Durante años amigo y
colaborador de los surrealistas de “Salamandra”, Jorge Kleiman es evocado así,
breve pero jugosamente, por Javier Gálvez:
Jorge Kleiman era pintor,
arquitecto..., al menos según cuenta su biografía; pero podría haber sido
astronauta o granjero, poco importan esas condecoraciones de la identidad... pintor
de pensamientos, automatista y erotómano, o sea: un delincuente... surrealista.
Le recuerdo vestido de pollo, recubierto de plumas y dando una conferencia
alucinada y desternillante en el Círculo de Bellas Artes en Madrid sobre física
atómica... espero que haya podido confirmar al fin la relación directa que, a
buen seguro, existe entre el huevo y el átomo...