miércoles, 28 de noviembre de 2012

Cadáveres exquisitos con sabor a vino nuevo portugués


Nada mejor para celebrar los vinos nuevos de la cosecha 2012 que este pequeño catálogo de la exposición de cadáveres exquisitos de los surrealistas portugueses, quienes han sido siempre verdaderos expertos en la materia. En efecto, a lo largo de las páginas del catálogo, desfilan los nombres de Cruzeiro Seixas, Mário Cesariny, António Maria Lisboa, Pedro Oom, Risques Pereira, Carlos Calvet, Mário Henrique Leiria, Mário Botas, Carlos Fernandes, Gonçalo Duarte, António Manuel Samouco, António Areal, Raúl Perez, João Rodrigues, Manuel Patinha y Francisco Relógio. Esto por lo que se refiere a las obras de la colección de la Fundação Cupertino de Miranda, ya que, en torno a Miguel de Carvalho, e incluso con varios nombres anteriores metidos en el juego, la práctica ha gozosamente continuado.
Lo que no sabemos es si este catálogo acaba de salir o nos ha llegado tardíamente, ya que la exposición tuvo lugar en verano.
Bien conocido el fervor internacionalista del surrealismo lusitano, no extraña la presencia de numerosos amigos de otras latitudes: Jörg Remé, Rik Lina, Inácio Matshine, Edouard Jaguer, David Evans, Enrique Carlón, Laurens Vancrevel, Ted Joans, Leon Marvell, Craig Marvell. En la reproducción siguiente, vemos dos de estas colaboraciones, debiendo señalarse que, en la que aparece a la derecha, dedicada a Cruzeiro Seixas, Leon y Craig Marvell eran componentes del grupo surrealista australiano, y suponemos que su más activo y duradero partícipe, Michael Vandelaar, también habrá estado presente. Obsérvese que no es estrictamente un cadáver exquisito, ya que en el catálogo se incluyen colaboraciones varias, incluido un “ready-made” de Jaguer y Cesariny. Por lo demás, el carácter predominantemente antropomórfico de los cadáveres exquisitos sufre en la lista de obras reproducidas muchas excepciones.


Los medios empleados son de los más variopinto: lápices de color, rotuladores, bolígrafos, tinta china, acrílico, acuarela, serigrafía, aguada, collage, óleo, e incluso un célebre objeto: la taza de Cruzeiro Seixas con el mango interior, en cuyo par de fotos intervino luego António Areal, año de 1971.
El catálogo lleva un prólogo de Perfecto E. Cuadrado, siempre certero, y llamando la atención, en primer lugar, sobre el hecho de que la palabra “esquisito”, en portugués, significa, sobre todo, extraño, lo que ha dado pie a veces a graciosas confusiones, ya que, por ejemplo, un plato “exquisito” es para un español un plato delicioso, mientras que para un portugués quiere decir de sabor raro. Hace también el gran estudioso (y reivindicador) del surrealismo lusitano, un inventario de las primeras exposiciones sobre el cadáver exquisito. Es sabido que la parisina del 48, en la jarryana galería La Dragone, llevó por título “El cadáver exquisito: su exaltación”. Este título lo repitió Arturo Schwarz en 1975, cuando organizó la suya en Milán, y también es el que recibió la del mismo año en el n. 2 del Jornal do Gato, como vemos en el encabezamiento de esta nota. Antes, en 1961, Mário Cesariny había publicado la Antologia surrealista do cadáver exquisito, reeditada en 1989 por Assírio & Alvim como Antologia do cadáver esquisito, no siendo ya necesario, por su evidencia, el primer calificativo, ya que el cadáver exquisito es una forma acendrada y exclusiva del surrealismo. Ese libro es una maravilla, aunque no se trata de cadáveres exquisitos plásticos, sino verbales, igualmente muy abundantes entre los portugueses, que con ellos, aparte pasárselo bomba, le daban una patada a la vanidad, a la estética, a la tiranía racional y a la miseria circundante.
En este otoño de 2012, cómo no, el cadáver exquisito, que solo puede ser surrealista, vuelve a beber el vino nuevo...
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Sí nos llegó a su hora este convite a los nuevos “Encontros” con Mário Cesariny, que se han hecho coincidir con la exposición de Carlos Calvet. Unos “Encontros” sin duda que muy ricos y sugerentes, y de cuyas publicaciones esperamos dar cuenta.

