Esta es una publicación muy notable, que da cuenta de muchas vertientes del surrealismo actual. Patrick Lepetit ha aceptado el desafío de la revista de Niza Vocatif y ha hecho un gran trabajo, donde si no están todos los que son sí que se da una muestra bastante amplia y representativa de la fuerza y vigencia del surrealismo en nuestro tiempo.
Patrick Lepetit es presencia habitual en las notas que
venimos sacando durante los últimos años. Baste ahora recordar su perfil de poeta y
ensayista y sobre todo el gran mérito de haber puesto de nuevo sobre el tapete
la cuestión crucial de las relaciones esenciales entre el surrealismo y el
hermetismo, algo olvidadas quizás en las décadas últimas.
En cubierta de
este número de 80 páginas, Evocación élfica de nuestro inolvidable
Jean-Claude Charbonel, quien a su vez exploró con intensidad el territorio
mítico y mágico tan propio de la apuesta del surrealismo. Y como pórtico, un
dibujo de Jacques Lacomblez, otro inspirado de la gran tradición lírica
romántica y simbolista en que arraiga el surrealismo. Inmejorable tino pues con
que se abre el fuego y que conduce a la presentación de Lepetit, en tres
sólidas páginas que titula así: “Bajo el signo ascendente, hacia y contra
todo”, un título que señala ya de por sí la posición combativa, apasionada que
lo caracteriza en todo lo que hace. Estas páginas las reproduzco más abajo.
Las
ilustraciones son de John Welson, Ody Saban, Rik Lina, Juan Andralis, Gregg
Simpson, Miguel de Carvalho, Seixas Peixoto, Enrique de Santiago, Guy Girard y
Sasha Vlad. Los poemas, de Jehan Van Langhenhoven, Hervé Delabarre, Jacques
Lacomblez, Daniel Abel, Allan Graubard, J. Karl Bogartte, Alain Roussel, Guy
Girard, John Welson, Odile Cohen-Abbas, Bruno Geneste, David Nadeau, David
Greenslade, Rodrigo Verdugo, Beatriz Hausner, Valery Oisteanu (“Serenade pour
Sarane”, un emocionado homenaje a Alexandrian), Christophe Dauphin, Kenneth
Cox, John Richardson, Ludovic Tac, Paul Sanda, Serge Pey, Joël Gayraud, Fabrice
Pascaud, Jean Bonnin y Enrique de Santiago.
Hay
importantes ensayos y documentos. En primer lugar, Daniel Abel narra con
lenguaje magnífico su encuentro con André Breton en 1958. Recordemos que hace
un año le dedicamos una nota,
remitiendo a una entrevista en que hablaba precisamente de ese encuentro. Este
es un testimonio realmente admirable, que ya vale por todo el número de la
revista.
El propio
Patrick Lepetit (a quien además se deben la mayoría de las traducciones de
otras lenguas que el francés) entrevista a Ody Saban y dedica un breve ensayo a
la admirable pintura de John Welson (“Territorios mágicos de lo imaginario”), con quien
ha compuesto el bello libro Earthly kingdoms and dreamy knights, ya aquí
reseñado.
Un texto tan excepcional
como el de Daniel Abel es el de Rik Lina, “Virgirima”, maravilloso,
sorprendente relato empapado de mitología y azar objetivo. Una verdadera joya,
sobre el surgimiento de uno de sus lienzos, que aquí vemos reproducido (en la
revista lo que encontramos es un grabado sobre el mismo tema):
Rik Lina, Vigirima, 1976, 1979 |
Con interés
retrospectivo, se ofrece luego el resultado de varias entrevistas con Juan
Andralis (1928-1994), quien está más o menos bien, si no fuera por detalles
como su caída en el tópico del “surrealismo histórico” o la narración de cómo
intentó meterle a André Breton el embolado de Jorge Luis Borges. Se da noticia
de su imprenta y editorial El Archibrazo, fundada en 1966, tras volver a
Argentina después de su estancia parisina. Hoy existe, en su secuela, el
proyecto El Archibrazo:
Tras una buena
página de Laurent Doucet titulada “Datura” (¡anagrama de Artaud!), un ensayo
muy largo de Thomas Mordant sobre la “civilización surrealista” interesa menos
por sus chirriantes profecías o aún más chirriantes propuestas como la de
“jugar con la tecnología”, que por unas reflexiones muy agudas sobre la
actividad del juego en el surrealismo (por cierto: yo que pensaba que era
privilegio de la memez española el tranque del llamado “lenguaje inclusivo”, me
lo encuentro aquí a cada paso: “individuos e individuas”, “todos y todas”,
“cada uno y cada una”, etc.).
Certeramente,
Patrick Lepetit ha preferido componer un número en que poemas, ensayos e
imágenes van entremezclándose. El conjunto ofrece una buena visión del
surrealismo en marcha, de todas sus afirmaciones (y rechazos), para oponerlo al
desconocimiento que priva en muchos medios que se limitan a lo que dictan el
conformismo y la ignorancia reinantes, en esta materia como en todas.
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Como coleta,
aprovecho para recordar que Le Vocatif era el nombre de una publicación
fundada por Tom Gutt en 1972 y que alcanzó la friolera de 286 números, aunque
se trataba de una simple hoja plegada en cuatro. En los siguientes enlaces
puede verse el sumario de todos los números y un artículo de Dominique
Rabourdin sobre el especialmente rico número 100 (este segundo enlace está en el momento en que escribo desactivado, pero supongo que será un problema pasajero):