domingo, 23 de julio de 2023

Al oeste nos vamos con el mosquetero Soupault

En 1922 se publicaba el poema de Philippe Soupault Westwego, elaborado en los años anteriores con un delicioso sabor coloquial al modo de Apollinaire, influjo que él reconocía, junto al de Cendrars y Reverdy. En Gerona acaba de realizarse "por capricho" una edición que, como puede generosamente reproducirse y solo se ha hecho una tirada de veinticinco ejemplares, aquí presentamos como regalo de verano. Westwego es también el nombre de una ciudad de Louisiana famosa por su fabricación de petroleros, pero el poema, como señala Serge Fauchereau, es ante todo "una llamada al viaje y a la aventura a medida que remontan los recuerdos de la infancia y de los héroes favoritos del poeta", entre estos Nick Carter, ese personaje asociado a André Breton en un extenso cómic de David B. y al que Oldrich Lipsky dedicó la película Adela no ha cenado todavía, en que intervenía, encargado de la animación, un joven Jan Svankmajer. También nos enumera Soupault a "André el de los ojos color de planeta / Jacques Louis Théodore / y el gran Paul mi árbol querido / y Tristan cuya risa es un gran pavo", retrotrayéndonos al magnético período que antecede a la irrupción del surrealismo, hace ahora cien años, cuando se saludaba muy cordialmente a Rimbaud y Lautréamont.

La edición de Westwego ha corrido a cargo de pierre d. la, en las ediciones a...z, y la traducción la ha hecho un nombre de prestigio. Recordemos que de pierre d. la destacamos en su día su formidable Galería de personajes (en la red hay varios breves documentales al respecto, como este), y aprovechemos para remitir a su espacio, de una hoy muy rara frescura imaginativa, en Boek visual.

Enrique Carlón, 
Recordamos a Philippe Soupault, 1990