sábado, 28 de mayo de 2022

Adrien Dax, surrealista


El próximo mes se subasta en París este collage de Adrien Dax. Adrien Dax fue un indagador apasionado del automatismo. Sus carteles interpretados y sus impresiones en relieve solo son conocidos dispersamente. Las segundas son una variante de la litografía, con que hacía intervenir al azar, partiendo de objetos tirados a la basura. Este ejemplo revela al Dax  obsesionado por el mundo mineral:

Adrien Dax, Bajo la corteza de las piedras, 1960

Sobre Adrien Dax no tenemos sino la recopilación de sus escritos y un pequeño pero rico catálogo de 2014 que yo anuncié en "Surrealismo internacional". Acabo de detectar que la dirección del pdf que di ya no existe, por lo cual señalo ahora la que está vigente.

Como las ilustraciones a dos páginas del catálogo aparecen en el pdf divididas, yo las presento a continuación completas. La primera es una obra sin título en que Adrien Dax trabajó en los años 70; la segunda es la foto del grupo en Saint Cirq-Lapopie, bien conocida; y la tercera carece de título y fecha. Mi ejemplar me lo envió como un "souvenir de París" mi amigo Guy Ducornet, quien compró el grafismo primero de la página 34.





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Adrien Dax (1913-1979). Adrien Dax descubre la pintura surrealista a través de Le Surréalisme au service de la Révolution y hasta funda en Tolosa, en 1933, un efímero grupo surrealista, inaugurado con una exposición colectiva. Comprometido en la lucha antifascista, en 1940 es transferido a un stalag del norte de Alemania. Se acerca al grupo de París desde 1947, colaborando en todas sus actividades a partir del 49, cuando debuta en el n. 5 de Néon con un dibujo. No solo cultiva las artes plásticas, sino que relata sus sueños y escribe artículos teóricos, como, para empezar, en el Almanach surréaliste du demi-siècle, “Perspectiva automática”, texto extraordinario en que señala la coincidencia entre las creaciones automáticas y las formas de la naturaleza. Son años de gran creatividad, con sus azarosas “impresiones en relieve”, sus “carteles interpretados”, dibujos, objetos como El relicario. En 1951 y 1952 publica en Le Libertaire dos soberbios artículos, uno de ellos atacando las concesiones de los artistas (Matisse, Léger, Braque, Chagall, Dalí, Miró con sus tapices de lujosas poltronas... aunque la lista de nombres sería hoy interminable); en el 52, es uno de los surrealistas que responden a El hombre rebelde de Camus en la revista marsellesa La Rue. Ilustra libros de Cabanel, Mayoux y otros. Su presencia es notable en todas las revistas, hasta L’Archibras. Así, por ejemplo, en el n. 2 de la revista Médium vuelve los ojos a un oriente desorientador, y en el 4 se ocupa de la “Actualidad del arte celta”; en el 2 de Le Surréalisme, même, colabora con “En el gran bazar del Hotel de los Sueños”, relato de cuatro bellas aventuras oníricas (“El maestro de las apariencias”, “El narguile de Beardsley”, “El frontispicio esculpido” –donde refiere un encuentro con Péret– y “Visión de entresueño”); y en La Brèche, con sus “Caligrafías” (n. 1) y con un artículo sobre Fourier (n. 4). El 21-7-1958, Breton le dedica el callao interpretado El gran Triskèle. En 1960, comienza a participar en las actividades del grupo Phases. Tras la desbandada schusteriana, lo vemos en Coupure, afirmando en el n. 5 (1970) que “las vías definidas por el surrealismo guardan, para mí, un valor ejemplar”, si bien poco después, en la encuesta sobre el surrealismo de Gradiva, reconoce que ha aceptado abandonar el epíteto “para disipar todo equívoco” (en su respuesta a la encuesta de Vincent Bounoure “Rien ou quoi?” ya había intentado justificar esa posición, como señala Alain Joubert, “con un «buen sentido» un tanto masoquista”). Un admirable texto, “Lecture en blanc”, encontramos en la colección Maintenant, que animaron en los 70 Annie Le Brun y Radovan Ivsic, y Adrien Dax participa también en el juego de los “objetos de identidad”, como en 1953 lo había hecho en “Ouvrez-vous?”. Esta era sin duda mejor compañía que la del equipo Schuster, y además en 1976 –año en que celebró, en la galería surrealista La Marée de Bruselas, su única exposición– lo vemos a toda plana en el catálogo de la exposición mundial del grupo de Chicago “Marvelous freedom/Vigilance of desire”. La fidelidad al automatismo de este artista excepcional es toda una lección para los que se obstinan en señalar las supuestas limitaciones de una aventura creativa que se identifica con la aventura de la libertad. En 2010 se reunieron sus Écrits y en 2013, año de su centenario, se publicó en el n. XXXIII de Mélusine un buen trabajo sobre él, por Raphaël Neuville, quien también escribirá el texto del pequeño pero muy bello catálogo de su retrospectiva parisina de 2014.

