lunes, 27 de febrero de 2012

Alex Januário


Así era presentado Alex Januário en el catálogo O reverso do olhar, Coimbra, 2008:
“Nació en São Paulo (Brasil, 1977). Fue fundador y miembro dinamizador  del grupo surrealista deCollage (2001-2007). Es poeta, y fue por la poesía de la palabra cómo, por evolución natural, llegó a la poesía de la imagen o collage, afirmándose como collagista. En 2004 organizó con Konrad Zeller la muestra «Convocatoria de los cómplices», exposición que celebró los 80 años del Primer Manifiesto de André Breton. Fue responsable de la primera fase de la revista A via queimante, ligada al extinto grupo. Expuso con el grupo Derrame en 2006 en Santiago de Chile (La voz del animal metafísico) y en la Fundación Eugenio Granell en Santiago de Compostela –“Sonámbula. Inconscientes para una geografía onírica” (2007), organizada por el mejicano Enrique Lechuga. Colaboró por un período relativamente corto con el Grupo Surrealista de São Paulo. En su último viaje a Portugal (diciembre de 2007) realizó una intervención pública en Famalicão, en el garaje de los autobuses, con una exposición de dibujos automáticos después de leer en voz alta el texto La oveja galante de Benjamin Péret. En su brazo izquierdo presenta el tatuaje «Je cherche l’or du temps». Vive en São Paulo”.
Sin duda que Alex Januário busca el oro del tiempo, que es la única manera de honrar la vida en este mundo insano. En la exposición de Coimbra, tres de sus collages, todos de 2008, llevaban los siguientes títulos: “Benjamin Péret preso a lo sublime”, “Mário Cesariny ejerciendo los campos magnéticos a mi paso por Coimbra” y “Mi encuentro con la Torre Saint Jacques”, títulos que lo dicen todo acerca de su ubicación en el corazón mismo del surrealismo. Al año siguiente aparecía su libro de collages Sete anos, siendo de resaltar aquí la plena vitalidad que la práctica poética del collage posee en la presente aventura surrealista –como la ha poseído siempre–, sin merma alguna de poderío e inventiva, sin ninguna decadencia repetitiva, o no hubiera abierto la invención del automatismo un verdadero infinito.
De Alex Januário sospechamos que nunca dejará la cresta de la ola surrealista. Hoy acompañamos esta nota de dos collages suyos.