martes, 27 de abril de 2021

100/cabeças: Michael Löwy, Leonora Carrington

Creo que las mejores ediciones de libros surrealistas en estos últimos tiempos han sido las de Sonámbula y las de 100/cabeças. Dan una lección del buen editar que ha sido una constante del surrealismo, o sea que mantienen una bella tradición. (En el terreno de las revistas, no podemos sino extrañar L’or aux 13 îles tras sus tres bellísimos números de 2010-2014.)

Ya editada en francés (con ilustraciones de Sergio Lima, Penelope Rosemont y Guy Girard), ahora aparece en Loplop, dentro de su colección 100/cabeças, la versión en lengua portuguesa de la obra de Michael Löwy sobre el surrealismo y el romanticismo, que sucede a su clásico con Robert Sayre en que se abordaba el movimiento romántico “entre revuelta y melancolía”. O cometa incandescente. Romantismo, surrealismo, subversão evidencia que en el surrealismo la revuelta ha sido más importante que la melancolía, aunque también tanto como la poesía.

El prólogo es del editor, el poeta y collagista del surrealismo Alex Januário, quien traza una semblanza de Löwy a la vez que pone en liza la cuestión central del libro.

Compuesto de textos diversos (muchos de los cuales ya publicados, sin que se señale su procedencia, lo que hubiera sido de agradecer), ya que no se ha tratado de hacer un estudio académico sistemático, pese a ello el conjunto del libro posee unidad y sentido pleno. El primer apartado se titula “Iluminaciones profanas” y trata del surrealismo y la libertad, el romanticismo y el surrealismo, lenguaje y magia (de los cabalistas a los surrealistas pasando por el romanticismo alemán) y la problemática de la mecanización y las resistencias a ella de románticos y surrealistas.

Las “Constelaciones” se ocupan de una serie de figuras, momentos, obras: Mariátegui, el encuentro de Breton y Trotski, Bloch, Breton y la revolución de Haití en 1946 (largo y detallado estudio), el clásico del cine surrealista La invención del mundo (ensayo definitivo), la incidencia del surrealismo y el romanticismo revolucionario en el mayo de 1968, Wifredo Lam, Bounoure y sus magníficos ensayos sobre las artes salvajes, Sergio Lima y su “erotismo incendiario” y los gommages de Eugenio Castro.

Aparte quedan algunas mujeres del surrealismo (nunca entenderé muy bien estos “apartados”, como no los entendía Anne Éthuin): Claude Cahun, Penelope Rosemont (por su monumental Surrealist women), Ody Saban y Beatriz Hausner. La cuarta sección, en fin, enfoca las ciudades de Praga y de Chicago como “capitales surrealistas”, incluyendo una carta de Franklin Rosemont. Pero hay aún un apéndice documental, en que se incluye un puñado de textos escritos por Löwy y firmados por el grupo surrealista de París y textos colectivos que contaron con su participación activa.

Los dibujos son retratos de Guy Girard, entre los cuales seleccionamos para acompañar estas líneas el hecho a André Breton en Haití.

La lectura de este libro es fascinante, ya que el romanticismo, el surrealismo y la subversión forman parte del propio pensamiento de Michael Löwy.


Guy Girard, André Breton attendant...,
17 de abril de 2020

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A la vez, 100/cabeças ha editado una traducción de Down below, obra clave de Leonora Carrington. En pequeño formato y con el mismo esmero del libro de Löwy, lleva un estudio final de Marcus Rogério Salgado.


domingo, 25 de abril de 2021

"Infosurr", 148

Este nuevo número de Infosurr corresponde a los siniestros meses de marzo y abril de 2020, en que cientos de millones de seres humanos fueron privados por el Estado de sus más elementales “libertades” (por primera vez en la historia de la humanidad se encerró a la gente saludable por causa de una epidemia, primer paso antes de prohibirle incluso respirar al aire libre).

Los que hicieron eso y siguen haciendo cosas similares merecen algo más que el alquitrán y las plumas simbólicos con que Infosurr castiga a quienes festejaron el centenario del movimiento surrealista en 2019, lo que es en efecto abusivo. En 2019 podía haberse celebrado el nacimiento de la escritura automática, “expresión suprema de la libre subjetividad individual y colectiva” y “respuesta radical a la destrucción del sujeto por el proceso de automatización moderno” (Michael Löwy), pero no el del movimiento surrealista, que surge como tal en 1924.

