Amarante, a pesar de despojada ya de su sublime vía férrea junto al bucólico río Tâmega, que permitía alcanzarla cómodamente desde Oporto, es una ciudad del norte de Portugal aún no destruida del todo, con una amplia zona central que da gusto recorrer y donde se come y bebe más que bien; tiene además dos peculiaridades insólitas: la tradición festiva de los carajos de S. Gonçalo y sus diablos cuya historia jocosa solo fue posible en aquellos tiempos en que existía una extraña cosa llamada pueblo. Allí nacieron Amadeo de Souza-Cardoso, uno de los grandes artistas modernos lusitanos, y Teixeira de Pascoaes, poeta tutelar de los surrealistas agrupados en torno a Mário Cesariny. En un callejeo fotográfico por allí (¡28 años después!) me topé con este ventanuco que me recordó automáticamente dos de las pinturas más emblemáticas de Toyen, ambas de 1946: El mito de la luz y el sadiano En el castillo Lacoste, siempre presente en la portada de Surrealismo Internacional:
Al poco de volver al páramo canario, me encuentro con el catálogo de Arturo Schwarz que había pedido porque reproduce otro de los poemas collage de Theodore Fraenkel, y veo que también incluye un homenaje de Jean-Louis Bédouin a Toyen hecho en 1970 y desconocido por mí:
A los numerosos homenajes que se le han hecho a la artista checa y que he ido publicando, sumo dos más, que están medio perdidos en el pequeño laberinto en que se ha ido convirtiendo este blog cuando lleva ya casi doce años funcionando a medio y todo vapor. Uno es de Sergio Dangelo, se titula El guante de la soledad y es de 1999, y el otro es de Rik Lina, se titula Mar de sueño y es de 2005: