Surrealism and photography in
Czechoslovakia. On the needles of days es un libro excepcional, y muy bien
ilustrado, en que colaboran, con diversos trabajos, Krzysztof Fijalkowski,
Michael Richardson y Ian Walker. Lo publica la colección londinense Ashgate
Studies in Surrealism, en la que ya han aparecido otros cuatro volúmenes, pero
de mucho menos interés (Found sculpture and photography from surrealism to
contemporary art, Ludics in surrealist theatre and beyond, Children’s
stories and “child-time” in the works of Joseph Cornell and the transatlantic
avant-garde y Maruja Mallo and the spanish avant-garde).
Algunos de los textos ya eran
conocidos por su aparición en Third Text, Papers of Surrealism y
otros lugares, pero, aparte venir revisados y ampliados, su reunión no
perjudica en nada la unidad del conjunto, no tratándose pues de una acumulación
de estudios, dado que además el prisma de los tres autores es común, mostrando
un interés real por el surrealismo, que comprenden plenamente. Nada que ver
pues con los habituales enfoques curriculares que nos hacen huir como de la
peste de la morralla universitaria.
El surrealismo checoeslovaco es
de una riqueza enorme, desde su nacimiento en 1934 hasta el momento actual, en
que celebra sus 80 años. Es muchísimo lo que se desconoce de él, a causa de la
dificultad (y en general imposibilidad) de acceder a su lengua. El período
1934-1947 es quizás el mejor conocido, y para el resto nada mejor que consultar
la historia/antología que Frantisek Dryje ha ido publicando en lengua inglesa
en los números 37, 38-39, 40, 41-42, 43, 44-45 y 50-51 de Analogon,
continuando luego con el catálogo Other air, que nos deja en el
presente.
Richardson y Fijalkowski hacen la
introducción al surrealismo en Checoslovaquia, muy útil, pero ella misma
mostrando las dificultades que hay que enfrentar. Así, muchas referencias
bibliográficas me han sido muy útiles, pero a la vez extraño una ausencia, dada
la minuciosidad de esa bibliografía: el estudio capital de Stuart Inmann sobre
el oscuro período 1951-1963, o sea el de Objekt y Signs of Zodiac,
publicado en el colectivo André Breton. The power of language (2000). En
segundo lugar, los datos que se aportan sobre el Grupo 42 me crean una gran
confusión, ya que discrepan de los aportados por Petr Kral y Frantisek
Smejskal: Muñecas desgarradas se da como publicación del grupo de
Sporilov, cuando mis datos dicen que pertenece al Grupo 42, y a Miroslav Hak se
lo considera “único fotógrafo del Grupo 42”, cuando no tengo noticia de ello y
Smejkal dice que los fotógrafos de este grupo eran Korecek y Reichmann, sin
nombrar para nada a Miroslav Hak. ¿?
Dividido el conjunto en siete
partes, la primera la ocupan este panorama sin límites cronológicos y un texto
de Fijalkowski sobre Teige, figura seminal en el pensamiento surrealista checo,
un poco como fue Nougé en el belga, comentando, discutiendo y ampliando las propuestas
bretonianas, y sin duda como fue su sucesor, Vratislaff Effenberger.
J. Styrsky, foto de Tarde parisina, 1935 |
En la segunda parte interviene
Ian Walker, que se ocupa de Styrsky, a quien, como he dicho en repetidas
ocasiones, veo como el fotógrafo surrealista por excelencia. No comparto mucho
en cambio, la insistencia de Ian Walker en subrayar su “sofisticación”, ni
tampoco la de los tres autores en hacer lo mismo con el lado “documental” de
las fotos más características de los checos. Lo de la “sofisticación” me hace
pensar en quienes presentan el automatismo como una ascesis enormemente
dificultosa, a lo que yo respondo que, de ser así, para ese viaje no hacían
falta esas alforjas, mientras que lo “documental” acaba incluso por asociar,
como hacen Fijalkowsky y Richardson, la magnífica revista Analogon a los
Documents de Georges Bataille, que Franklin Rosemont ha caracterizado
acertadamente como una “revista académica con una fuerte impronta antimarxista
y antisurrealista”. Pero Ian Walker diserta de modo espléndido sobre Styrsky,
analizando en su segundo texto de esta sección una foto de Tarde parisina,
cuyo enigma se ha potenciado –¡descubrimiento!– al haber sido el original
cortado y girado. Ian Walker es autor de dos importantes libros en que se ocupa
de la fotografía surrealista: City gorged with dreams: surrealism and
documentary photography in interwar Paris (2002) y So exotic, so
homemade: surrealism, englishness and documentary photography (2007).