Alexandrian, a su aire



“Que a ustedes esto les agrade o les disguste, poco me importa, ya que yo no escribo para agradar o disgustar, sino para enunciar soberanamente verdades necesarias”. Esta declaración altiva da el tono de los escritos en general de Sarane Alexandrian, y por ende de esta recopilación póstuma, titulada Les leçons de la Haute Magie, en cuya cubierta vemos la bella pieza en tinta sobre papel de Madeleine Novarina, la compañera del escritor, “Una princesa de los días mejores”, de 1956.
Según nos informa el prologuista, Christophe Dauphin, estas lecciones magistrales de Alexandrian forman parte de un ciclo de obras inéditas agrupadas por su autor bajo el título de “Ideas para un arte de vivir”. La que nos ocupa consta de siete breves ensayos, cuatro de los cuales ya habían aparecido en los números de 2008 y 2011 de Supérieur Inconnu: “Consideraciones sobre el mundo oculto”, “Ontología de la muerte”, “Joséphin Péladan y el sueño del erotismo místico” y “El Libro de los sueños de Luc Dietrich”. Las novedosas son “El alma y el espíritu”, “El gran principio del Todo” y “Fenomenología de las supersticiones populares”. Aunque siempre vivaces de contenido, y con el humor y desparpajo que caracterizaban a su autor, algunas de estas últimas páginas parecen estar en un estado embrionario, en particular el último texto citado, que además va seguido de unas notas sobre la “Ley sexual” ajenas a su contenido. Sobre un tema tan fecundo como el de las “supersticiones populares”, hay, desde el punto de vista surrealista, todo un mundo que decir.
Pero siempre es un deleite el reencuentro con un escritor de quien tanto hemos aprendido, y vale también la pena volver a un personaje como el gigante soñador Luc Dietrich, amigo de René Daumal, junto a quien aparece (más Véra Milanova) en esta foto de 1941:

Breves


Richard Misiano-Genovese ha publicado otro libro erótico fotográfico, de nuevo en las ediciones de La Belle Inutile: Secrets in Red and Green (107 páginas). Se trata en realidad de una obra al alimón con Sergio Lima, ya que incluye un largo texto poético-teórico de este sobre la imagen. El ensayo de Lima aparece en portugués y en inglés, trasladado por Laurens Vancrevel.

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En coincidencia con la nota que dedicamos hace siete días a Pnina Granier, hemos sabido que actualmente, en la Two Rivers Gallery de Prince George (Northern British Columbia), y hasta el 1 de enero, se celebra su exposición "The Whisper of Stones", precisamente con dos de las series pictopoéticas de gran poder metafórico que nombramos: “The Carved Stone” y “The Milestones Quarry”, y también con las obras que entonces reproducimos.
El surrealismo en Vancouver ha tenido una historia dilatada y muy rica, pero siempre hay que reivindicarlo, porque es una presencia molesta y minusvalorada, en un lugar donde la palma artística se la disputan la fotografía conceptual y, suponemos, la abstracción decorativa.

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La colección de dvds “Phares”, que edita Seven Doc (http://www.sevendoc.com/), prosigue su labor infatigable, ahora con un disco dedicado a Jacques Hérold. Contiene una película de 140 minutos realizada por Fabrice Maze y un libreto de 88 páginas. A la vez se presenta el de André Masson por el mismo cineasta y el de Alice Rahon por Dominique Ferrandou.
En cuanto a Hérold, los Cahiers Robert Rius, en asociación con las ediciones de Les Hommes sans Épaules, publican simultáneamente Fragments autobiographiques.

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De Jean-Clarence Lambert se han publicado estos días dos libros: Voeu de poésie y Écrits sur l’art.

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Pnina Granirer y el surrealismo