Felicitadas por el contrario son una serie de publicaciones y exposiciones. Entre las primeras, el boletín digital Dreamdew, el número 62 de la revista colombiana Punto Seguido (con presencias de Laurens Vancrevel, Jean Benoît, Ludwig Zeller, Alain Joubert), las últimas entregas de Javier Gálvez, la correspondencia de Simone Debout y André Breton, La conférence de Charleroi de Paul Nougé, el inaugural número de The Room, la espléndida novela de Mattias Forshage End of the railway, beginning of the world y el corpus de rarezas de Yves Elléouët Dans un pays de lointaine mémoire.

Las exposiciones atendidas son “Wellspring of the imagination” (País de Gales), Isabel Meyrelles en Famalicão, “Encounters under black lamplight” (grupo surrealista de Leeds), Catalina Chervin (cuya conexión con el surrealismo no parece ir más allá del recurso a un cierto automatismo) y “Métamorphoses du paysage”, de Jacques Lacomblez.

infosurr 148

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Infosurr da noticia de esta revista, apadrinada por el gran Silbermann:

l'ouroboros

"Al margen"

Esta revista chilena de arte incluye en su colectivo a cuatro ex integrantes de Derrame: Aldo Alcota, Magdalena Benavente, Miguel Ángel Huerta y José Duarte.

al margen

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Nuevo libro de Will Alexander:

the combustion cycle

viernes, 23 de abril de 2021

Alain Joubert (1936-2021)

Otra figura longeva del surrealismo acaba de fallecer. Alain Joubert, pese a su edad, se mantenía en plena forma, y tan solo hace un par de años publicaba el magnífico Le cinéma des surréalistes, mientras continuaba sus colaboraciones en L’Échaudée y en Les Nouvelles Littéraires.

A la siguiente semblanza hay que sumarle la publicación del extenso ensayo sobre el surrealismo La clé est sur la porte (2016), que Alain Joubert me dedicó personalmente “en toute complicité”, y la antología L'autre côté des nuages (2020), ambas (como Le cinéma des surréalistes) reseñadas en este blog. 

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Desde 1956 hasta 1969, Alain Joubert formó parte del grupo surrealista parisino, siendo uno de sus elementos más lúdicos, dinámicos y abiertos, con pasión por el cine y por el jazz. Debutó en el n. 1 de Le Surréalisme, même, con dos corrosivas notas, una contra el reaccionarismo de Louis Pauwels y otra, deliciosa, celebrando los cinco hábiles disparos de jabalina con que los indios aucas –“que han rehusado siempre toda relación con los blancos a fin de evitar la gangrena civilizadora”– lograron “devolver la jungla del ecuador a su pureza inicial”, turbada por la visita de sendos misioneros yanquis, uno de ellos un defensa de rugby y otro un ex paracaidista. En el n. 3, responde a la encuesta sobre el cuadro de Cornelius von Max, y en el 5 publica “Les parfums lourds”. Se lo encuentra luego en Bief, La Brèche (destacando –aunque todas sus colaboraciones son jugosas, llenas de un humor siempre beligerante–, en el n. 6, el penetrante ensayo “Détournement de valeurs”, y en el 5 la entusiasta reseña de la película Les abysses, inspirada en la historia de las hermanas Papin, otras admirables asesinas que, como Germaine Berton y Violette Nozières, solo fueron defendidas en su momento por los surrealistas) y L’Archibras, así como en los catálogos de las exposiciones “Éros” (“Passage-pilote”) y “L’Écart Absolu” (“Mecánica popular”, editada independientemente por Javier Gálvez en su colección La Bella Cristalera, 2004). En el n. 2 de L’Archibras, suya fue la idea de la memorable portada, con un medallón de Baudelaire al cuello de Giovanna, y del medallón colgando una cruz invertida. Con posterioridad animó el colectivo Quando y colaboró con Phases, hasta convertirse en uno de los “instigadores” de la revista Le Cerceau, una de las pocas grandes revistas de los miserables años 90. Otro de los “instigadores” fue su compañera, Nicole Espagnol, magnífica figura de las últimas décadas surrealistas, a la que Joubert dedicó un emocionado y emocionante libro en 2007: Une goutte d’éternité.

