Esta selección de poemas de Jhim
Pattison viene a iluminar a una de esas figuras, abundantes en el surrealismo,
poco preocupadas por su proyección fuera de este movimiento y conocidas sobre
todo en el grupo de sus amigos, que a grandes rasgos son los que conforman la
aventura de Invisible Heads.
Nacido en 1951, Jhim Pattison se
incorpora al surrealismo después de la ruptura del grupo de Columbus con
el de Chicago, producida en 1977, aunque en Invisible Heads ya
encontramos un collage suyo del 76, dominado por el rostro de Nosferatu. La
poesía, el collage y la música han sido las tres vertientes creativas de
Patttison, quien entra en acción a fines de los 70 desde Los Angeles, junto a
Byron Baker.
Junto a Baker, Steve Lock y otros,
Pattison explora los sonidos en The Armaghetto Ensemble, que pronto se
convierte en el colectivo abierto Mal Occhio, cuya singularidad en el panorama
musical de la época es haber estado compuesto por surrealistas, ya que a él se
incorporan además Thom Burns, Richard Horowitz, Raman Rao, Laurence Weisberg y
Brooke Rothwell. La música que hacen ha sido calificada de “etno/industrial
trance music”, con teatro musical improvisado en las calles y la invención de
instrumentos, como el tubular octófono y la increíble “Bellmer-Freud Box”,
hecha de juguetes. Sin ninguna limitación, recurren también a toda la
cacharrería electrónica primitiva. En suma, un capítulo muy importante de la
música surrealista, con componentes lúdicos, humorísticos, experimentales y automatistas,
guiándose por el azar en vez de buscar “atmósferas”
En los años 80-82, que son el
auge de Mal Occhio, tocan en clubs de Los Angeles y San Francisco y llevan a
cabo una sesión de estudio, donde muestran una música a la vez de sorpresa
cómica y oscuridad, comparada al estilo caótico de los Hermanos Marx, quienes
no por acaso aparecen en uno de los collages de Pattison. Este collage está
reproducido en Invisible Heads (670), donde se pueden apreciar otros más
(253, 342 –titulado Alfred Jarry’s Phantom Volcano–, 343, 395, 604, 703).
En 1983 está presente en la
exposición “Harvest of Evil” del grupo de Columbus. En esta exposición
participaron figuras de proa del surrealismo internacional –Cesariny, Granell,
Valaoritis–, quienes se situaron pues al margen de la ruptura del 77, o, si se
prefiere, avalaron la genuinidad surrealista –incontestable– de esta
prolongación del surrealismo estadounidense, a diferencia de otros, como El
Janabi, que tuvieron una actitud lamentable.
En 1984 tiene lugar en el Cafe
Onyx de Los Angeles la exposición “Two-Headed Collage”, con obras colectivas de
Pattison, Byron Baker, Steve Lock, Richard Waara y amigos locales. Para la
ocasión, se filma Door to Freedom, película muda con guion y dirección
de Byron Baker, banda musical de Mal Occhio y como actor principal el propio
Jhim Pattison.
Al año siguiente, en San
Francisco, se celebra otra exposición que fue todo un hito: “Magnets of the
Polar Horn” (título tomado del Fourier más visionario). Esta exposición supuso
el nacimiento del grupo Hydra, y estuvo dedicada a la “memoria viviente” de
Clarence John Laughlin, quien acababa de morir. La actividad en estos años no
ceja, y en 1986 tiene lugar otra exposición de Hydra: “The Secret Face of
Scandal” (título esta vez tomado de Nora Mitrani), siempre con la presencia de
Jhim Pattison.
El grupo se dispersará en los
años 90, pero las aventuras individuales y los encuentros prosiguen. En 2003 y
2004, Pattison participa en los homenajes a ese poeta inmenso que fue Laurence
Weisberg. Falleciendo en 2009, Pattison fue a su vez celebrado por sendos
poemas de Steve Lock, Raman Rao y Byron Baker, todos incluidos en Invisible
Heads. El de Steve Lock se titula “The Truest Surrealist...” y nos brinda
un bello retrato poético. El de Byron Baker, aludiendo a la “revuelta” y a las
“nubes kachinas”, lo hace también al animal totémico del poeta: la lechuza. Como tal hay un retrato suyo, y en
otra foto de Invisible Heads se lo ve
con una de ellas.
In the Arms of the Honey
Eaters (Anon Edition, Los Angeles) es una selección de textos espléndidos –hecha
por Raman Rao– y un bonito libro, con reproducciones de varios collages. Sí que
nos hubiera gustado una mayor extensión, ya que consta solo de 90 páginas (y
por lapsus repitiendo el poema en que aparece Lautréamont en “otro de sus
delirios”). La poesía de Jhim Pattison no está lejana a la de Will Alexander, y
otros poetas cercanos a quienes aquí se refiere son Schlechter Duvall y
Laurence Weisberg, nombres a quien podemos sumar el de Alice Farley, objeto del
poema “A Show of Hands”. “The Moon in the Man” –lo que sin duda es infinitamente
más bello que esa farsa del “hombre en la luna”, cuya verosimilitud han negado,
con muy buen sentido, todos los campesinos antiguos de cualquier parte del
mundo– va dirigido al primero (otra versión ya había aparecido en The
Adventures of Desirée), como “a Laurence Weisberg y su doble” el titulado “The
Ascent of Mary W. Shelley”, poema de 1984 ya conocido por el Boletín de Los
Angeles. Jhim Pattison ha escrito también el poema “La langosta de Nerval”,
donde aparece otra gran figura del romanticismo, y creo que la más importante
para el surrealismo, y sin duda para André Breton, quien en la “Introducción al
discurso sobre lo poco de realidad” se hace precisamente eco de la anécdota que
recuerda a Nerval arrastrando por el Palais-Royal una langosta. Tanto le gustó
lo que llama “eterno desafío” de Nerval que se conserva un dibujo a color, sin
fecha, representando esta escena, con el título de La vieja linterna,
nombre de la calle en que se ahorcó el poeta de Aurelia.
De André Breton cita Jhim Pattison
este pasaje de “Silencio de oro”:
“Es preciso unificar, reunificar la audición, en el mismo grado
en que es preciso unificar, reunificar la visión”. Otra cita de
Breton hay, junto a otras de Charles Fort –uno de los grandes precursores del
surrealismo en lengua inglesa– y de Groucho Marx (“I wanna dance, I wanna sing,
I wanna hotchacha!”– en el poema “A Hostage in the Arms of the Honey Eaters”.
Aparte los detonantes collages de Pattison, hay un dibujo de Byron Baker,
de los tres que acompañaron el trabajo de colaboración “Una Sull’atra”, todos
en Invisible Heads.
Jhim Pattison tuvo una vida ejemplar, como artista y como poeta, “en parte
ermitaño, en parte cometa, en parte coyote” –así se dice en la breve semblanza
final del libro, lo que se nos antoja una divisa hermosa donde los haya.
“Where’s the blind door one crawls toward?”