domingo, 16 de abril de 2023

Lancelot Lengyel y el surrealismo


Entre 1955, a raíz de que publicara, con 68 años, este libro que entusiasmó a André Breton y hoy solo se consigue a precios exorbitantes, y 1962, Lancelot Lengyel colaboró de manera muy notable con el grupo surrealista de París. Fue uno de los pilares del celtismo surrealista, en lo esencial un arma de guerra contra la cultura de Roma, que sigue reinando en Occidente como si tal cosa. Muy poco sabemos de este brillantísimo ensayista de nombre maravilloso, que ni siquiera registra la onmímoda wikimierdra. Reunimos aquí sus principales colaboraciones en el surrealismo: el artículo de 1955 en Médium; la respuesta a la encuesta del arte mágico; el estudio sobre el Amor-pasión, las respuestas a la encuesta sobre el cuadro de Cornelius von Max (descubierto, abandonado, por Joyce Mansour) y el soberbio ensayo sobre "la fuerza creadora de los medios plásticos" (no perder al final el formidable varapalo de Robert Benayoun a unas chorradas de Albert Camus), todo ello en Le Surréalisme, même; y la respuesta a otra encuesta surrealista, ya en La Brèche, sobre los viajes interplanetarios.

Lancelot Lengyel es un nombre esencial en la cuestión céltica, aunque nadie se haya ocupado monográficamente de él, que yo sepa. Patrick Lepetit lo aborda esporádicamente en La tête d'Ogmius. Surréalisme et myhes celtiques, y por descontado su nombre nunca puede faltar en cualquier artículo que se precie sobre la cuestión, entre los cuales podemos recomendar el de Masao Suzuiki "Celtism" en el volumen 1 de The International Encyclopedia of Surrealism o este de Raphaël Neuville. Por fin, en la página de la colección Breton, se incluyen (a la cabeza de la entrada de Lengyel) una carta de Jacques-B. Brunius a Breton polemizando con algunas ideas supuestamente religiosas de Lengyel y una carta de este a Breton en que intenta aclarar su posición. 

Lancelot Lengyel (1886-1967). Entre 1955 y 1962, el fino escritor húngaro, afincado en París, Lancelot Lengyel fue un buen amigo de los surrealistas, firmando incluso documentos de gran importancia, como Coup de semonce (1957) y Démasquez les physiciens. Videz les laboratoires (1958). En 1954 su libro L’art gaulois dans les médailles interesó especialmente a Breton, que le dedicó un ensayo luego incluido en Le surréalisme et la peinture. Al año siguiente tuvo lugar la exposición “Perennidad del arte galés”, cuyo catálogo contó con textos de él, Breton y Estienne. En el n. 4 de la revista Médium, también de 1955, aparece una sección sobre la cultura celta en que intervienen él, Adrien Dax y quien sería luego principal autoridad en la materia, Jean Markale, nombre capital que también mantuvo relaciones de gran cordialidad con los surrealistas y que merecería, como Lengyel, una entrada en este libro (André Breton le prefació en 1956 su antología Les grands bards gallois, respondió en 1957 a la encuesta sobre el arte mágico y escribió en Médium, en Le Surréalisme, même, en La Brèche y, dos ensayos, en La civilisation surréaliste); la colaboración de Lengyel se titulaba “El descubrimiento del arte celta trastorna la historia del arte occidental”, la de Dax “Actualidad del arte celta” y la de Markale “Misterios y encantamientos del arte celta”. (Sobre Breton y el mundo celta tenemos dos excelentes artículos, uno de Jean-Luc Steinmetz en el n. XX de Mélusine y otro de Yves Vadé en el 42 de Pleine Marge.)
En 1957, Lengyel responde densamente a la encuesta de L’art magique y publica un ensayo sobre el Amor-pasión y el mito de Tristán en el n. 2 de Le Surréalisme, même, en cuyo n. 3 responderá a la encuesta sobre el cuadro de Cornelius von Max y en cuyo n. 4 colaborará también con otro brillante ensayo: “La fuerza creadora de los medios plásticos”. Nos encontramos a Lengyel aún en el juego colectivo de las “Cartas de analogía” (1959, n. 5 de Le Surréalisme, même) y respondiendo a la encuesta sobre los viajes interplanetarios (1962, La Brèche, n. 2). En 1969 se publicaría, póstumamente, Le secret des celtes.
(Caleidoscopio surrealista)