Ofrece el máximo interés esta comunicación, precisa e incisiva, de
François-René Simon sobre la reciente edición facsimilar de Nadja. No
deben dejarse pasar nunca las insidias contra Breton, y en este caso por parte
de un peso pesado del universitarismo como es Jacqueline Chénieux-Gendron,
convertida aquí en Jacqueline Chénieux-Gendarme. ¡Basta de gendarmes
antibretonianos! Muchas gracias a François-René Simon, voz lúcida y alerta desde
hace ya bastantes décadas, y de quien además sabemos que su lectura de Nadja
en 1964 lo hizo dirigirse a André Breton, pasando a formar parte del grupo
surrealista parisino en los siguientes años.
nadja au fil de la plume