Ya tuvimos ocasión de anunciar la aparición
de este precioso libro, nueva edición de Le Grand Tamanoir, en que se reúnen
poemas de Jean-Pierre Lassalle con los que dialogan numerosos dibujos de
Christian d’Orgeix. Se trata de uno de los más bellos poemarios con que nos
hemos deparado en mucho tiempo.
Con diversas plaquettes de difícil
obtención (por no decir imposible, ya que las primeras, de los años 60, ni
siquiera se distribuyeron comercialmente), Jean-Pierre Lassalle vio en los años
1998-2001 publicados en Tolosa tres recopilaciones sobriamente presentadas que supusieron
para mí, algún tiempo después, una verdadera revelación: La fuite écarlate,
Poémes presques suivis de La grande climatérique y L’écart issolud
suivi d’Agalmate, cuyos títulos ya nos sitúan en un lenguaje personalísimo,
y es que Jean-Pierre Lassalle es un poeta exquisito, un inventor de palabras y
de metáforas que tanto resulta inexplicable sin el surrealismo como arraiga
fértilmente en la más exigente poesía simbolista –que por lo demás fue la que
formó a un André Breton.
Ahora, Le Grand Patagon et autres poèmes
reúne muchos de los poemas contenidos en esos libros junto a otros que Lassalle
dio a la luz más recientemente en la revista Encres Vives (n. 448,
noviembre de 2015) bajo el título de “Il convient” y a una tanda que yo
desconocía (una serie de ocho poemas que van de “Opales” a “Handsart”).
Si este volumen de poemas lo enriquecen los
espléndidos dibujos de Christian d’Orgeix, es preciso añadir que se ve
redondeado por una introducción de siete páginas muy fina de Mikaël Lugan,
quien profundiza en la aventura poética de este verdadero “geólogo de los
espacios y los tiempos” (como tal, en su movilidad por unos y otros, Lassalle
me hace pensar a veces en Juan Eduardo Cirlot, cuya poesía estaba tan llena de
mitos, de símbolos, de claves esotéricas, de suntuosidades antiguas, de
vértigos ubicuos), centrándose en su fascinación por las piedras, en sus
imágenes minerales que proclaman “el poder del deseo y la luz de la pasión”,
pudiendo verse sus poemas como “los resultados de un fenómeno de
cristalización”.
*
Mikaël Lugan abre su ensayo sobre Jean-Pierre
Lassalle citando un pasaje de su carta de 1959 a André Breton, que este le
publicó en el n. 9 de Bief, ya que, al escribirle a Breton que soñaba
con descubrir y realizar una poesía “feliz” y “pétrea”, Jean-Pierre Lassalle
estaría en tan temprana fecha (pocas semanas antes se había incorporado, con 22
años, al grupo surrealista) expresando lo que sería su arte poética. Pero el
pasaje merece conocerse completo, dada la crucial asociación entre la poesía y
la naturaleza, y por ello voy a reproducir de Bief la carta, añadiendo
como “bonus” su otra colaboración, interesantísima, “Teorías monetarias”, donde
se evidencia el interés que Lassalle compartía con Breton hacia las monedas
antiguas por su valor estrictamente poético, en irrisión de su valor de intercambio
(Lassalle hasta habla de “destrucción del mito monetario”).