En 1998 se publicó Treize à table, con dibujos de Jean Terrossian y textos de las revistas surrealistas parisinas, pero también de A Phala, del catálogo de la exposición “Éros” (“La perla fina”, una de las nueve “misivas lascivas”), de Le Désir Libértaire, etc. Complementa esta importante publicación el decisivo Le mouvement des surréalistes ou le fin mot de l´histoire (2001), donde Joubert describe las circunstancias que condujeron a la ruptura del grupo parisino, con fiabilidad y lucidez. Este libro va significativamente dedicado al gran Jehan Mayoux.

Siempre en la brecha, sus intervenciones de años más recientes, tan necesarias como desafiantes, algunas en Brumes Blondes, nunca son menos que certeras y oportunas, sumándoseles pequeñas publicaciones como Angle mort, Faust piste, À quel titre?, L’heure dite, Parce que c’était lui, Robert Lagarde, du geste à la parole y Le passé du futur est toujours présent.

(Caleidoscopio surrealista, 2ª ed., 2015)

domingo, 18 de abril de 2021

Michel Zimbacca

A mediodía del sábado 10 de abril, en el cementerio de Pantin, con motivo de la despedida a Michel Zimbacca, fueron leídos algunos poemas de Le centaure inoxydable, un texto de Bertrand Schmitt evocando su encuentro con él y este bello homenaje de Joël Gayraud:

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En esta foto, Zimbacca, con su sonrisa de bonhomía, que no excluye el toque pícaro y de bon vivant, muestra un guion cinematográfico de los años 50 reencontrado casi medio siglo después. Está incluida en el número 5 de S.u.rr... (otoño de 2005), donde la colaboración de Zimbacca en las revistas del surrealismo llegó a su apoteosis, sobre todo con la encuesta sobre la voluptuosidad. A ella pertenece la siguiente imagen, en colaboración con Pierre-André Sauvageot:

Esta otra, en el mismo número, es una construcción creada con motivo del juego de los objetos paralelos, en 1998:

Guy Cabanel: “Comunicar”

Para festejar la aparición de la segunda parte de Les cités légendaires, traigo aquí esta página de Guy Cabanel con que, tras la presentación colectiva, se iniciaba en septiembre de 1970 la andadura del Bulletin de Liaison Surréaliste. Hacía solo un año que un grupo de surrealistas cansados había decretado nada menos que el final de la aventura surrealista. Guy Cabanel, por supuesto, se situó donde había que situarse. Es importante señalar, ya que el dato no se aporta, que el dibujo es de Mimi Parent, quien también sabía dónde y cómo continuaba el surrealismo.

Phases, The Room, Capa 2020

Eugenio Granell, Formación de la metáfora, 1975

Las Phases de mi inolvidable amigo Édouard Jaguer, evocadas en exposición:

les paralleles de phases 


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Película sobre el segundo número de The Room:

surrealism in africa 

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Porfolio de CAPA para coleccionistas, con trabajos sobre papel y un ensayo de Patricio Álvarez Aragón, titulado “Cuando lo grotesco se asoma”. Los artistas que intervienen son Freddy Flores Knistoff, Jose Estevão, James Burns, Jorge Herrera Fuentealba, Patricio Álvarez Aragón, Marcos Vidal Font y Eduardo Rojo (nueva incorporación al colectivo).

capa 2020

Manifestación de Tamworth

Esta noticia aparece en la página de los surrealistas de Leicester:

weaponised poetry 

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En esta página se encuentra reproducido el número 2 de la revista Melmoth, aparecido en 1981 y de difícil obtención:

melmoth 2

“Juliette ou la clef des songes”

Gracias a Berni Palau, ese coloso de los mares corsarios, tenemos libre acceso a esta joya del cine onírico, basada en una pieza teatral de Georges Neveux que Henri Behar estudia en su manual clásico sobre el teatro dadá y el surrealista. Neveux llegó a pertenecer al grupo surrealista parisino y fue designado por Ado Kyrou como “uno de los más finos poetas del amor maravilloso”. Se encarga aquí de los diálogos, del mismo modo que Jacques Prévert hizo también muchos para otras películas de Carné.

juliette 

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Juliette ou la clef des songes fue escrita en 1927 y representada en 1930, año en que advierto que hizo René Magritte su cuadro La clé des songes. 

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Otra de esas galerías con que aprovecho para de paso defecar en Elohim (lástima no poder dar el enlace de una grabación en que un admirable gallego se asoma al balcón de su piso, en una casa que da a una vieja plaza, gritando a voz en cuello, con la policía debajo: "¡Me cago en Dios! ¡Me cago en todos los gobiernos! ¡Me cago en la pandemia"):

galería 21

¡Y qué terrible esfuerzo está suponiendo para el Estado afrontar esta terrible tragedia sanitaria!:

sacrificios estatales

domingo, 11 de abril de 2021

Las nuevas ciudades legendarias de Guy Cabanel


Es una alegría inesperada la aparición de una segunda parte del maravilloso libro de Guy Cabanel Les cités légendaires, que publicó Sonámbula en 2012.

