Nos hemos enterado de otra triste desaparición: la de Richard Anders, quien contaba 84 años y forma parte del escaso número de surrealistas nacidos en Alemania. Por desgracia, no es una figura que conozcamos bien, poco pudiendo añadir a la semblanza que le dedicamos en Caleidoscopio surrealista:
“Escritor y creador de collages, Richard Anders «es, entre los poetas alemanes de su generación, uno de los más fieles a la vía trazada por el surrealismo y al mismo tiempo uno de los más activos» (Edouard Jaguer). Ya en 1962 se encontraba con Breton y sus amigos en La Promenade de Vénus, lo que relata en el n. 506 de Neue Deutsche Literatur. En 1984 edita con Ted Joans el diario Dies und das (Esto y aquello), y colabora luego en la revista surrealista británica Extrance, dedicándole uno de sus textos a Mimi Parent. Uno de sus últimos libros (Hörig), publicado en 1997, contiene 30 relatos y 10 collages, mientras que en otro del año siguiente (Die penduluhren haben ausgangssperre) encontramos poemas inspirados en las obras de Brauner, Klapheck y Toyen, o dedicados a Breton y Max Ernst. Ya en 2002, Marihuana hypnagogica se compone de collages y “alucinaciones hipnagógicas”, mientras que en 2003 su libro de ensayos Wolkenlesen indaga en las experiencias de escritura automática propias y de poetas como Ritter o Breton, en las alucinaciones de los poetas «en la era de la razón», en la droga como musa, etc. Un libro suyo traducido al inglés, en 2000, es The footprint of one who has no stepped forth”.
En una nota que, con motivo de su óbito, ha aparecido en las páginas digitales del Centre de Recherches sur le Surréalisme, leemos que Anders formó un grupo surrealista con Johannes Hübner, Lothar Klünner y Joachim Uhlmann, y que su libro más conocido es el titulado Zeck [“garrapata”], “personaje bizarro que recuerda mucho al Plume de Michaux”. Más información sobre este “grupo” hay en el n. XIV de Mélusine, pp. 134-135, aunque el dato de que los cuatro volúmenes de su anuario poético Die Speichen deben su inspiración sobre todo a René Char, no parece hacerlo muy “surrealista” que digamos, dado que esos anuarios aparecieron entre 1968 y 1971.
Voy a traducir, en fin, la nota que Heribert Becker publicó en Infosurr (n. 54), con motivo de la publicación de Wolkenlesen:
“Esta recopilación de ensayos de Richard Anders, que permite elucidar la base teórica de sus propios métodos de escritura, comprende los siguientes capítulos: «Un resplandor del mundo físico», sobre las alucinaciones hipnagógicas y su efecto sobre los investigadores y los filósofos, los niños, los poetas y los pintores; «Las alucinaciones en la era de la razón», sobre Friedrich Nicolai, Emmanuel Swedenborg, Jean Paul, Annette von Droste-Hülshoff, y luego Nerval, Rimbaud y algunos otros; «Los paraísos artificiales en el hotel Pimodan», sobre la droga en tanto musa; «El deseo, sí, en todo momento», sobre el «automatismo psíquico» en Ritter, Börne, Breton, Blanchot; «Escribir en trance», sobre las experiencias de escritura automática del propio Anders. Como lo indican estos títulos, Anders remonta bastante lejos en la historia para encontrar las trazas de fenómenos que lo intrigan desde su adolescencia y que constituyen el universo (a veces oscuro) de su poesía.
En cuanto a las «alucinaciones hipnagógicas» que lo obsesionan y hasta torturan, Anders ha publicado en 2002 en Galrev (Berlín) un volumen de 147 páginas, ilustradas con sus propio collages, Marihuana hypnagogica. Este libro contiene una serie de anotaciones directas de esas visiones que, en él, emergen –poco importa donde se encuentre– desde que cierra los ojos.”
Como se ve, una nota de lo más incitativa, pero con el ay de que todo esté solo en lengua alemana. ¡Y con tanta basura que se traduce incesantemente!