(Caleidoscopio surrealista)

Actualidad de Lou Dubois

Collage de Lou Dubois

Lou Dubois prosigue con su incansable actividad artística. Un poco le habíamos perdido la pista estos dos o tres últimos años, pero ya nos hemos puesto al día. Algunos collages suyos recientes pueden  ser vistos, fotografiados por Claude Burillon, en la página de Le Garage (Ramatuelle), donde expuso en octubre de 2022. En mayo de 2021 lo hizo en Les Yeux Fertiles, con "cajas misteriosas"; en junio en L'Oeil Hèliotrope de Arlés con "inencontrables y otros objetos inclasificables" y en Saint Cirq-Lapopie con "L'humour fou", que sí anuncié yo aquí; y en febrero de 2022 de nuevo en Les Yeux Fertiles con cuatro piezas eróticas que participaban en la colectiva erótica "Emprise des sens". Más collages ha expuesto, muy recientemente, en El Cairo y con Vénus d'Ailleurs, también registrada aquí hace muy poco. Seguirán otra exposición este verano en el sur de Francia y en diciembre una más en su feudo de Les Yeux Fertiles.

Los collages de Lou Dubois maravillan desde hace un par de décadas. Siempre sorprendentes y de una jovialidad impertérrita, están llenos de claves y de retruécanos que a veces pueden escaparse al no francófono, pero que no obstan al placer visual ni al vuelo imaginativo.

En una entrada próxima nos ocuparemos de un flamante folleto de Sarane Alexandrian (a quien Lou Dubois estuvo estrechamente unido en la aventura de Supérieur Inconnu), ilustrado con collages suyos.

lunes, 23 de mayo de 2022

"Soapbox", 203-206

Muchas novedades y preciosas lecturas en el último trío de Soapbox.

Jacques Le Maréchal, Karabelgosoum, 1952

domingo, 22 de mayo de 2022

Paul Paun: quimeras

Paul Paun, Retrato de Reni Paun
como mujer insecto
, años 40

Esta exposición próxima de Paul Paon (o Paun) cuenta con un espectacular "dosier de presentación". El acontecimiento merece una próxima entrega nuestra con más material de esta excepcional figura del surrealismo rumano.

quimeras de paul paun

sábado, 21 de mayo de 2022

Antonella Gandini

Antonella Gandini, serie Otras naturalezas, 2018

En el número 3 de A Phala, Sergio Lima daba entrada a  unas anamorfosis de Antonella Gandini, incluyendo una entrevista en que la artista reflexionaba sobre el erotismo, el diálogo entre la pintura y la fotografía y la anamorfosis como "hipótesis del paisaje":


Posteriormente, volvimos sobre Antonella Gandini a propósito de un trabajo con Renzo Margonari y de su colaboración en el número que Peculiar Mormyrid dedicó a los viajes. Ahora, una exposición que se prolonga hasta el 30 de junio ha generado un magnífico catálogo con muchas reproducciones y una selección de iluminadores textos sobre su producción, entre los cuales destaca, como era predecible, el de Renzo Margonari, quien ha permanecido muy atento a su trayectoria. El artista de Mantua señala la cercanía a ciertos procedimientos del surrealismo y el carácter no ecléctico sino versátil de la posición de Antonella Gandini, pero mejor lo reproduzco tal y como aparece en el catálogo:


La propia artista habla de su "vena surreal, meditativa y órfica", lo cual no puede contradecirse, en esa comunicación muy original que entablan la pintura, el dibujo y la fotografía, pero también el collage y el cine.

