Tras ver las fotos supersticiosas de Javier Gálvez y Bruno Jacobs, busqué el artículo de Benjamin Péret, que viene a estar en el catálogo de la exposición de 1947, como apoyo de la famosa Sala de Superstición diseñada genialmente por Frederik Kiesler.
El artículo es extraordinario, tal y como yo
lo recordaba (aunque, no sé por qué, creía que su título era “Elogio de las
supersticiones populares”). Péret ataca la visión del “hombre positivo”, clasifica
las supersticiones, a las que une la “conciencia poética del mundo”, y al final
pone ejemplos de nuevas supersticiones, con su natural espíritu subversivo.
Estas páginas, que extraigo de sus obras completas, merecen traerse ahora a
colación, tras el resurgir en Cádiz del bello espíritu supersticioso.