Hoy presentamos una antología de películas de Jan Lenica (las que están disponibles en youtube), más un diálogo en inglés con el gran cineasta y dibujante, más un documento que encabeza la mejor presentación que se le ha hecho, o sea la de Robert Benayoun, y prosigue con unas declaraciones de Lenica en que reconoce su raigambre surrealista y subraya la trascendencia del surrealismo en el arte número siete; estos documentos han sido extraídos del libro que, con motivo de una exposición parisina en el Museo de Arte Moderno, se le consagró en 1980, pero conviene señalar que el ensayo de Benayoun ya se encontraba en embrión en una página suya aparecida en el número 4 de La Brèche (1963).
Las dos primeras película las hizo con Walerian Brorowczyk, y es que el trío Lenica-Borowczyk-Polanski, a fines de los años 50, estaba inmerso en el surrealismo (de ahí que al final demos el enlace de un célebre corto de Polanski, recientemente subido a la página reina de la piratería cinematográfica). La primera es un corto sobre el pintor naïf Jan Plaskocinski, siguiendo la vida amorosa del plácido M. Ludwik. Luego hay colaboraciones con Ionesco y filmes fascinantes como Monsieur Tête, Laberinto o A, siendo una pena no tener a mano Adam A, que ya no recuerdo cómo llegué a ver y es extraordinaria. Cierra la sesión su largometraje basado en la saga ubuesca, con esa máquina de descerebramiento que funciona a todo meter, 24 horas al día, en las sociedades occidentales desde marzo de 2020, aunque nuestros queridos radicales anticapitalistas sigan cantando con maravillosa porfía la canción del más popular baladero ibérico, "La vida sigue igual" (o, si preferimos no salir del cine, sigan diciendo como si tal cosa "Sin novedad en el frente").
Reproduzco también su cartel de La edad de oro (hizo otro para la exposición de surrealistas polacos celebrada en Amsterdam en 1970 y otro dedicó a Max Ernst, por señalar solo los que conciernen al surrealismo), que contrasto con la preciosidad de Luis Ortiz Rosales cuando esta película intentó exhibirse en Tenerife en 1935, provocando un escándalo mayúsculo.
Lenica y Gombrowicz |