La imagen con que que cierro esta nota la seleccioné un par de días antes de recibir una foto desconocida de Antonin Artaud que será subastada en París el próximo mes:

Antonella Gandini, serie A propósito de la apariencia, 2019

domingo, 15 de mayo de 2022

"Dreamdew", n. 30

Acaba de publicarse el número treinta de Dreamdew. Toda la colección ha ido apareciendo en "Surrealismo internacional", pero ahora está disponible sin necesidad de mayores búsquedas en la página de Peculiar Mormyrid:

todo dreamdew




jueves, 12 de mayo de 2022

El estudio capital sobre René Alleau

David Nadeau nos da la feliz noticia de aparición de un importantísimo libro sobre René Alleau, que ya tendré ocasión de comentar aquí. Las palabras que nos hace llegar merecen transcribirse en su integridad:

Le livre de Gilles Bucherie qui vient de paraître est aussi dense et riche que l’est l’écriture de René Alleau elle-même, dont il saisit avec une acuité étonnante plusieurs des principaux enjeux complexes et subtils, notamment le décryptement à plusieurs niveaux des textes hermétiques, l’Histoire comme processus alchimique, l'ésotérisme de la stratégie éditoriale. En ce sens, ce livre répond à merveille à mon Arche utopique, l’auteur ayant eu accès à de nombreux et rares éléments de documentation qui m’avaient échappé : le programme des conférences et planches de la loge Thébah pour l’année 1963-1964, l’article certainement essentiel « Notes sur la poésie et l'initiation » (1971) et les notes inédites d’Alleau (incluant celles pour le projet de texte rétrospectif « Les mémoires d’un chasseur d’énigmes »). Aussi, j’ai cru comprendre que René Alleau avait eu une production poétique, elle aussi inédite.

L’ouvrage apporte des informations importantes et tout à fait méconnues au sujet des liens entre le surréalisme parisien et l'ésotérisme, comme le projet d'un Cercle de la Rose du Livre qui aurait réuni Canseliet, Alleau et Breton (un certain Cédric Mannu en parlerait dans La Table D'Émeraude), ceux d’un Institut des Sciences Traditionnelles par Hunwald et d’un Centre international de sciences humaines par Alleau.

J’ai enfin découvert grâce à ce livre les circonstances de l’initiation alchimique d’Alleau en 1945 par Eugène Canseliet; d’abord transmise par lettres puis lors de rencontres en 1952-1953. Je me posais depuis longtemps cette question. Gilles Bucherie a par ailleurs tout à fait raison de relever les imbrications des textes de Canseliet et Alleau et ce travail pourrait être poursuivi. Par contre, j’aurais aimé en apprendre davantage sur la rencontre d'Alleau avec le surréalisme, et avec Antonin Artaud en particulier (en 1936)…

Comme j’aurais aimé avoir pris connaissance, à l’époque de la rédaction de L’Arche utopique, de l'interprétation symbolique du Saint-Empire par Henri Hunwald et des circonstances de l'initiation de Jean Palou à Thébah! Ce sont des points essentiels.

Une piste intéressante pour étudier le travail de peintre paysagiste d'Alleau, fort méconnu, est soulevée par Gilles Bucherie; celle de la nécessité de l’effacement de l’observateur.

Bref : tout travail futur sur l’œuvre de René Alleau devra partir de là!

domingo, 8 de mayo de 2022

Bernard Roger, de 1950 a 2022

Para quienes estamos ya en la época del declive físico, no hay mejor noticia que esta: Bernard Roger acaba de publicar un libro (y un gran libro)... a los 98 años.

Se trata de Les demeures de l’invisible, dedicado a las relaciones entre la arquitectura y la alquimia, con parada final en Gaudí y los surrealistas. Un libro sobre el que volveremos aquí dentro de un par de meses (aún no ha comenzado a distribuirse, por lo que sabemos).

