Mário Cesariny, El surrealismo, 1959 |
Nada menos que tres publicaciones
simultáneas aparecen sobre Mário Cesariny, auspiciadas por la Fundação
Cupertino de Miranda.
Las Cartas de Mário Cesariny
para Cruzeiro Seixas, calificadas por Perfecto E. Cuadrado en su prólogo
como “cartas de la barricada”, van de 1941 a 1975. Su interés es muy desigual,
yendo de lo anecdótico a la magnificencia. Como no vienen anotadas, algunas
pelotas quedan en el alero. Especialmente conmovedora es la de 24 de noviembre
de 1953, que comienza con un “Querido amigo Seixas: António Maria Lisboa murió
ayer”. Cesariny tardó mucho en seguirlo, a pesar de que tanto en 1942 como en
1960 le hablaba a Cruzeiro Seixas de su intención de suicidarse. Otras cartas
antológicas son la del “Mensaje e ilusión en el acontecimiento surrealista” (25
de febrero de 1954) y la de la “Constelación del ausente” (14 de marzo de
1963), pertenecientes a la larga época angoleña del ausente. Con Cesariny en
Londres, le habla de Roland Penrose en 1965 como “el promotor del surrealismo
aquí”, lo que muestra el aislamiento del surrealismo portugués en fecha tan
tardía, ya que Roland Penrose era por entonces una figura rancia por lo que al
surrealismo se refiere (es bien conocida la carta que un lustro antes le había
mandado Mesens: “Yo permanezco en 1960 orgullosamente surrealista. Tú te
ocupas del «gran» Picasso, en las orillas del Támesis y bajo el alto patronazgo
de Su Alteza Real el Duque de Edimburgo”); pero también es cierto que faltaban
dos años para que John Lyle hiciera resurgir el surrealismo británico, al
convocar a Mesens y Conroy Maddox, este último sin duda la figura con la que
Cesariny debería haber contactado, y no con “Sir” Penrose. La situación
cambiaría muy pronto, al contacto epistolar con Sergio Lima, la visita a París
donde lo acoge Vincent Bounoure y la aparición de nombres como Ted Joans y
Laurens Vancrevel. De ahí ya pasamos a más allá de 1975, que es cuando la larga
amistad se deshace en acusaciones e insultos mutuos y se acaban las cartas y
los cariños.
La segunda publicación es el
cuaderno 13 del Centro de Estudos do Surrealismo, A palavra que detona,
homenaje en 13 poemas en prosa por Valter Hugo Mãe, acompañado de una antología
de ilustraciones del artista.
Por último, Cesariny. Em casas
como aquela, se compone de una amplia serie de fotografías del legendario
piso del poeta en la Rua Basílio Teles, no muy alejada del zoológico de Lisboa.
El fotógrafo es Duarte Belo y el texto de José Manuel dos Santos. Por desgracia
lo cooedita la Fundación EDP, o sea Electricidade de Portugal, o sea Empresa
Destructora de Portugal, que le dio un premio al final de su vida.
Pero hay aún mucho más por lo que
respecta no solo a Cesariny sino al surrealismo portugués. Me refiero a los dos
últimos números dobles de A Ideia. Revista de Cultura Libertária,
absolutamente extraordinarios y que por ello merecen una nota aparte. Queda
para la próxima semana.