lunes, 15 de abril de 2013

Azar objetivo en Cadaqués


Este curioso e interesante cuaderno apareció en 2010, pero por su rareza merece ser aquí resaltado, aunque sea tres años después.
Marc-Gabriel Malfant refiere en la portada lo esencial del contenido, pero yo he de añadir que el texto y las imágenes son una verdadera delicia. Al comienzo de sus “consideraciones” aparece el Onan de Georges Hugnet, publicado en las Éditions Surréalistes en 1934, con un aguafuerte de Salvador Dalí provisto de un breve texto que poca relación guarda con el poema, ya que Dalí parece haberse inspirado tan solo en el título. Malfant lo conecta a L’amour et la mémoire (1931) y a los frontispicios de La femme visible y de L’immaculée conception (ambos de 1930), y por supuesto a la gran obsesión masturbatoria daliniana.
El 26 de diciembre de 2008, un temporal en Cadaqués causa bellos estragos, entre los cuales el naufragio del Simba, barco de los servicios portuarios municipales, y el hundimiento del camión de los bomberos.


Al retirarse las olas y quedar encallado el Simba, Marc-Gabriel Malfant, en un golpe de audacia a la altura de mis tiempos portugueses, lo escala y penetra en él, encontrándose en la cabina con Onán “bajo el avatar de una sugestiva «máquina celibataria» cubierta de metal azul-turquesa y provista de un gran miembro articulado”.


“El azar acababa de crear, y ofrecía a la mirada del visitante ocioso, una situación construida altamente «surrealista». En otro sitio diferente de Cadaqués, esta discreta aparición no hubiera tenido ningún sentido particular. Pero aquí podía creerse –siguiendo al azar– que Onán había venido, a través de los siglos y del espacio mediterráneo, arrastrado por esas grandes olas devastadoras, a saludar a los manes del que, hijo de otro Juda, hermano también de un muerto y encargado de sucederlo, se identificó a Onán, el hijo maldito, y se salvó simbólicamente por ese modelo”. Estas palabras vienen tras la descripción del relato bíblico, y de las consideraciones dalinianas (totalmente mistificadoras) sobre la muerte de su hermano, Salvador Galo (de ahí la relación con Gala y con García Lorca). Malfant descubre luego que Onán es una marca de generadores de electricidad, y sentencia exactamente: “La  poesía adopta los disfraces que le hagan falta, con tal de alcanzar una verdad práctica”.
Esta es una de esas muy bellas publicaciones que a la vez nos exaltan y nos dejan algo entristecidos por su poca abundancia. Un verdadero documento de inteligencia poética, que además convoca a otro habitante de Cadaqués:
“El término «máquina celibataria» fue inventado hacia 1913 por Marcel Duchamp, para designar la parte inferior de su Grand Verre –en concreto los mecanismos antropomórficos complicados y absurdos, motores de deseos autónomos imposibles. Desde su ventana de Port Doguer, Marcel Duchamp habría podido observar esta aparición de Onán”.