Es una buena oportunidad para recordar la trayectoria de Bernard Roger, otra de las tan magníficas como poco conocidas figuras del surrealismo en torno a André Breton.

Nuestro dosier se compone de los siguientes elementos:

1. Cartel interpretado, realizado con René-Guy Doumayrou, otro arquitecto del surrealismo que ha desarrollado una obra muy notable. Lo acompaño del comentario de José Pierre en el segundo volumen de su obra sobre los "tracts" del grupo surrealista de París, ya que, además, el propio Bernard Roger habla de esta actividad de subversión, llevada a cabo en 1950

2. El maravilloso bosquejo para la instalación de una sala de cine en el fondo del lago Pavin, publicado en el n. 4-5 de L'Âge du Cinéma (1951). Por cortesía de Georges Sebbag, lo precedo de la página de cabecera con las firmas de los participantes en el número (que podía ser reproducido, traducido y adaptado solo en la Tierra del Fuego) y recortes de películas pertenecientes a este ejemplar.

3. Las tres brevísimas y deliciosas noticias en la hoja Médium (números 2, 3 y 7, 1952). Hoy más que nunca es necesaria una invasión de plagas en todos los parlamentos y ayuntamientos del planeta, empezando por los de Europa, Australia y Canadá. Magníficas las dianas de Bernard Roger: la política, la religión y el maquinismo.

4. Otra pieza maestra, en el catálogo de la exposición EROS (1959-1960): las "Indicaciones concernientes a los trabajos de conversión de Notre-Dame de París en palacio de Amor". (Cuando visité este lugar, hace más de treinta años, me limité a subir a lo más alto; una de las cosas más interesantes es que podías derramar saliva sobre quienes estaban asistiendo a misa.)

5. Colaboraciones en L'Archibras, números 2, 6 y 7 (1967, 1968 y1969). Señálese que Bernard Roger estuvo muy cerca del gran René Alleau, recibiendo una solidísima formación en las cuestiones a que se va a consagrar cada vez más y trabajando en la reedición de obras antiguas del hermetismo como traductor y como prologuista.

6. Texto del catálogo de la exposición de Jorge Camacho "Le ton haut", 1969. Lo reproduje hace poco en su totalidad (le ton haut).

7. Su respuesta, muy fina, a la encuesta interna realizada en 1970 por Vincent Bounoure sobre la continuidad o no del surrealismo, "Rien ou quoi?". Esta encuesta se ha convertido en una verdadera rareza, ya que la tirada que se hizo fue de 75 ejemplares; tengo fotocopias gracias al envío que me hizo hace no muchos años mi amigo Sergio Lima.

8. Única colaboración en el Bulletin de Liaison du Surréalisme, n. 4, 1971.

9. Portadas de los libros Paris et la alchimie (1981, libro extraordinario, fundamental sobre la materia, con fotos de Jorge Camacho), À la découverte de l'alchimie (1988), Arcanes de la philosophie naturelle de Jorge Camacho (1998, con prólogo suyo, que también reproduzco), La cathédrale de Séville et le bestiaire hermétique (2001, con Camacho) y por último Initiation et contes de fées (2013).

10. En el n. 1 de L'Or aux 13 Îles, enero de 2011, la impecable puesta en su sitio de una triste biografía novelada de Nadja. En colaboración con sus amigos Jorge Camacho y Alain Gruger.

Bernard Roger participó en el juego de "Ouvrez-vous?", cuyas respuestas aparecieron en el número inaugural de la revista Médium, en noviembre de 1953. Entre otros, dice que abriría la puerta a Jean-Jacques Rousseau ("amistosamente"), a Seurat ("maravillándome"), a Henri Rousseau ("apretándole las manos"), a Nerval ("para que se quede las horas que quiera"), a Goya ("con admiración"), a Fourier ("ofreciéndole mi casa"), a Fulcanelli ("para ver su rostro") y a Freud ("con interés"). Algunas negativas: a Verlaine ("con indignación"), a Marx ("no, disculpándome"), a Huysmans ("por deferencia hacia las damas"), a Víctor Hugo ("demasiado ruidoso"), a Chauteaubriand ("no tengo problemas para dormir"), a Balzac ("falta de interés") y a Cézanne ("no quiero perder el tiempo").

