Esta obra tiene más de 800 páginas, y es un trabajo colectivo de envergadura. La introducción, muy extensa, se titula “Para una historia global del romanticismo”; en ella, Alain Vaillant director de la revista Romantisme, discurre sobre el fenómeno romántico de un modo que constantemente plantea cuestiones y levanta objeciones, pero ello no puede sino aguzar la lectura, como ocurre luego con las muchísimas entradas del diccionario.
Con respecto a esas entradas, es evidente que aún se dista mucho de llegar a fijar esa “Historia global”. Así, por ejemplo, en los artículos dedicados al romanticismo español, no hay ni una sola referencia al más singular de los románticos españoles, Antonio Ros de Olano, el autor de los “cuentos estrambóticos” y de El doctor Lañuela, ni tampoco, lo que resulta más estridente, a Bécquer ni a Rosalía, que son la quintaesencia de ese romanticismo. Y es que los criterios cronológicos aplicados a otros romanticismos –incluidos los hispanoamericanos–, se esfuman al tratar el español. También advertimos una cierta rutina en el tratamiento de las figuras románticas francesas: ¿cómo se pueden dedicar cuatro columnas a Lamartine y solo una a Nerval?
En el prólogo, Alain Vaillant difiere un par de veces, aunque sin nombrarlos, del planteamiento sobre el romanticismo hecho por Robert Sayre y Michael Löwy en Révolte et mélancolie. Le romantisme à contre-courant de la modernité (1992), pero por nuestra parte seguimos considerando ese planteamiento el más certero y fecundo entre los formulados hasta ahora.
El propio Alain Vaillant dedica una entrada al Surrealismo, solo que demasiado somera. En Surrealismo Siglo 21 (2006), yo intenté explorar las relaciones –esenciales– entre ambos movimientos, pero muchas cosas he encontrado después que ya obligan a rehacer dicho trabajo (aunque no en su conjunto). Tres años antes, Vincent Gille dirigió un catálogo extraordinario: Trajectoires du rêve. Du romantisme au surréalisme, con textos suyos, de Annie Le Brun, de Étienne- Hubert y de Oliver Schefer, no citado en la extensa bibliografía de este diccionario.
Se trata, en fin, de una obra que todos los interesados en el romanticismo devorarán, pues, salvo las entradas de figuras carentes de todo interés, se deja leer de manera continuada, descubre infinidad de datos y detalles, aborda motivos y temas de lo más diverso y pone sobre el tapete cuestiones a veces del máximo interés.