Poco puedo añadir a la nota que en su día le dediqué a aquella parte primera, ya que este tomo de ahora forma unidad perfecta con el anterior: editado de nuevo por los cuidados modélicos, primorosos de Sonámbula, lo acompañan de nuevo dibujos de Jacques Desbiens (casi todos ocupando dos páginas y pertenecientes a la serie El laberinto olvidado), que riman perfectamente, en sus grandiosos paisajes oníricos, con la suntuosa imaginación prosística de Cabanel, tan saturada de sentido mítico y por supuesto poético.

Nos toca viajar ahora a estas 27 villas legendarias: Lo-Yang, Maikop, Gaziantep, Inverness, Tumbuctú, Tumisoara, Praga, Yarkanda, Florencia, Yarmouth, Rouchtchouk, Swakopmund, Jitomir, Qaraquorum, Lhasa, Mosul, Usti-Nad-Labem, Liepaja, Trebisonda, Srinagar, Pontianak, Machu Picchu, Dudinka, Dodoma, Hilversum, Faro y Ponapé.

Otro libro dorado de Guy Cabanel, quien para mí es el poeta del surrealismo que más merece aquella distinción de Saint-Pol-Roux: le magnifique.

Sin duda, este es el mejor viaje que se puede hacer actualmente, y por lo que a mí respecta solo lo puede igualar uno de esos viajes imaginarios que de vez en cuando yo me hago a mi Portugal legendario y laberíntico, de trenes fantasmales, paisajes desolados y seres de ultratumba, en busca perpetua de ciertos ojos de mujer que a veces me ha parecido que podrían aparecer también en algunas vueltas de los trayectos que Guy Cabanel describe frecuentemente en primera persona.

“Pero cuando las mañanas son claras, la ciudad sumergida flota como un sueño de sirena sobre la llanura azul”.

les cités légendaires 1

info@sonambula.org

Jacques Desbiens, Gruta, 2018

domingo, 4 de abril de 2021

Comunicación de Eloy Santos

Este vigoroso panfleto de Eloy Santos es más que magnífico –y más que oportuno en el momento presente. Lo precedo de su presentación contextualizadora.



Michel Zimbacca (1924-2021)

Por lo visto, cada vez abundan más los surrealistas longevos. Zimbacca casi llegó a hacerse centenario, y estuvo en forma hasta hace muy pocos años. En el grupo de París, quizás nadie haya igualado su palmarés, ya que entró a formar parte de él en 1949, y ya nunca lo dejó.
Estas palabras de Joël Gayraud, quien lo conoció bien, por breves que sean lo caracterizan perfectamente: “Michel será recordado como un hombre libre, dotado de una inmensa benevolencia, siempre fiel a sus primeros encantamientos”.
En 2017, Sonámbula le dedicó un precioso libro que aquí reseñamos:


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Poeta, cineasta y creador de collages, objetos y dibujos, Zimbacca, de origen sirio, conecta con los surrealistas desde 1949. Colabora en Médium (es uno de los participantes en el juego del “Ouvrez-vous?”), La Brèche (interviniendo en la encuesta sobre las representaciones eróticas), L’Archibras (con un poema en el n. 3), el Bulletin de Liaison Surréaliste (con dos dibujos en el n. 2 y la invención del juego de los opuestos, del que hay muestras en los nn. 1, 3 y 4), Surréalisme (con un magnífico manuscrito sobre la pareja en el n. 1 y “36 verbos de amar” en el 2) y, tras el resurgir de las revistas grupales en París, S.u.rr... De su obra cinematográfica, iniciada en 1946 con el “poema filmado” Square du Temple, es obligatorio nombrar L’invention du monde (“Génesis de las artes salvajes”), realizada con Jean-Louis Bédouin con comentarios de Benjamin Péret, quien lo entrevistó en Arts (texto recogido en el tomo 6 de las obras peretianas); originó un bello libro del mismo nombre, editado por Arturo Schwarz en 1959, mientras que la película (acompañada de Ni d’Eve ni d’Adam, un corto de 1969 con fastuosa intervención de Jean Benoît en su traje de necrófilo) la ha editado Choses Vues en dvd (2010). En las renacidas Éditions Surréalistes ha publicado Le centaure inoxydable (1994) y la “comunicación-encuesta” Conseil de nuit (1995). En 2014, Zimbacca cumplió 65 años de absoluta identidad con la aventura surrealista.
(Caleidoscopio surrealista)

