Este título de la última entrega
de Javier Gálvez en Solsticio ediciones podría aplicarse a su incesante
actividad poética y editorial. “La corriente continua es aquella cuyas cargas
eróticas fluyen siempre en el mismo sentido en un círculo erótico cerrado,
moviéndose del polo negativo al polo positivo de una fuente de fuerza
eróticomotriz”, es sin duda alguna una definición que nos hubiera hecho mil
veces más interesantes aquellas clases de física y química que se nos infligían
en la edad de la domesticación escolar.
Al ser calificada la
“respiración” como el “tiempo que tarda en recorrer un beso el interior de unos
labios” –otra definición muy mejorada–, van a dársenos en seguida un ejemplo de
“inspiración” (a la izquierda) y otro de “espiración” (a la derecha):
Bien conocida es la bella
tradición surrealista de comentar/interpretar las “noticias”, y hasta Fernad
Dumont títuló una revista Faits Divers y Masao Suzuki, en la colección
“Surréaliste” dirigida por Georges Sebbag, dedica un volumen a la cuestión: la
intervención de Corriente continua se inserta en su línea más hilarante.
Ilustran muy apropiadamente la publicación dos de las fotos de paredes a que
tan proclive es Javier Gálvez.