El número 81/83 de la revista portuguesa A Ideia contiene nuevamente amplio material sobre el surrealismo,
incluido, por supuesto, Mário Cesariny. Qué diferencia con las revistas
“radicales” española, en una de las cuales, dentro de un triste número dedicado
a la “posmodernidad”, se llegó a la estupidez de reducir el surrealismo a una
vanguardia artística, apoyándose en la simple reproducción de una basura estalinista
de Hans Magnus Enzensberger, presentado como un pensador “ajeno a toda
ortodoxia política, que ha traducido al alemán a poetas como Rafael Alberti y
César Vallejo” –é preciso ter lata!
En este número de A Ideia, aparte
los documentos de y sobre Cesariny, hay una enésima entrevista a Cruzeiro
Seixas (diciendo, en una de sus habituales paradojas, que no le gustan las
entrevistas –demonios: si no le gustan ¿para qué las concede?), una
interesantísima carta de Fernando Alves dos Santos a Cruzeiro Seixas, un texto
agudo de Guy Girard sobre el sentido del surrealismo hoy, el clásico de Silvia
Guiard sobre el combate del surrealismo argentino contra la dictadura de los
“caballeros militares” (Borges), el de Michael Löwy sobre Péret y la comuna de
Palmares y una semblanza perfecta de António Cândido Franco sobre Cândido Costa
Pinto, discutido pionero del surrealismo en tierras lusas.
Pero hay muchísimo más, ya que esta revista, junto a Flauta de luz, que dirige otro amigo del surrealismo, Júlio
Henriques, es una verdadera bandera del pensamiento crítico y libre. Muchos
textos se ofrecen sobre la revolución rusa, vista desde un ángulo libertario,
con atención a la figura de Kropotkine y destacando los de Emma Goldman, Ida Mett, Marc Badal y
Álvaro Sanabria. Amplio es el tratamiento que se hace de la clase campesina,
siempre denostada por el marxismo (y masacrada por algunos de sus líderes más
exitosos), pero, a la hora de analizar por qué es tan “incómoda”, no suele
apuntarse como uno de sus rasgos esenciales el odio al Estado, que no ha hecho
otra cosa, sea cual sea su naturaleza y a lo largo de los siglos, que chuparle
la sangre y robarle a los hijos para sus guerras y cuarteles. Hay también
textos históricos anarquistas sobre la revolución rusa y una interesante
reflexión sobre el anarquismo hoy, donde destacan las contribuciones de José
Pedro Zúquete, João Freire y Jorge Leandro Rosa. Completemos esta nota que en
un blog de intereses más vastos hubiera sido más extensa con la referencia a
los artículos sobre Thoreau de António Cândido Franco y Maria Antónia Lima y
señalando la abundancia de colaboraciones poéticas.
Cândido Costa Pinto, Homenaje al Bosco, 1947 |