Una impagable evocación de Toyen,
coincidente con la aparición del filme de la colección Phares, ha publicado
Alain Joubert en el número 5 de L’Échaudée, ediciones Ab irato, primavera de 2015: “Toyen, petits faits et gestes
d’une très grande dame”. Esta nota me resarce de la decepción que tuve hace
años al preguntarle a Eugenio Granell por Toyen, limitándose a decirme que era
una mujer “fea” y a mostrarme un dibujo suyo. Joubert la pudo conocer mucho
mejor, y refiere unos recuerdos muy simpáticos y emotivos de “la dama de
granito con pinceles de terciopelo”. Señala el peso decisivo de su presencia en
el grupo, sitúa entre sus cómplices principales a Benjamin Péret (descuidado en
la película de Phares, como ya dije), se detiene en su cinefilia
(principalmente compartida con Benayoun, Legrand y Goldfayn), la retrata en los
encuentros estivales de Saint-Cirq-Lapopie, etc. Subrayo este pasaje: “Toyen no
tuvo nunca el culto de las «raíces», ni cultivó el gusto de las sujeciones,
originales o de circunstancias, y por tanto no se dejó jamás engañar por los «honores»
o «reconocimientos» oficiales que son su secuela ordinaria. El único mundo en
que ella se reconocía, al cual aceptaba pertenecer, por el corazón y por el
espíritu, por el deseo y por la voluntad, por la elección lúcida, para ser
claro, se definía enteramente en una sola palabra: surrealismo”.
Se reproducen también aquí los dibujos de Cache-toi-guerre, acompañados del poema de
Jindrich Heisler.
L’Échaudée es una revista de crítica social que da
cancha a la poesía y al cómic.
Toyen, Anudan y vuelven a anudar (1950), una de las tres obras que Élie-Charles Flamand puso como ejemplos de "arte mágico" |