El catalogo francés de la exposición parisina dedicada al grupo Art et
Liberté ha sido traducido con motivo de la traslación madrileña que ya
anunciamos. Se trata de un catálogo de referencia, sobre todo en el aspecto
documental e iconográfico, ya que el estudio que lo acompaña se centra sobre
todo en la cuestión del nacionalismo y el internacionalismo, sin indagación
especial en las obras. Los comisarios califican los tiempos actuales como “una
época en que el mundo es cada vez más diverso”, aunque mi apreciación es
diametralmente opuesta.
En un período imposible que más turbulento, el surrealismo tuvo una bella
recepción en Egipto, cumpliendo, como en tantos otros lugares, una función
eminentemente liberadora. La figura central es sin duda Georges Henein, uno de
los grandes del movimiento surrealista, pero hay otros nombres muy valiosos,
como El-Telmisany, Ramses Younane (de quien es la imagen elegida para la
cubierta), Fouad Kamel y otros que reciben al final útiles semblanzas,
incluidas las de Lee Miller y Mayo, que actuaron como enlace entre París y El
Cairo, o las de Albert Cossery, Edmond Jabès, Eric de Nemes.
El aparato ilustrativo se divide en las siguientes secciones, acompañadas
de buenas notas introductorias: “La revolución permanente”, “La voz de los
cañones”, “Cuerpos fragmentados”, “La mujer de la ciudad”, “Realismo
subjetivo”, “El Grupo de Arte Contemporáneo”, “Escribiendo con imágenes” y
“Fotografía surrealista”.
Edita Skira, pero la exposición tiene lugar en el museo monárquico de
Madrid, que hace preceder el catálogo de un interminable prólogo jactancioso
del Ministerio de Educación, Cultura y Deportes (sic).
Recordemos que sobre el surrealismo en Egipto hay una importante página:
“Todos ustedes conocen esos quioscos grisáceos y sosos que albergan tanto
potentes transformadores como cables de alta tensión y en cuyas puertas una
breve inscripción suele advertir: «Prohibido abrir: peligro de muerte». Pues
bien: el surrealismo es algo sobre lo que una mano de innumerables dedos ha
escrito su réplica a la fórmula anterior: «Por favor, abrir: peligro de vida».”
(Georges Henein)