En el año 2005 tuvo lugar, en la Fundación Eugenio Granell, la exposición titulada “Surrealismo Costa Oeste: una perspectiva desde Canadá”, presentada por el principal exponente de la aventura surrealista en aquella área geográfica, o sea Gregg Simpson. Los nombres asociados al surrealismo de la Costa Oeste, centralizado en Vancouver, han ido cambiando a lo largo del último medio siglo, pero esta exposición solo incluía, aparte el propio maestro de ceremonias, a Martin Guderna –un “surrealista absoluto”–, Gordon Payne y Pnina Granirer. Los dos últimos participan en las actividades del grupo desde principios de los años 90, y Pnina Granirer, tras esa exposición, ha estado presente en otras dos muestras sumamente importantes del surrealismo actual: “O reverso do olhar”, que tuvo lugar en Coimbra en 2008, y “El umbral secreto”, celebrada en Santiago de Chile en 2009-2010.
La obra de Pnina Granirer no puede considerarse surrealista en su totalidad, y ni siquiera hay en ella influencia asumida del surrealismo en ningún momento, que sepamos, pero una etapa, verdaderamente fascinante, de esa obra, ha atraído la mirada avezada de Gregg Simpson, quien, en un texto clave que le dedicó en 1997, señalaba su “visión poética” como el rasgo que la unía al surrealismo, tanto como a la abstracción lírica. Y es que “el arte de Pnina Granirer es ante todo un arte lírico”.
Pnina Granirer nació en 1935 en el seno de una familia hebrea rumana. En unas circunstancias históricas atroces, llega en 1950 a Israel, tras haberse librado del nazismo tanto como, en seguida. de la llamada “dictadura del proletariado”. En 1962 inicia un periplo que la lleva, tres años después, a Vancouver, donde se establece definitivamente.
Valiéndose siempre de una gran variedad de medios y de técnicas, Pnina Granirer inicia a fines de los años 70 la obra que la acerca poderosamente al surrealismo. Si hace unas semanas hablaba yo aquí mismo de lo que hace falta un libro sobre el surrealismo y las culturas amerindias, uno de los capítulos de ese libro tendrían que ocuparlo las obras que Pnina Granirer realizó entre 1978 y 1981, inspirándose en los paisajes y las riquísimas culturas nativas de la Costa Noroeste, de los que nos brinda una visión, como diría Agustín Espinosa, “integral”, o sea poética y no realista. La ilustración con que encabezamos esta nota pertenece a dicho ciclo, y se titula “Homenaje a un artista kwakiutl desconocido”. Otras piezas admirables son “Leyenda de la meseta prohibida” (tríptico), “Fantasmas del bosque” (díptico), “Bosques susurrantes” (toda una serie), “Raíces silenciosas bajo las montañas”, “Retrato de un viejo kwakiutl”, “Salvaje de los bosques” y “Bosque profundo”. Los elementos totémicos y las máscaras kwakiutl se incorporan a la serie de los pájaros antropófagos (“The Cannibal Bird Suite”), que acechaban en los bosques a los que se acudía en busca de una canción, pudiendo incluso convertirse el iniciado en uno de ellos. He aquí “Amanecer”, de 1981:


La cultura kwakiutl, con sus fantásticos tótems y máscaras y sus suntuosas fiestas, algunas tan espeluznantes como el banquete de momias, atrajo a Vincent Bounoure, quien dijo de su arte que era el más “violentamente atormentado”, el más “expresivo y colorido”. Y es objeto exclusivo del tomo décimo (Chamanes y deidades, Olañeta, 1994) de la ineludible obra El indio norteamericano de Edward S. Curtis. Con motivo de su exposición “West Coast Series”, que tuvo lugar en Vancouver en1980, Pnina Granirer declaró: “Uso deliberadamente bocetos nativos tanto como imágenes de objetos vitales para estos pueblos que habitan aquí desde un tiempo inmemorial. Los animales, la barca, el anzuelo, los helechos y hojas impresos directamente sobre el papel están ahí como homenaje a la cultura del antiguo pueblo de la Costa Oeste y a la esperanza de su supervivencia en nuestro tiempo”.
En 1985 y 1986, Pnina Granirer es de nuevo visitada por la inspiración surrealista. En el 85, viaja a la Sunshine Coast, donde sufre la revelación de las piedras. ¡Y qué manera de hablar tenemos! Decimos mecánicamente “sufrió” una alucinación, o una revelación, en vez de decir “disfrutó” una alucinación, o una revelación, que sería lo acertado. Pnina Granirer disfruta la repetida revelación de las piedras, a las, que como ella no ha dejado de señalar, era indiferente hasta entonces. Las piedras entran como elemento capital en su obra, ya que además perdurarán a partir de aquel año. De las “Carved Stones Series” dirá Gregg Simpson que la sitúan en el surrealismo no solo su “calidad lírica” sino también su carácter a la vez “inquietante”. Aquí tenemos el “Retrato de una roca”, de 1988:


En 1986, otro viaje actúa como detonador poético. Esta vez es a la isla Gabriola, fértil en rocas de arenisca y pictografías indígenas. En un ignoto paraje de un bosque, la artista descubre unos extrañas oquedades excavadas en la roca, y llenas de agua de las lluvias y de hierbajos. Se trata realmente de una cantera de piedras de molinos explotada y abandonada en los años 30. Su extrañeza absoluta origina una serie plástica (“The Milestone Quarry”), pero también poemas y fotos. Veamos aquí el tríptico “Misterio en Isla Gabriela”, de 1987:


Cuando Pnina Granirer expuso en una galería de Estrasburgo, una visitante le comparó aquellas rocas misteriosas a las de los celtas en los Vosgos. Los celtas usaban las cavidades para libaciones. Si yo hubiera ido a aquella exposición, el parentesco lo hubiera encontrado con el santuario de Panóias, en Trás-os-Montes, Portugal, donde los romanos hacían sacrificios animales “a los dioses sombríos”, sobre unas rocas graníticas en las que habían excavado similares oquedades.
Sobre Pnina Granirer, de quien yo me atrevería a decir que es surrealista en la mirada kwakiutl y en el secreto de las piedras, existe una monografía muy completa, obra de Ted Lindberg: Pnina Granirer. Portrait of an artist, Kensdale Press, Vancouver, 1998. Y también hay una buena página web sobre ella: www.pninagranirer.com.

lunes, 12 de noviembre de 2012

“Agulha”, de nuevo en acción


Siempre con jugosos ensayos sobre el surrealismo, el boletín digital “Agulha”, que lleva Floriano Martins, ha reaparecido en una segunda etapa, y ya con cuatro números. El último viene ilustrado por Enrique de Santiago, quien además escribe un largo texto, hablando de la influencia que han tenido en él la obra de Arshile Gorky, las sociedades chamánicas, la reflexión bretoniana sobre los mitos, etc. Entresacamos de este muy interesante ensayo, decisivo para acceder a su pintura, las siguientes declaraciones concernientes al surrealismo: “Mi postura es clara, vivo el Surrealismo y pinto lo que vivo”. “El Surrealismo es para mí revolucionario, dinámico, inagotable y de infinitas posibilidades”. “En un mundo saturado de imágenes y estímulos, los surrealistas hemos pasado a ser un grupo de esenios dispersos, arrojando minúsculos signos en el inmenso piélago de los millones de sofismas contemporáneos”. En la ilustración que acompaña esta nota, vemos el óleo sobre lienzo “Tagua metafísica”.
Trabajos notables, por lo que se refiere al surrealismo, son, en estos cuatro números iniciales, el de Omar Castillo sobre César Moro, el de José del Castillo Pichardo sobre el encuentro Granell/Breton, el de María Prado sobre Unica Zürn, el de Laurine Rousselet sobre Léon-Gontran Damas y todos los del cubano Carlos M. Luis, quien anuncia un libro titulado Horizontes del surrealismo, que será sin duda una publicación de referencia. El ensayo sobre Kurt Seligmann es el más completo hasta ahora consagrado a este artista extraordinario, que Carlos M. Luis reivindica con toda justicia. Otros trabajos suyos en “Agulha”, muy sugestivos y brillantes, se ocupan del bestiario surrealista, del surrealismo en Haití y la Martinica y de Aire mexicano (Péret), el Cuaderno de retorno al país natal (Césaire) y la Oda a Charles Fourier (Breton), piezas capitales de la poesía surrealista, tratadas conjuntamente.
Mención aparte merece la evocación que Susana Wald hace de la rica y prolongada relación que tuvieron ella y Ludwig Zeller con Edouard Jaguer, evocación de la que extraigo este pasaje:
“La cálida personalidad de Jaguer y su dedicación total al Movimiento que creó hacen de él una figura singular y un muy importante impulsor del surrealismo. Sus muchos ensayos presentaron con claridad sus ideales y sus conceptos en libros sobre artistas como Remedios Varo o Jules Perahim, o sobre asuntos como la fotografía. Muchos nos beneficiamos con su generoso apoyo. A nuestra vez gozábamos en trabajar con él y para el Movimiento. Simone sobrevivió a Edouard varios años. Por lo que sé al final de su vida estuvo ciega. Pero su visión interior tampoco se vio disminuida.
Mi reencuentro con Edouard Jaguer se da mientras escribo estas líneas que me brindan momentos de alegría y cálidas emociones, recorriendo notas de cuadernos de los años en que lo conocí. Que estas emociones puedan darse es señal de que Edouard Jaguer sigue vivo, en el tipo de vida que trasciende lo físico y lo efímero”.
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Carlos Calvet, “explorador de horizonte”