Susana Wald, Stanley Hayter

Noticia de Susana Wald:


Y exposición dedicada a Stanley Hayter:

Sobre la corrupción de la imagen

Sin duda, uno de los privilegios que hemos tenido quienes participamos de la revuelta surrealista ha sido el de contar durante muchas décadas con la voz implacablemente lúcida de Annie Le Brun. Ningún libro de ella, ninguna de sus intervenciones, traten de lo que sea, logrará decepcionarnos. Por eso esperábamos con expectación este volumen que continúa las reflexiones de Ce qui n’a pas de prix y que ha llevado a cabo conjuntamente con Jiri Armanda.
Se prosigue pues, y actualiza, el análisis sin paliativos de las inmundicias más recientes del totalitarismo capitalista, de su rostro y acciones criminales tanto como de sus increíbles ridiculeces, a las que tenemos a bien responder con la risa más salvaje posible. Annie Le Brun y Jiri Armanda pasan revista a infinidad de motivos de la vida contemporánea y de su “dictadura de la visibilidad”, que pasan por “normales” siendo completas aberraciones.
Su exploración se centra en la instrumentalización de la imagen, que, sometida al monstruo numérico, ha alcanzado ya su fase final de masificación y prisión en que son encarcelados millones de siervos felices y contentos. Los ejemplos de artistas basura vuelven a ponerse, como en el libro anterior, y de nuevo me felicito por no tener yo ni idea de quienes sean Anish Kapoor o Damien Hirst, pero rápidamente dirigen nuestros ensayistas su atención hacia los fetiches de la época: la grotesca práctica de los “selfies”, la “smart colonization”, el “facebook” y, en fin, esa internet que los ilusos veían in illo tempore como un espacio democratizador y carente de censura y que hoy forma parte clave de la red terrorífica de control de la población por parte de la “santa alianza” de la tecnología y el capital.
El ensayo incluye numerosas alusiones a la época de dictadura sanitaria, que al principio me parecían como añadidos a última hora, pero que acaban por resultar consistentes, sin que deje yo de tener la impresión, con todo, de que no se han captado todas las consecuencias de la catástrofe que estamos viviendo (a la dictadura sanitaria la llaman respetuosamente “pandemia”). Pero lo que no deja duda alguna es que desde hace décadas se venía preparando el terreno para que se aceptara masivamente, a escala mundial, semejante horror: un mundo completamente mercantilizado y enjaulado. Simplemente, afirman, se “han corroborado procesos en curso”. La siniestra mascarilla, que algunos imbéciles masoquistas consideran una chorrada, es definida como el “símbolo de la no-toxicidad, concepto camino de convertirse, con la ayuda conjunta del moralismo y el populismo, en un valor universal”, contrastándose su uso actual con el antiguo, popular y tradicional (objeto por cierto de un excelente libro de Jean-Louis Bédouin).
Como siempre, Annie Le Brun apela a la poesía, a la risa (de revuelta contra el omnímodo descerebramiento de los eslóganes infantiles, de las comunidades “débiles” y del moralismo barato), a la libertad y sobre todo a la imaginación: si Víctor Hugo dijo “Salvemos la libertad, la libertad salva el resto”, ahora no puede sino proclamarse: “Salvemos la imaginación, la imaginación salva el resto”.
“Se sabía ya: el capital es el enemigo mortal del infinito. Pero he aquí una explicación: el capital no tolera ningún punto de fuga”.


Palotines

Un mentecato que se esconde para sus correos tras la máscara de Alfred Jarry (¡hay que ser pretencioso!) me escribe: “Eh! T'as pas fini de mêler le surréalisme avec tes conneries anti-masques?” Por ello, quisiera dejar claro que aquí no se mezcla nada: es sabida la indiferencia de que el surrealismo ha dado muestra con respecto a la dictadura sanitaria a lo largo de todo un año, y yo solo me desahogo como y donde puedo. Al que no le guste, que no abra los archivos, o que no abra el blog.
Y como no soy rencoroso (y por supuesto sigo en mis trece), le dedico a este polla boba una nueva galería de imágenes: