viernes, 28 de diciembre de 2018

Aurélien Dauguet, surrealista


Por una nota de Infosurr tomo conocimiento de la desaparición de Aurélien Dauguet, a quien dediqué una entrada relativamente amplia en Caleidoscopio surrealista. Dauguet tenía todo para atraerme: surrealista, anarquista, cinéfilo, jazzófilo, poeta, auscultador de los sueños, fascinado por las culturas amerindias… Ahora, como homenaje, reúno sus colaboraciones en publicaciones surrealistas, añadiendo Sables, que apareció en las Éditions Surréalistes.
Esta es la lista de todo lo que, cronológicamente, puede verse en el pdf adjunto:
–“Le poème écho”, Bulletin de Liaison Surréaliste, n. 5, 1972.
–Poemas con dibujos de Helein Had, íd., n. 10, 1976.
–Participación en el juego de los collages paralelos, Surréalisme, n. 2, 1977.
–Respuesta a la encuesta internacional sobre Breton, Salamandra, n. 6, 1993.
–“Jeu du fragment” y comentario de Dauguet, S.U.RR…, n. 1, 1996.
–“Minez ça, c’est manie”, íd.
–“Une série de rêves”, íd., n. 2, 1997.
–“Sables”, íd.
–“Moudre la scène”, con Guy Girard, íd.
–Construcción, íd.
–“Le tour du monde de l’étoile de mer”, íd., n. 3, 1999.
–“Le conciliabule inconsolable” (ilustración), íd.
–“Au bal des tihus”.
–“Langage, langages dans les civilisations amérindiennes” (ensayo excepcional), íd., n. 4, 2002-2003.
–“Le surréalisme et les arts sauvages”, íd.
–“Deambulations sous une paupière”, íd.
–“Journal de voyages”, íd, n. 5, 2005.
–“Karol Baron”, íd.
–Dos dibujos, íd.
–Sables, 1995.

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Tras la siguiente entrada de Dauguet en Caleidoscopio surrealista, hay dos enlaces, el primero con una semblanza en el Dictionnaire des militants anarquistes y el segundo con un estupendo artículo suyo sobre surrealismo y anarquismo.

Aurélien Dauguet (1932). El nombre de Aurélien Dauguet aparece en los documentos colectivos del grupo surrealista parisino desde 1976 y hasta tiempos muy recientes. Pero sus primeros contactos con el grupo fueron en el verano de 1968, tras haber sido durante los años 50 militante de la Federación Anarquista El número 5 del Bulletin de Liaison Surréaliste (1972), ya incluye de él el juego del “poema eco”, y en el décimo (1976) dos poemas suyos son acompañados por dibujos de Helein Had, tomados del cuaderno de ambos Le rire des tridents est l’ombre du cri; en el segundo de Surréalisme (1977), participa en la experiencia de los collages paralelos. Sus colaboraciones en S.u.rr... han sido constantes y siempre muy atractivas: en el n. 1, comentando el juego del fragmento y proponiendo él mismo un juego que erradique la pasividad del espectador cinematográfico; en el n. 2, con sueños, un objeto y una pintura hecha al alimón con Guy Girard; en el 3, con el relato “Le tour du monde de l’Étoile de mer” y la reseña de la exposición de las muñecas kachinas en las colecciones surrealistas; en el 4, con un extraordinario ensayo sobre las culturas amerindias, una reseña de Le surréalisme et les arts sauvages de Bounoure y una pintura; y en el 5, con una evocación de Karol Baron, dos dibujos y el bello texto “Diario de viajes”. Luego, Dauguet sería clave en el establecimiento de los lazos que, en las últimas décadas, han acercado los surrealistas a los anarquistas. En 1993, fue muy bella su respuesta a la encuesta sobre André Breton publicada en el n. 6 de Salamandra, y en 1995, las Éditions Surréalistes publicaron Sables, recopilación de frases de entresueño. Dauguet era un entusiasta también de la literatura popular, el jazz (tocaba la guitarra y el contrabajo) y el cine (fundó en Ruán el cine-club “La Edad de Oro”), publicando regularmente en Le Libertaire del Havre textos sobre el surrealismo y el cine.

lunes, 24 de diciembre de 2018

Cenas surrealistas


Ya que, desgraciadamente, seguimos con la cronología cristiana, al menos celebremos la llegada de un nuevo ciclo anual. En fechas de comidas a veces pantagruélicas y de manjares con sabores antiguos, he aquí unos banquetes surrealistas celebrados en Amsterdam en los años 2000 y 2008, el primero a la memoria de Willem Wagenaar y el segundo en la casa de otra de las figuras indesplazables del surrealismo neerlandés, Louis Lehmann:

Miguel de Carvalho, Ensalada rusa con filetes a la bordalesa
(plato muy equilibrado)
, 2012

domingo, 23 de diciembre de 2018

Surrealismo en Atlanta

Collage colectivo con Janice Hathaway

Damos noticia de esta importante página de surrealismo actual, en Atlanta: “House of Mysticum”. Con mucha actividad reciente, en ella abundan los juegos, los collages, los dibujos y los cortometrajes. En la serie de collages los hay colectivos, con un grupo en que fue invitada Janice Hathaway y otro con Guy Girard.

Collage colectivo con Guy Girard

Se da también en “House of Mysticum” el enlace de las páginas individuales de Steve Morrison, Casi Cline, Steven Cline y Megan Leach, donde se encontrará mucho material, con especial destaque para los collages y las películas. Una cosecha magnífica.
house of mysticum

Collage de Steven Cline

Collage de Megan Leach

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Y damos también el enlace de la página del grupo surrealista Chimaera, en Ottawa, y a su vez con conexión a otras páginas del movimiento surrealista:

The Percussionauts


Aunque aparecido hace un año, este disco con Gregg Simpson y david uu, figuras del surrealismo de la Costa Oeste canadiense, tiene que anotarse aquí. En el enlace que damos se pueden escuchar fragmentos de sus temas.

viernes, 21 de diciembre de 2018

Silbermann / Picabia


Sevendoc añade dos títulos a su colección que merecen resaltarse. El de Picabia porque lo ha realizado Rémy Ricordeau, que ya hizo un buen trabajo con Benjamin Péret. El de Silbermann porque lo ha realizado él mismo y es hasta ahora el que más escapa a las convencionalidades de este género antipático que es el documental biográfico.
Jean-Claude Silbermann, tras recibir la revelación de la modernidad poética con la lectura de Apollinaire, se une al surrealismo en 1955, cuando solo tenía 20 años. Va a desarrollar una obra única, caracterizada sobre todo por las figuras recortadas con un sentido de lo maravilloso verdaderamente infalible, que posee toda la fantasía y el color de las mejores creaciones populares, no siendo casual que otro momento de revelación se lo haya dado una de esas simpáticas figuras de cocineros, en madera o en latón, que a la puerta de las casas de comida anuncian el menú, aún hoy en día. En total, entre dibujos, acuarelas, recortes y objetos, Silbermann ha realizado unas diez piezas por año, lo que es poco si comparado a la profusión tantas veces absurda (cuando no desvergonzada) de que dan muestra los artistas de toda índole, o sea incluidos músicos, poetas, novelistas, etc. Muchas de esas piezas pueden disfrutarse a lo largo de la hora y media que dura esta película dividida en capítulos y donde se celebra la presencia intermitente de su viejo amigo Georges Sebbag, quien pasea y dialoga con él y con quien interroga a una sorprendente figura esfíngica que habita un árbol. Menos agradable es la presencia de una ventrílocua (el fenómeno de la ventriloquía me ha resultado siempre algo siniestro) y no digamos la insistencia musical, que una vez más me recordó aquel genial “Silencio de oro” de André Breton, uno de sus textos más vigentes y necesarios.
Excelente es también la intervención de Christian Bernard, fundador del Mamco de Ginebra, quien comenta de manera magistral la asombrosa instalación Babil-Babylone, iniciada en 1983 y que Bernard hace acompañar, para su exposición, de unas expectantes muñecas hopis. Otro momento intenso es el que permite admirar el libro en corcho, recortado y pintado al óleo, que Silbermann dedicó a su mujer, Marijo. Y hay también una secuencia con André Breton moviéndose por su estudio.
La unidad de la inspiración de Silbermann es un asombro, sin que pueda hablarse en él ni de “evolución” ni de “etapas”. Un constante maravillamiento, en que la partida esencial la juega el automatismo, sobre el cual habla al comienzo de la película como de un “vuelco único en Occidente” y que distingue con contundencia del de un Pollock por suponer este, en última instancia, “un retroceso del pensamiento”.
En el “equipo técnico” de la película aparecen grandes figuras del cosmorama surrealista (Breton, Péret, Desnos, Duchamp, Picabia, Yves Laloy, Apollinaire, Reverdy, Freud, Nietzsche, Ducasse, Cros, Nouveau, Carroll)  o de esas elecciones más particulares que cada cual tiene (Emily Dickinson, Robert Walser, Fernando Pessoa, Charles Laughton), pero la temperatura baja a cero con los nombres fatídicos de Jean Schuster y Claude Courtot, los apóstoles del liquidacionismo surrealista, o Silbermann no se hubiera subido en 1969 a su carroza –aunque por suerte sin la agresividad de ellos, y además continuando una obra impecable e imperturbable, que lo distingue rotundamente de la insignificancia o nulidad en que aquellos desembocaron tras el 69.
El libreto que acompaña al disco es también uno de los más atractivos de la colección, y al final reproduce las letras de las canciones interpretadas por el grupo pop Chien de Faïence (con el que colabora Silbermann desde 1976), letras deliciosas que nos muestran al poeta en versos que también es Jean-Claude Silbermann.
Las intervenciones de Silbermann en las revistas y catálogos del grupo surrealista de París son interesantísimas y merecen ser recopiladas, junto a sus restantes escritos y en particular sus poesías. Falta, más aún, aunque el Museo de Bellas Artes de Brest ya haya hecho en 2007 una buena labor con Le pointillé clandestine, una sólida monografía sobre su obra, que no se asemeja a ninguna otra y que parece siempre acabada de realizarse, tan fresca como el rocío de mayo. Silbermann es único, y esta película permite al menos una amplia visión de sus trabajos, a falta de la publicación mayor que tendrá que llegar.

Jean-Claude Silbermann, Autorretrato, 1958

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El volumen de Picabia es más predecible. La típica música cargante (¡esos pianos! ¡esas orquestas!) irrumpe de vez en cuando, aunque sin excesos, y los críticos de arte que intervienen (Arnauld Pierre y Aurélie Verdier) lo hacen bastante bien. De archivos se oye la voz de Picabia y varias veces habla Gabrielle Buffet cuando ya no tenía ni dientes, aunque su memoria aún carburaba. Y sobre todo se cuenta con la presencia de Annie Le Brun y Jean-Jacques Lebel, cuyos comentarios son muy precisos y muy inteligentes. En fin, un buen número que nos lleva durante hora y media a la figura y al mundo plástico de un personaje extraordinario.

miércoles, 19 de diciembre de 2018

Pierre Alechinsky, en plena forma

Damos hoy una serie de enlaces para festejar a Pierre Alechinsky, quien, a los 91 años (y con plena lucidez), sigue desarrollando una obra magnífica. En la galería Lelong de París expone una serie de trabajos del presente año, incluida una serie con que ha ilustrado Astrología poética de Léon-Paul Fargue.

