En la exposición neoyorquina no se ve ni un afroamericano. ¿Acaso no les interesa el surrealismo? No: se debe a que el porcentaje de ellos que se ha pinchado doblemente no llega ni al 30 %, ya que están hartos de que los liberales blancos los usen como cobayas. Admiramos a ese pueblo que ha dado al siglo XX sus dos únicos títulos de gloria, aparte el surrealismo: la música de blues y la música de jazz.