Acaba de inaugurarse, en la Fundação Cupertino de Miranda de Famalicão, la exposición “Explorador de horizonte, Carlos Calvet”, cuyo catálogo esperamos reseñar cuando nos llegue. Carlos Calvet es uno de los artistas más importantes del surrealismo portugués.
Nacido en 1928, aún a fines de los años 90, en que tuve inolvidable ocasión de visitar una exposición suya en Oporto, realizaba unas pinturas admirables de sentido poético, como la que vemos aquí, titulada "El viajero en busca de su viaje". Organizan esta retrospectiva Perfecto E. Cuadrado y António Gonçalves.

miércoles, 7 de noviembre de 2012

“Loup-garou”, n. 2

Como anunciamos hace un par de semanas, ya apareció el n. 2 de “Loup-garou”, magazín de La Belle Inutile. Sale este número dos años después del anterior, y puede obtenerse a través de la distribuidora lulu. Consta de 58 páginas, con abundancia de ilustraciones.
Permanecen del número anterior J. Karl Bogartte, Daniel C. Boyer, Jean-Pierre Depetris, Richard Misiano-Genovese, Pierre Petiot, Alejandro Puga y Zazie.
Bogartte colabora con una gran texto, titulado “Auré”, y presenta los “tatuajes de delirio” de Justin Lee Brown. De Boyer, dos páginas ejemplifican con cartas suyas el “arte del sobre” (en el que otro de los maestros actuales es Lou Dubois). Depetris continúa su línea ensayística con un trabajo sobre la cultura, y lo mismo ha de decirse de Petiot, a quien debemos, en el primer número, dos grandes textos sobre las imágenes y sobre la moral, y que ahora se ocupa de las “dictaduras estadísticas”, en un magnífico ensayo para traducirlo, por ejemplo, en Cul-de-sac, la mejor revista de crítica social que se hace en España, con permiso de la extremeña Raíces.
Leemos en este ensayo de Petiot, a propósito de “la espantosa estandarización de los ambientes y de las conductas”: “A cualquiera debería, normalmente, parecerle altamente cómico el llamar «individualista» a una sociedad en la cual multitud de personas se precipitan a las mismas horas y en los mismos lugares públicos para comprar todos juntos las mismas mercancías o servicios producidos en serie y esencialmente idénticos, que en seguida van todos a consumir de la misma manera, encerrados en apartamentos idénticos y aislados de la inconveniente aunque idéntica actividad estereotipada de sus vecinos por un tabique de algunas decenas de metros”. “La producción industrial de los escritos, de las palabras, de las imágenes y de los sonidos no es nada si la sociedad humana en su totalidad no repite las producciones hasta el infinito y, por decirlo claro –sin la menor exageración– hasta la alucinación colectiva”. Con respecto a los países pobres en mercancías, la “dictadura estadística” que se ejerce en los países más aburguesados, o sea más ricos en mercancías, es “mucho más profunda e induce a un conformismo mucho más estricto que el resultante de la miseria provocada por las dictaduras deterministas o incluso por las normas tradicionales mejor ancladas”. En dichas sociedades, “cada cual tiene oportunidad de expresarse mucho más libremente que en las otras, según las modalidades más adecuadas a garantizar a la palabra independiente un impacto estadísticamente próximo a la cifra cero”. ¿Y cómo escapar no ya al sistemático lavado de cerebro, sino a la dictadura de las “novedades”?: “A no ser que uno se exilie duraderamente de toda comunidad humana –yéndose al bosque, al mar o al desierto–, se ha vuelto imposible en el mundo en que vivimos escapar a las noticias. Podemos, en el ardor de una sana dieta, hacer cuaresma o ramadán, podemos incluso morir de hambre, pero no escaparemos a las noticias. Podemos abstenernos de toda lectura, de toda radio, de toda televisión, pero no escaparemos a las noticias. Pues como no podemos escapar a nuestros semejantes, no podemos escapar a las noticias que ellos arrastran consigo”. Hace Pierre Petiot unas lúcidas reflexiones sobre todo este fenómeno de la publicidad y la propaganda. “Los medios de masa se han convertido desde hace tiempo en nuestros órganos de los sentidos, y muy poco de lo que sabemos ha sido elaborado por nosotros a partir de experiencias directas. Por lo demás, y también desde hace tiempo, ya no creemos en la verdad de lo que vivimos y experimentamos por nosotros mismos”.
Más breve es el ensayo de Misiano-Genovese sobre la tecnología, vista como un “cuchillo de doble filo”, aunque yo en particular no le veo sino uno. Misiano-Genovese sí que tiene dos filos, y bien aguzados, el teórico y el creativo, esta segunda faceta representada aquí por los collages de la serie “Vatica Scorpio”, a los que dedica el poema “Universo aparte” Alejandro Puga. Puga también presenta a la artista Anasor Ed Searom, de quien se reproduce un “Homenaje a Lautréamont”, haciéndole él a su vez un “Homenaje a Robert Desnos”.
Los nombres novedosos que aparecen en este segundo número son casi todos conocidos por sus actividades surrealistas. El más veterano es Sergio Lima. La contraportada de la revista es suya, y dentro encontramos un largo poema y el collage “Raymond Roussel Snook”:


Espectacular es el “fantasma” de Neil Coombs, el fundador y editor de la publicación surrealista Patricide, que expuso a partir de fines de septiembre, en el castillo de Bodelwyddan, la serie de fotomontajes titulada “Los fantasmas del surrealismo”. Al dar noticia de dicha exposición (cuyo cartel reprodujimos), transcribimos el interesante texto suyo en que exponía las características y el sentido de estas fascinantes piezas:
“The photomontage pieces that form the core of this project are built around a repeating grid of 15 rectangles into which photographs from a specific location are placed to form a playful spirit or ‘phantom’ of place. Each phantom is from a different location and each site chosen has personal resonances or relates to the history of surrealism in Britain and Europe. The works are both an interpretation of landscape and place as well as an opportunity to explore the history of the surrealist movement in Britain and how the idea of surrealism is often tied to landscape explored, not for its picturesque or romantic aspects but for its psychological and visionary resonance. In order to produce the work for this project, I have travelled to a range of locations in the UK in order to collect a body of photographs that have been used in the construction of the phantom pieces”.
A Stuart Inmann lo conocíamos como ensayista y como dibujante, pero lo que vemos aquí de él son cinco fotografías, pertenecientes a las series “Las muñecas”, “Pasos perdidos” y “Cabezas”, con el “Retrato encontrado de Sade”:


De Andrew Torch, cofundador del grupo surrealista de Saint Louis, se reproducen una pintura y dos cajas (una de ellas titulada “Frankannsteena”) y de Pinina Podestá seis dibujos, completando el bagaje ilustraciones de Jay Blackwood y Rafet Arslan y textos de Francine Laugier y de Justin Lee Brown. Resta, para despedirnos, Miguel de Carvalho con sus collages, que en este caso son “ocultacollages”, de los que vemos aquí una muestra:


Juan Ismael: “Desde un cielo imposible”


Tiene lugar en la ciudad tinerfeña de La Laguna (Fundación Cristino de Vera), hasta fines de enero, esta exposición de cuadros de Juan Ismael.
El texto del catálogo lo firma Marianela Navarro Santos, quien en 2007 ya había organizado la exposición, con precioso catálogo, “Los sueños del durmiente. Encuentros con el foto-collage de Juan Ismael”.
Un buen ensayo de esta autora aborda la obra de Juan Ismael en su primera etapa pictórica, la pintura surrealista de 1934 a 1955, “sin duda el período creativo más intenso del artista”), los dibujos y la pintura última.
Sobre el cuadro cuya reproducción acompaña esta nota nuestra, escribe Marianela Navarro: “En «Antecedencia del naufragio» (1947), la muerte y el sueño son una misma cosa, y todo proviene de una mujer de cabellos y dedos inmensos, que guía al navío hacia un horizonte negro y sin retorno. Es la «noche completa» que el Juan Ismael poeta más temía, y que procedía siempre de una cabellera y una mano invisible de mujer. Su compañero de generación, Agustín Espinosa, lo expresó mejor: «Asisto a la apertura del naufragio más largo de los siglos». En efecto, las mujeres de esta obra de Juan Ismael conducen al espectador, irremisiblemente, a un sueño amargo, hondo y oscuro, y todo sucede –como indicó el poeta– en un ocaso «precipitado por una lívida tarde sin proa»”.

“Derrame” homenajea a Cruzeiro Seixas


Pronto esperamos reseñar este número especial de la revista surrealista chilena Derrame, dedicado al ya nonagenario Artur do Cruzeiro Seixas, una de las figuras cumbres del surrealismo lusitano.

Centenario Granell


De Santiago de Chile viajamos a Santiago de Compostela, donde una publicación ha recogido el material del centenario de Eugenio Granell. Fue presentada allí el miércoles 31 de noviembre.