Ann Radcliffe y el surrealismo

En 1937 publicaba André Breton, en La Nouvelle Revue Française, "Límites no-fronteras del surrealismo", donde abordaba el fenómeno de la novela gótica. Tras referirse a la obra fundacional, El castillo de Otranto (1764), y a la siguiente, El viejo barón inglés, de Clara Reeve (177), se ocupa de Ann Radcliffe, cuya primera novela gótica, Los castillos de Athlin y Dunbayne, es ya de 1789.

Ann Radcliffe había sido designada por Isidore Ducasse como "el Espectro Chiflado", y Breton, en la lista complementaria de 1932 a la del primer manifiesto, escribía de ella que era "surrealista en el paisaje", tan presente, por cierto, en sus novelas como en su diario. En el ensayo citado, Breton avanza destacando el personaje de Schedoni, perteneciente a El italiano, "modelo sobre el que procuró componerse el personaje de Byron", y "las hermosas muchachas diáfanas que pasan por las umbrías pobladas de pájaros" de La novela del bosque. Sobre Schedoni volvería Annie Le Brun en Les châteaux de la subversion, señalando como este personaje criminal era situado por Ann Radcliffe, en consonancia con los vientos revolucionarios, en la soledad conventual, o sea en plena sede del horror religioso.

Ya en "Situación de Melmoth" (1954), Breton apunta las debilidades de la citada novela de Clara Reeve y de otras, incluidas las primeras de Ann Radcliffe (sentido común, racionalismo, realismo, o sea lejanía de las patadas que al rigor histórico y psicológico le había dado la novela walpoliana). Donde esta se supera es en La novela del bosque, que es de 1791, o sea el año de Justine. Y es que "la carga de un proyectil de largo alcance como Otranto permanecía suspendida, destinada a no percutir sino más lejos y en la historia". Las dos obras más representativas de la Radcliffe, Los misterios del castillo de Udolfo El italiano, son de 1794 y 1797 respectivamente, quedando en medio, 1796, la obra maestra del género, El monje de Lewis, que es sin discusión muy superior, siendo las otras, a juicio de Breton, "de penosa lectura", al ser su autora "incapaz de todo verdadero vuelo de altura".

Sin embargo, con un poco de desocupación, estas novelas no dejan de ser entretenidas y divertidas. Y sobre todo fueron enormemente influyentes. Una lista incompleta de los influjos de su autora enumera nada menos que a Jane Austen, Walter Scott, Wordsworth, Coleridge, Shelley, Keats, Poe, Byron obviamente, Dickens, Wilkie Collins, las hermanas Bronté, la Rebeca de Daphne du Maurier con su secuela fílmica y hasta Gombrowicz (Possessed, su curioso pastiche de novelas góticas, de 1939).

En 1936, o sea un año antes del ensayo de Breton, los tres principales surrealistas de Hainaut, Fernand Dumont, Achile Chavée y André Lorent, realizaban una narración colectiva titulada Les Mystères du Drapeau Blanc, "sin otro medio que el desencadenamiento de las imaginaciones que, en esa época, se dejaban a gusto guiar por las obsesiones más inesperadas" (Lorent). La iniciaba Dumont y la continuaban Lorent y Chavée, suspendiéndose cuando la retomaba Dumont no por cansancio, sino para que la continuara el lector. En ese momento, los personajes acaban de llegar a una enorme pieza oval donde se han encontrado con un hombre (¿o un genio?) que, sentado en el centro de la sala, lee "un ejemplar único de Los misterios del castillo de Udolfo escrito a mano sobre piel de muchacha". El personaje se identifica en el último párrafo como "EL EMBAJADOR DE LO MARAVILLOSO".

Pero además hay dos imágenes del surrealismo, y excepcionales, directamente asociadas a Ann Radcliffe. La primera es de Dorothea Tanning, gran lectora juvenil de novelas góticas (y de Poe, Coleridge, las hermanas Brontë). Es su pintura A Mrs. Radcliffe Called Today, de 1945:


Se trata de un maravilloso homenaje a las novelas de Ann Radcliffe, y al género en general (El castillo de Otranto era uno de sus libros favoritos), con el título delineado debajo de las columnas, la arquitectura medieval en belleza y esa fantasmal mujer en llamas que evoca los terrores de tantas figuras femeninas de la novela gótica. Patrick Waldberg, en el bello ensayo sobre Dorothea incluido en Les demeures d'Hypnos ("Dorothea, la memoria embrujada"), señala la importancia de las lecturas góticas en la formación de la artista y comenta este cuadro donde "nos vemos de repente transportados a los palacios sonámbulos y los bosques diáfanos de Los misterios de Udolfo".


En 1959, René Magritte pinta El castillo de los Pirineos, uno de sus muchos cuadros inolvidables con solo haberlo visto una vez. Esta pintura tiene para él "el carácter de una aparición, que hubiera gustado a Ann Radcliffe". El castillo de los Pirineos, cuya "atmósfera" entusiasmaba a este viejo admirador de Fantomas, era una de sus lecturas favoritas en el terreno romántico, junto a Nerval y Gaspar de la noche. En una de sus cartas a Harry Torczyner, le escribía, el 27 de abril de aquel año: "El castillo de los Pirineos de Radcliffe es una novela negra romántica con el encanto y los defectos de una escuela literaria no exenta de desaliño. Es posible que su lectura le decepcione, pero le encantará la atmósfera que evoca. El cuadro, por su parte, no está exento de rigor, e incluso de dureza. Por eso he sacrificado la banderita sobre una torre y los árboles. El cielo, las nubes, el castillo sobre la piedra por encima de una mar agitada, subsisten necesariamente".

Poco importa que El castillo de los Pirineos no sea una obra de Ann Radcliffe, sino de Catherine Cuthbertstone. En efecto, publicada en 1804 en Inglaterra, sería traducida al francés pocos años después con el nombre de Ann Radcliffe, y así la conoció Magritte. 

Cerramos esta nota sobre Ann Radcliffe y el surrealismo, que continúa a las dedicadas al comienzo de "Surrealismo internacional" a Thomas de Quincey y Carolina de Günderrode, con este más que apropiado collage de otro amante del surrealismo frenético:

Max Bucaille, Roman noir, 1939

Los Misterios de la Bandera Blanca

Esta joyita de los surrealistas de Henao a que me refiero en el artículo sobre Ann Radcliffe y el surrealismo merece ser más conocida y merece también ser continuada, en el momento en que aparece el Embajador de lo Maravilloso:

mystères

Denise Bellon: "Le souvenir d'un avenir"

El Barbarroja del celuloide acaba de subir a su bajel tres películas de Jan Svankmajer y este valiosísimo mediometraje sobre la adorable Denise Bellon, amiga de tantos años de André Breton y fotógrafa clave de las grandes exposiciones del movimiento surrealista:

denise bellon chris marker

Lo que aprovecho para recordar arriba el libro fundamental sobre ella y para reproducir dos de sus espléndidas fotografías de surrealistas: la de Yves Tanguy en su estudio pintando La oreja del sordo en 1938, y la de Nicole Espagnol y Alain Joubert, de quienes hace poco hablábamos, en el desierto de Retz en 1960.


Jean-Pierre Lassalle: "Le Grand Patagon", "Brusquement les oiseaux"

En 2000, publicaba Jean-Pierre Lassalle Poèmes presques suivis de La Grande Climatérique, donde junto al último título, que designaba el año 2000, reunía una selección de sus cuadernos anteriores, ya por entonces agotados. El primer título aludía no solo a que los poemas nunca alcanzan la perfección aunque a ella aspiren, sino también a la palabra latina "priscus": antiguo.

Para completar entregas anteriores sobre Lassalle, hoy presentamos completos Le Grand Patagon (1962) Brusquement les oiseaux (1968). Y es que el mundo poético de Jean-Pierre Lassalle gana conocido en su totalidad.

Página de Agalmata