Recordamos el propósito de esta
exposición colectiva internacional, celebrada recientemente en Montreal, y que
ha originado el libro-catálogo de Sonámbula:
“Las facultades sensibles y
mentales que pueden transformar nuestro contexto íntimo, social y político
surgen en el bosque íntimo del deseo. Que ello ocurra en el murmullo nocturno,
el sueño, la creación de una imagen, la formulación de un sonido, en la
aventura amorosa o la irrupción del azar que provoca los encuentros, en la desobediencia
y los gritos de luchas y de emancipación social, el deseo nos atraviesa como
nos asedia. La evocación de su poder encantador devuelve a la realidad lo que
vale en ella de ser vivido. Sobre esta línea proponemos esta exposición
colectiva. Se trata para nosotros, en tanto que agrupación de creación poética,
de asumir el carácter colectivo de nuestra trayectoria instaurando nosotros
mismos un espacio autónomo de exposición en vez de seguir ciegamente la
uniformización invasora. Los peritos de la alienación se aplican en distraer el
mundo hacia su catástrofe, y la mutilación sistemática de la vida –denominada
alegremente «civilización»– parece barrer todas las instancias verdaderas del
júbilo humano. Rechazando este deterioro del espacio público, no sabríamos
comunicar la especificidad de nuestro proyecto a través de los medios
jerárquicos y racionales de los organismos institucionales. Sin por ello
sucumbir a las quimeras de un radicalismo ascético, nuestra marcha se esfuerza
por desertar de los corredores del orden cultural establecido”.
Los poemas contenidos en la
publicación, al igual que las imágenes y los ensayos, tienen como detonador la
cuestión del deseo. El texto de Dominique Paul podía haber servido de pórtico,
ya que, con las 22 letras de “La chasse à l’objet du désir”, en un verdadero tour-de-force,
genera 22 frases anagramáticas, como “je brûlai lest, choses dada” o “jubile,
char de la tasse d’os”; va, además, acompañado de una impresionante pintura de
Rik Lina titulada Cold Mountain. Lo mismo puede decirse de “Quest for
the object of desire”, poema en prosa de Beatriz Hausner que concluye
definiendo así esa búsqueda: “Every door has two fronts, this way and that”.
“Los ojos de la avalancha”, de
Mauro Placì, nos revelan a un gran poeta amoroso. Placì es un poeta suizo
cofundador de la revista Nomades, que ha publicado en las Éditions
Surréalistes Passage à nouveau y que, fascinado por los cactus, alberga
en su casa una colección enorme de ellos. Otro bello poema de amor es el de
Fernando Palenzuela “Vibraciones”, que, como no está incluido en sus libros
anteriores, esperamos leer pronto, en español y en el anunciado libro Uno
sin uno.
De Guy Cabanel, que sigue siempre
alimentándonos de poesía, hay también poemas pertenecientes a libros aún inéditos,
titulados Au féminin y Le monde du feu.
Uno de los dos poemas de Alex
Januário se abre con una cita de uno de los grandes cazadores del objeto del
deseo: Malcolm de Chazal, el teórico por excelencia de la voluptuosidad: “La
voluptuosidad es el lado más occipital del tocar”.
Otra intervención admirable es la
de Alexandre Pierrepont, quien, en el semanario “Luna a luna”, nos va dando, de
cada día, las cartas poéticas de la mañana, la tarde y la noche, con la “fría
claridad mítica” de que habla Stanislas Rodanski en uno de los dos epígrafes.
Extrema originalidad hay también
en la colaboración de W. A. Davison y Sherri Lyn Higgins, componentes de
Recordism: “Nabos” es un “texto sustitución”, basado en un libraco de hace 102
años y de nombre Chamber’s elementary science readers. El resultado es
hilarante.
Otros poemas hay de Raúl Henao,
Georges-Henri Morin, Joël Gayraud, Jacques Lacomblez, Ludwig Zeller, Carmen
Bruna (recientemente desaparecida), Claude-Lucien Cauët, Her de Vries, Laurens
Vancrevel, Arturo Schwarz (manuscrito), Rikki... El de Laurens Vancrevel no es
otro que Waartoe: een gedicht (¿Para
qué?: una poética, 2011), texto nacido del diálogo poético
con las obras de Empédocles, André Breton, Mário Cesariny, Paul Celan, Octavio
Paz, Benjamin Péret, Philip Lamantia y François Di Dio, y motivado por la conocida
cuestión planteada por Hölderlin (“¿Para qué los poetas en tiempos de penuria?”)
–recordemos que Di Dio organizó un gran debate sobre el tema en 1978, del que
salió un libro colectivo. Es una feliz idea hacer accesible este largo poema,
con su traducción al francés.
“Logé au cœur des aspirations
révolutionnaires du surréalisme, le désir demeure aujourd’hui comme hier le
facteur-clé de la dissolution d’un monde asservi au principe de réalité”
(“Message aux visiteurs”, Liaison Surrèaliste à Montréal).