La tercera sección da título al
libro, ya que es una exploración, por el propio Walker, de On the needles of
day, la colaboración de Styrsky (fotos) y Heisler (textos). Se acompaña de
un análisis de los “objetos imposibles” de Heisler por Fijalkowski, en concreto
el del candelabro y los de Las casamatas del sueño (otra obra ineludible
del surrealismo, en colaboración con Toyen).
La cuarta sección nos lleva a la
postguerra, con fotos de Emila Medkova, Vilem Reichmann, Miroslav Hak y Alois
Nozicka. Es un espléndido estudio de Fijalkowski, aunque no lo puedo seguir en
la manera despectiva como habla del romanticismo (las “falacias románticas”) ni
en la intención de distinguir a los checos por su interés en la “vida
cotidiana”, interés que se da en muchos otros surrealistas de París y de muchos
otros países (él y Ian Walker se apoyan de pasada en Petr Kral, cuyas
caracterizaciones lamentables del surrealismo checoeslovaco como “diurno” y
respetuoso de “lo real” piden más bien un olvido piadoso). Quien tenga una idea
amplia del romanticismo, o mejor dicho, quien sepa distinguir el romanticismo revolucionario
del pseudorromanticismo que lo acompañó siempre, reconocerá precisamente en la
fotografía checa una plasmación de ese gran romanticismo, atormentado y
sombrío. Dos fotos fantasmales de Miroslav Hak analizadas por Richardson
completan esta sección.
M. Hak, En el patio, 1942 |
En la quinta parte viajamos a los
muros de Emila Medkova, fotógrafa enorme, a quien hoy conozco mucho mejor que
cuando le hice el artículo de Caleidoscopio surrealista, el cual
aparecerá muy ampliado en la segunda edición. Fijalkowski la estudia en un denso
artículo que ya conocíamos: “Emila Medkova, la magia de la desesperación”. Y
Michael Richardson analiza la relación de su foto del castillo de Lacoste con
el imperecedero cuadro de Toyen (por cierto que siempre presente en la cabecera
de “Surrealismo internacional”).
E. Medkova, En el castillo La Coste, 1942 |
La sexta sección pertenece a Ian
Walker, con el estudio de los ciclos de Vilem Reichmann y Jiri Sever (el
surrealismo checo/eslovaco ha sido proclive siempre a la organización en
ciclos) y el análisis de la película de Svankmajer J. S. Bach: fantasía en G
menor.
Y por fin, salvándonos de la
habitual estafa de los límites cronológicos, Fijalkowsky y Richardson se ocupan
de la fotografía en el actual grupo surrealista checo y eslovaco, alineando los
nombres de Roman Kubik, Jakub Effenberger, Radim Nemecek, Andrew Lass, Jan
Danhel y Bruno Solarik. Bien estaría conectar las búsquedas fotográficas de
ellos con las de otros surrealistas actuales, pensando yo en seguida en los que
forman parte de los grupos de Leeds y Madrid.
Apéndices: biografías, cronología,
temas de cada uno de los números de Analogon (hasta el 69: ya han salido
tres más) y lista de eventos políticos en la atribulada historia de checos y
eslovacos.
Libro este bastante caro (en capa
dura), pero de extrema importancia, serio y apasionante a la vez, y necesario
para conocer mejor –mucho mejor– el surrealismo checo y eslovaco.