Frontispicio de Pierre-André Sauvageot |
Matériaux
pour une onirochronique du surréalisme, en su
caso, se suma a tres anteriores títulos que exploran las posibilidades del
onirismo: Abrégé d’histoire universelle vu en rêve, Manuel de
zoologie onirique y Éléments pour une esthétique onirique. La idea
es ahora “estudiar e interpretar la trayectoria siempre inacabada del
surrealismo y su sombra inscrita en los sueños nocturnos de los surrealistas de
hoy y de sus amigos”, teniendo como objetivo “la constitución colectiva de una
onirocrónica del surrealismo”. Cómo no, Guy Girard procede en seguida a
desgranarnos una serie de ejemplos propios que van de diciembre de 1982 (en que
una voz femenina le da en la duermevela el “le la” detonador) a febrero de
2015, y en los que emergen, entre otros, André Breton, Jimmy Gladiator, Jean
Benoît, Édouard Jaguer, Benjamin Péret, Jean Terrossian, Ted Joans, Salvador
Dalí, Aurélien Dauguet, Josette Exandier, Marcel Duchamp, Juan Miró, Louis
Aragon, Fabrice Pascaud, Annie Le Brun y Jean-Pierre Guillon, aunque se dan
también el encuentro con el misterioso primer traductor español de Los
cantos de Maldoror y una visita a la Calanda de Buñuel.
Como suele
ocurrir cuando uno se lee a Freud, nada es menos extraño que actúe como
enriquecedora de nuestra vida dormida la lectura de estos cuadernos oníricos de
Guy Girard.