Este sábado se presenta en
Santiago de Chile Ventanas quebradas, nuevo libro de poesía de Rodrigo
Verdugo, del grupo surrealista Derrame.
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Y también este sábado, se lanza
en Lisboa el n. 73-74 de la revista anarquista A Ideia, dedicado al surrealismo
en general, pero con destaque para la época lisboeta del Café Gelo. Coordinado
por el mejor nombre posible: António Cândido Franco.
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Jacques Zimmermann, uno de las pocas figuras del surrealismo belga (vía Phases) con que aún contamos, expone
una amplia retrospectiva en el Centre d’Art de Rouge-Cloitre, Bruselas, hasta
el 25 de enero de 2015. En la hojilla del centro, leemos estas ajustadas
palabras:
“Jacques Zimmermann explora un
mundo de contenido poderosamente onírico que se sitúa en la encrucijada de las
formas inventadas y del paisaje imaginario. Combinando sensaciones vegetales y
alusiones minerales, esta suerte de paisajes instalan imperiosas trayectorias
lanceoladas irguiéndose hacia el cielo o rayando horizontalmente el espacio
como bajo el efecto de borrascas o de erupciones volcánicas. Esos paisajes
fantásticos se revelan tanto más sugestivos y expresivos cuanto se abstienen de
todo reflejo ilusionista, para dejar solamente hablar, más allá de los
espectros tornasolados, la pura invención de las formas a la vez que el poder
de las materias y, particularmente, de los colores”.
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En la colección del umbo, serie
Passages du Sud-Ouest, acaban de publicarse Trois chemins de nuit, de
Hervé Delabarre, y Carnets de voyage en bonhommie, de Ana Tot, con
respectivos frontispicios de Bernar Sancha y Antonio Ramírez.
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La revista digital A Agulha,
que incansablemente anima Floriano Martins, y donde siempre hay cabida
importante para el surrealismo y cercanías, muda de dirección y publica su
número 9 de esta segunda época. En el 8, que aún no conocíamos, hay estudios
sobre La valija de fuego de Aldo Pellegrini, sobre María Meleck Vivanco
y sobre Qorpo Santo (reconocido antecedente del surrealismo brasileño), más un
fino trabajo de Claudio Willer sobre surrealismo y filosofía y un ensayo sólido
de António Cândido Franco titulado “André Breton libertario y automatista”, en
que se aborda en particular la relación bretoniana con el anarquismo francés.
Ilustra Antonio Beneyto.
En el número 9, Susana Wald
diserta sobre lo maravilloso y hay un estudio de Rosário Fusco (pionero del
surrealismo en Brasil) y una entrevista sobre vanguardia y surrealismo rumanos,
que quizás interese a los expertos en esa materia.
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Hablando de Rumanía, hasta el 31
de enero de 2015 se celebra en Bucarest una versión de la exposición de los
surrealistas checos y eslovacos “Other Air”. Lugar: UNAgalería, y en
simultaneidad, retrospectiva de Jan Svankmajer.
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Ab Irato publica un nuevo libro
de Guy Cabanel, que es el tercero que le dedica. Journal intime, del que
algunos pasajes habíamos leído en L’Échaudée (revista de “crítica
social, poesía y utopía”, ya por su número 4), lleva dibujos de Jean
Terrossian. He aquí un pasaje:
“Une petite chambre très pauvre
meublée de deux chaises et d’un lit de bois très haut avec un édredon rouge.
Un homme épuisé de fatigue
pénètre dans la pièce, monte sur une chaise et de là grimpe sur le lit, mais ne
parvient pas à s’endormir. Il me semble que cet homme et moi ne faisons qu’un,
mais je ne puis m’identifier totalement à lui.
Un mal de tête tenace me
maintient entre inconscience et conscience. Brusquement la cloison s’ouvre et
se referme. Une estafette vient m’ordonner de partir immédiatement pour une
mission lointaine. Aussitôt l’homme fatigué s’enfonce dans la nuit. Et moi qui
étais lui, je reste. Dès son départ, la chambre change d’aspect complètement.
C’est un vaste salon aristocratique. Dégustant quelques liqueurs, une élégante
compagnie y échange des propos mondains.
L’homme fatigué, déjà de retour,
se tient dans un coin. Entre ces gens et moi, une hostilité s’est nouée. Moi
seul entends le cri funèbre d’une trompe. Du balcon je peux voir un grand
remous de foule d’où surgit une grosse voiture noire. Une femme vêtue de noir
est assise au fond. À côté d’elle un homme d’allure noble et de taille
gigantesque, mais tout noir, se tient debout. Les gens effrayés fuient ou meurent.
Je crie: «Le prince de la Mort!». Mais personne ne m’écoute."
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Como se recordará, en 2011,
varios grupos surrealistas (Derrame, Brumes Blondes, Slag, Leeds, Madrid, etc.)
dieron su apoyo activo a la defensa de la poetisa surrealista y defensora de
los campesinos y obreros indios Angye Gaona, detenida en Colombia con la
acusación de “rebeldía” y “tráfico de estupefacientes” (¡!) y liberada cuatro
meses después bajo fianza, tras la presión de grupos de defensa colombianos y
extranjeros, entre estos los citados grupos surrealistas. Angye Gaona, que ha
participado en “El umbral secreto” y otras actividades surrealistas, organiza
este mes, en varios locales de la villa de Bucaramanga, un homenaje a los 50
años de Brumes Blondes, titulado “Lo que será”, con proyecciones de imágenes y
lecturas de poemas contenidas unas y otras en el almanaque y con un taller de
juegos surrealistas.
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De París me celebran la
exposición de Adrien Dax en las galerías Convergences e Intuiti (barrio del
Marais), que contrasta de modo total y absoluto con la de Jeff Koons
(¡imagínese mi ignorancia del arte contemporáneo, que es la primera vez que
oigo ese nombre!): “Jeff Koons ocupa el Museo de Arte Moderno durante seis
meses... después de haber instalado sus enormes «perros» en Versalles... ¡Nunca
tan POCO se habrá beneficiado tanto del dinero público!”.
Es la primera vez que la hija de
Adrien Dax acepta exponer las obras de su padre, quien jamás hizo nada para
promover su “carrera de artista” (solo le conozco una exposición en 1976, en
Bruselas).
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Un número “hors-série” de Connaissance
des Arts ha sido dedicado a la exposición de indios de las llanuras
celebrada hace algunos meses en el Musée du Quai Branly. Todos los trabajos son
buenos, y he aquí sus títulos: “El pueblo de las llanuras”, “Cazadores y
caballeros”, “En busca de visiones”, “Un arte de la memoria”, “Lo que dicen las
perlas”, “El tiempo de las reservas”, “Entre dos mundos”, “Indios de las
llanuras en la pantalla grande”. En el penúltimo se reproducen algunas bellas
pinturas de artistas indios. Arriba vemos El espíritu del viento,
acuarela del artista comanche-kiowa Tsate Kongia (Blackbear Bosin), hacia 1955,
evocación maravillosa de los tornados de la pradera, con las nobles figuras
indias inmersas en una naturaleza tan pronto maternal como devastadora. No
menos bella es Danza del sol cheyenne. El tercer día, otra acuarela, de
hacia 1949, obra de de Wapah Nahya.
Pero aquí tenemos el Transtotem
de Guy Ducornet, mi corresponsal de lujo en París, quien, al igual que André
Breton, puede hablar de “mis amigos los indios”.