Alechinsky, en el catálogo de
Ëdouard Jaguer Phases Ouest, 2008

martes, 18 de diciembre de 2018

Hamburgo, 2018-2019

Bastiaan van der Velden organiza esta exposición en Hamburgo para atravesar el año (15 de diciembre-26 de enero):


sábado, 15 de diciembre de 2018

Virginia Tentindó

Virginia Tentindó, Alicia coge su pie

Pasado mañana, lunes, a las 8 de la tarde a bordo del peniche La Balle au Bond se proyectará la película Mínimas inocencias, en homenaje a Virginia Tentindó y realizada por Fabrice Maze.
Los interesados que no podrán asistir también pueden descargarla en el siguiente enlace:
Por mi parte, voy a reproducir aquí unas páginas con declaraciones de la artista en el n. 9 de Supérieur Inconnu (1998) y el ensayo de Sarane Alexandrian en el n. 16 de la misma revista (1999).

jueves, 13 de diciembre de 2018

Jan Svankmajer, Susana Wald, “Refus Global”

Jan Svankmayer en Holanda:

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Obras recientes de Susana Wald:


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Celebración de “Refus Global”, 70 años después:

Surrealismo y mito, surrealismo y cine, surrealismo rumano

Otro nuevo ensayo excelente de Daniel Barbiero en Arteidoloia, ahora sobre el surrealismo y el mito:

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Surrealist NYC nos alerta sobre este importante libro, en que por sin se escapa a la reducción histórica del surrealismo en su dimensión cinematográfica (y en que también irrumpe la cuestión del mito):

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Aunque ya existe el buen libro de Ion Pop La réhabilitation du rêve. Une anthologie de l’avant-garde roumaine, no deja de ser bienvenida esta nueva visión, a cargo del fiable Petre Raileanu, con amplio apartado surrealista:

sábado, 8 de diciembre de 2018

Dorothea Tanning, artista y poeta


Dorothea Tanning es objeto reciente de especial atención, merced a la exposición que actualmente se le dedica en un museo del Reino de España famoso por sus ascensores transparentes (exposición que a partir de febrero emigra a Londres), así como a la traducción hispana de sus poemas.
El catálogo ofrece muchas ilustraciones (incluida toda la serie de los Siete peligros espectrales), lo que constituye su principal interés, ya que no abundan los libros sobre esta artista. El otro motivo atractivo es la pequeña selección de relatos y poemas, que comienza con la primera versión del cuento “Abismo” y el que, con el título de “Cita a ciegas”, apareció en 1943 en VVV.
Las primeras páginas llevan presentaciones lamentables del ministro deportivo-cultural de turno y del director del museo. No las arranqué de cuajo porque el catálogo era prestado (por principio, ya no compro catálogos de museo). Luego, hay una serie de estudios de poco alcance, aunque al menos no abundan en ellos las chorradas antisurrealistas ni las simplonerías feministas. En seguida se piensa en lo que podían haber hecho un Édouard Jaguer, un José Pierre o un Arturo Schwarz. El alcance ya es nulo en el último de esos ensayos, donde, ya que, al considerarse que “el surrealismo revolucionario que defendían Breton y los suyos ha pasado a la historia”, se opta por estudiar la explotación que de él hacen los execrables artistas actuales, para relacionarla irrisoriamente con el “legado” de la artista. Cuánto mejor hubiera sido reproducir algunas de las buenas páginas que a Dorothea Tanning han dedicado Alain Jouffroy, Robert Lebel, Pieyre de Mandiargues, Gérard Durozoi o Jean-Christhope Bailly.


Irreprochable en cambio es el tomito que Vaso Roto ha hecho de los poemas de Dorothea Tanning, en edición bilingüe, con traducciones de la escritora Marta López Luaces. Aquí, nada de prefacios manipuladores o tontos, nada de discursos que palidecen al lado de los poemas, nada de vaciedades retóricas sobre la poesía. Solo, en edición impecable, que da gusto manejar, el encuentro con la poesía, no característicamente surrealista, pero sí muy peculiar, de Dorothea Tanning.


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Ilustro esta noticia con los tres dibujos de Dorothea Tanning que acompañan la carta inédita de Sade a su abyecta esposa, aparecida en el Almanach surréaliste du demi-siècle.

miércoles, 5 de diciembre de 2018

Revistas

Es una obviedad afirmar que no puede conocerse bien el surrealismo sin acceder a sus revistas, que jalonan el movimiento desde sus orígenes hasta el presente.
Una exposición de revistas de vanguardia tiene lugar actualmente en la Fundação Cupertino de Miranda, Famalicão, en la que se lleva el surrealismo la parte del león. Se trata de una amplia muestra de la colección que ha ido elaborando Miguel Mesquita Guimarães, con 48 títulos y más de 200 documentos que comienzan en 1917 y llegan a la década de los 70, sin aventurarse más allá de esa fecha.
Un buen catálogo, titulado Colecionar inquietação, ofrece abundancia de reproducciones acompañadas de pequeñas descripciones, acertadas, de cada revista. Perfecto E. Cuadrado se encarga de la presentación, sigue un breve texto del coleccionista y por último hay un ensayo de Georges Sebbag en que este ha elegido como ejemplos destacados la pionera Littérature, La Révolution Surréaliste (justamente considerada “la revista surrealista por excelencia”) y L’Archibras, en que él mismo participó.
Entre las revistas surrealistas o en que colaboraron plenamente los surrealistas se encuentran, aparte las citadas, Le Surréalisme au service de la Révolution, Minotaure, Documents 34, Clé, La Main à Plume, View, VVV, Phases, Médium, La Brèche, Rixes, La Révolution la Nuit, Bief, Neon, L’Invention Collective, Le Ciel Bleu, Salamander, Helhesten, London Bulletin y Arsenal.
Otras, como Bizarre, son más eclécticas, y algunas más son ajenas o incluso, como la de Ivan Goll o la estalinista Le Surréalisme Révolutionnaire, contrarias al surrealismo. Se entiende perfectamente, ya que se trata de una colección que no se presenta como exclusivamente surrealista. La única que ni pincha ni corta es Cahiers Dada Surréalisme, publicación puramente académica (y, como tal, profusa en ataques a André Breton).
Este puede ser un paso importante hacia el establecimiento de un catálogo de revistas del surrealismo. Como es de esperar, no faltan las publicaciones portuguesas, en las que resultó siempre decisivo que las aceptara como surrealistas Mário Cesariny. Ello ya descarta de por sí todas las de José Augusto França, pero de nuevo estamos ante la opción personal del coleccionista.
A propósito de Cesariny, se sigue trabajando en la recopilación de todas aquellas hojillas bastante convulsivas que él publicaba desde los años 70. La mayoría de los noa-noas los he reproducido yo mismo en este blog y en uno de los tomos de Surrealismo: el oro del tiempo. Sigo en cambio sin conocer algunas de las del Bureau Surrealista, que aparecieron en torno a 1980. Pero he aquí reproducidas nada menos que seis, interesantísimas, en el más reciente catálogo de Miguel de Carvalho (y atención también a un magnífico pasquín anticlerical de Mário Henriqe Leiria):

Grupo Surrealista de Chicago


sábado, 1 de diciembre de 2018

Patrick Lepetit: “Beauté du funambule”


Patrick Lepetit acaba de publicar Beauté du funambule, que prosigue una trayectoria poética comenzada con Les tragédiennes (1978) y continuada con Triptyque des solitudes (1989), Rouge solaire (1997), Rituel d’une fascination (2007) y Déclaration d’incandescence (2015).
Edita Rafael de Surtis y en la portada ilustra Rik Lina con el muy apropiado The rope dancer (2015).
“Peindre le bruit du tonnerre / et la beauté noire de l’éclair, / caressante et froide”.

Zdena Tominová, Ghérasim Luca

Analogon acaba de publicar El camino del mar, libro de poemas de Zdena Tominová. Aunque más conocida por su disidencia política, Zdena Tominová se acercó en los años 60 al grupo en torno a Effenberger, y a esos años pertenecen estos poemas.

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Noticia de Ghérasim Luca: