domingo, 26 de mayo de 2024

Raymond Roussel y el surrealismo (años 40 y 50)

La década RR de los 40 se abre con una de las grandes obras de Roberto Matta, realizada en 1941 y 1942: Locus Solus.


El propio Roberto Matta va a encargarse del altar consagrado a RR en la exposición internacional del surrealismo celebrada en 1947, con la colaboración de Breton y Duchamp. Información tenemos de sobra (aunque sin fotografía del altar) en la página de André Breton ("Préparation de l'autel X"). Debe añadirse que sendas vitrinas incluían un retrato de RR (el mismo que aparece en la Antología del humor negro) y una carta suya a Breton.

En 1948 iba a publicarse el primer libro de Jean Ferry sobre RR; postergado hasta 1953, André Breton le hace el prólogo, luego incluido en La llave de los campos. "Frontón" aborda la obra de RR desde el punto de vista del esoterismo.

Jean Ferry, en el número 4 de Néon:


En el mismo número de Néon, también de 1948, Gaston Puel publica su divertida carta revelando que Robert Desnos era hijo natural de RR:


Es obligado repetir aquí su homenaje a Raymond Duchamp y Marcel Roussel, que ya reproduje al antologar los homenajes surrealistas a Duchamp:



En 1950, Marcel Jean y Arpad Mezei dedican tres capítulos a RR en su Genèse de la pensée moderne. André Breton no olvida a RR y lo incluye, en el almanaque de 1950, entre los "Maestros del medio siglo", junto a Kafka, Sade, Duchamp y Jarry, volviendo a dar confianza a Jean Ferry:





Si Jean Ferry es un surrealista convertido en patafísico, Juan Esteban Fassio es un patafísico a quien Aldo Pellegrini invita a su revista Letra y Línea, en cuyo último número, de 1954, escribe sobre Alfred Jarry y donde aparece por primera vez la foto de su máquina para leer las Nuevas impresiones de África, que retomaba la idea de Brunius. Remitimos al catálogo Locus Solus. Impresiones de Raymond Roussel, donde hay amplia información sobre Fassio y RR, así como a la revista Letra y Línea.

En 1954 también aparece un libro que no debe dejar de citarse, Les machines célibataires, de Michel Carrouges, por la inteligente relación que establece entre las máquinas de Kafka y las de Roussel. Las obras de Roussel, Kafka y Duchamp sientan las premisas de una "mitología moderna", señalará Bernard Caburet, remitiendo también sobre ello al artículo de René Alleau sobre la obra de Carrouges aparecido en el número 4 de Médium (1955).