras (1968).
2. Todas las colaboraciones del Bulletin de Liaison Surréaliste (1970-1976).
3. El ensayo en La Civilisation Surréaliste (1976).
4. La bella página dedicada a Josette Exandier en el volumen colectivo La femme surréaliste (1977).
5. Los poemas en Surréalisme (1977), acompañados de reproducciones de Josette Exandier.
6. La respuesta a Guy Ducornet en Surréalisme et athéisme (2006).
7. Las soberbias respuestas a la encuesta sobre la exaltación en el n. 1 de L'Or aux 13 Îles (que no desmerecen de los grandes ensayos de los años 70) y los poemas en el número 3 de la misma publicación, sin duda la más maravillosa revista que ha dado el territorio surrealista en las últimas décadas y donde mejor podían haber encajado estas últimas intervenciones de Roger Renaud.
Este dosier se complementa con el prólogo-poema al volumen colectivo De l'ethnocide (1972) y con el poemario Humeurs des cendres rumeurs du sang (1995, pero recopilando los poemas de 1969 a 1974), tras el cual reproduzco la reseña de su viejo camarada Georges-Henri Morin, aparecida en Le Cerceau, la revista de Alain Joubert y Nicole Espagnol.
Con posterioridad a su elaboración, hemos añadido en pdf su respuesta a la encuesta de 1969 "Rien ou quoi?".
La figura de Roger Renaud fue abordada recientemente, con su habitual finura e inteligencia, por Natan Schäfer. En su día di el enlace, como lo vuelvo a dar ahora.
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Sobre Josette Exandier (1944-2008), artista tan secreta como originalísima, pueden verse unas muy pocas imágenes en la red (La caricia, La novia, La fée Morgasme...), para sumar a las señaladas y a la que aparece en la encuesta de la exaltación.
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Josette Exandier, La fée Morgasme |