Si hace cinco años reseñamos aquí Unscripted
journeys, el libro viajero de R. R. Green, ahora saludamos la aparición de Legends
of heresy, variopinta miscelánea enteramente libre de un espíritu que
respira libertad por todos sus poros.
Legends of
heresy está
dedicado a Debra Taub, su compañera de tantos años y ella misma una figura
notable del surrealismo.
Asistimos a un apasionante desfile de textos
breves, ensayos, diatribas, esculturas, pinturas, dibujos, muebles, joyas,
invenciones, todo con el sello del surrealismo.
El capítulo 2 es una feroz invectiva contra
las religiones, que hubiera hecho las delicias de Benjamin Péret, como hace las
mías, y el resto de los textos viene marcado por el humor, con prioridad para
el sarcasmo de la insondable imbecilidad reinante.
Si Édouard Jaguer privilegiaba sobre las
pinturas de Robert Green sus esculturas de madera, debe decirse que aquí se
reproducen esculturas en infinidad de materiales, convirtiendo a Robert Green
en un nombre indesplazable para cualquier visión que se quiera dar de la
escultura surrealista –¡y aquí tenemos a uno que nunca hará esculturas para
ayuntamientos! Del mismo modo, también se vale de muy diferentes piedras
preciosas para sus invenciones joyísticas.
Los dibujos son de una gran frescura, con
mucha gracia, derivando en muchos de ellos hacia el cómic y hacia la
caricatura. Y discrepando amigablemente de mi inolvidable y siempre admirado amigo
Édouard Jaguer, sus pinturas me parecen tan certeras como sus esculturas,
aunque muy diferentes de inspiración.
Por último –Robert Green ha sido carpintero,
y supongo que lo seguirá siendo–, sus muebles surrealistas son también un
capítulo de otra zona del surrealismo, en este caso antologada hace ya algunas
décadas por Emmanuel Guigon.
Cierra este dinámico volumen un capítulo
sobre la Galería Bugs Bunny de los surrealistas de Chicago; el historiador no
es otro que Ron Sakolsky.