En México acaba de publicarse, en las
Ediciones del Lirio, La serpiente carnívora, antología de poesía surrealista portuguesa
que ha seleccionado y traducido Rodolfo Mata. Cuenta la selección con el apoyo
de Perfecto E. Cuadrado, autor del libro ya clásico A única real tradição
viva. Antologia da poesia surrealista portuguesa,
aparecido en 1998.
Los poetas
presentes son Mário Cesariny, Carlos Eurico da Costa, António Dacosta, Mário
Henrique Leiria (de quien procede el título), Fernando Lemos, António Maria
Lisboa, Alexandre O’Neil, Pedro Oom, António Pedro, Risques Pereira, Alves dos
Santos, Cruzeiro Seixas y Marcelino Vespeira, cerrándose el libro con unos
cadáveres exquisitos verbales y un extenso y magnífico “texto poético” de
Ernesto Sampaio. Se echa en falta a Isabel Meyreles, y también que no se haya
salido de las fechas de siempre, no habiendo referencia alguna al grupo actual
de Coimbra.
La
presentación la hace Carlos Pineda y es de una irrelevancia absoluta, aparte
los chismes sobre Breton en México, la distinción entre un “surrealismo
construido” y un “surrealismo de escritura automática”, la matraquilla sobre la
música y el surrealismo y la alegre creencia en un surrealismo que escapa de
“la dictadura” de Breton. Sin novedad en el frente mejicano.
El traductor –óptimo–
está más afortunado en su introducción, que titula “El surrealismo portugués:
una voracidad sensual del existir”, aunque tenga el lapsus de José Maria Lisboa
y, tras hablar con todo rigor del surrealismo en Argentina, Chile, Perú y
Brasil, esgrima los nombres de Lorca y Aleixandre como representantes del
surrealismo en España (Lorca nunca tuvo una palabra de estima por el
surrealismo, y Aleixandre, del que decía Alejandra Pizarnik que era “casi tan
tonto como Alberti” –igualarlo pertenece al mundo de lo imposible–, hasta
escribía “superrealismo”).
Esta es una
útil publicación, para quienes no conocen una de las pocas lenguas bellas del
mundo civilizado.