lunes, 12 de marzo de 2012

“Debout sur l’Oeuf” n. 1 (II)


Prosigamos el comentario de esta revista-objeto, que es la primera revista surrealista aparecida en Portugal, ya que ninguno de sus precedentes merece ese calificativo. De Unicornio-Pentacornio (1951-1956), lo menos que puede decirse es que una revista dirigida por José-Augusto de França no puede ser surrealista. Los Cadernos Surrealistas y Contrapunto son colecciones, no revistas, del mismo modo que A antologia em 1958 pregona lo que es desde su título. Grifo, ya de 1979, no es más que una recopilación de inéditos, en la que ni está Mário Cesariny, cuya ausencia en cualquier publicación colectiva lusitana la descalifica como surrealista. Y no menos  a contrapelo podrían calificarse de surrealistas los números de Pirâmide (1959-60) o de Serpente (1961). Debout sur l’Oeuf sí es una revista surrealista, por los cuatro costados, y se alinea más que dignamente con las numerosas revistas que jalonan la historia del surrealismo desde La Révolution Surréaliste, o, si se prefiere, desde la segunda serie de Littérature.
Siguiendo con los cuadernos integrados en esta caja mágica,  el n. 22 asocia tres poemas de Laurens Vancrevel a una pintura muy característica de John Welson, mientras que en el 7 tenemos una imagen impactante, presentada como “objeto mágico-peligroso” (“¡Atención! Manejar con cuidado. En caso de dudas, hacer señal al maquinista”): el óleo de Susana Wald “La vuelta del futuro” apresado por la navajilla de “Tiempo cortante”, un objeto circulante sobre papel de arena chino obra de João Van Dam, otro de los componentes de la Cabo Mondego:


Susana Wald nos lleva a otra de las virguerías de la revista: el cartón con un poema de Beatriz Hausner por un lado y un collage de Ludwig Zeller por el otro, y atada con cuerda una concha con la letra J.
Más piezas: de Miguel Ángel Huerta (una turbadora pintura); de María Prado (un poema y un bello óleo de sabor años 20-30); del noble amigo conquense de los surrealistas portugueses, Juan Carlos Valera (un poema, dedicado a Mário Henrique Leiria); del infatigable Guy Ducornet (el divertido collage “La pesca milagrosa”, con que abrimos esta nota); del no menos infatigable Zuca Sardan (una de esas cartas maravillosamente hilarantes, llenas de dibujos y de versos originales, que recibimos algunos de los pocos mortales afortunados que vagamos por este mundo); de Allan Graubard (un poema y una prosa); del componente del dinámico grupo londinense Slag Merl Fluin (tres textos automáticos); de Antonio Beneyto (un facsímil del extenso “fragmento en Polonia”, “sin corregir y sin censura”, del “Diario de un artista suicida”).
Destaquemos aparte, por su perfil ensayístico, la conferencia de Guy Girard “Lo maravilloso surrealista y el Extremo Oriente”, acompañada por la reproducción de “El castillo del doble sol” Y el texto de la presentación de la caja de habanos con los cuadernos de los Cantos a la mujer nocturna, de Sergio Lima, otra joya editorial de Miguel de Carvalho. Dejando a un lado algunas observaciones tontas de los periodistas (esa raza ya no tiene solución, por lo que no se entiende que, en la reciente exposición de Praga, algunos surrealistas se prestaran a responder a sus necias preguntas), Sergio Lima encuentra ocasión de lanzar algunos espolazos bien necesarios, contra la informatización de la vida, contra la tiranía del “texto”, contra la “idiotez” de los especialistas, contra la policía de todo signo –a la vez que da unos apuntes de gran interés sobre su riquísimo libro Collage (1984), en el que el lector tiene que empezar por recortar las imágenes elegidas por él y pegarlas en su espacio correspondiente.
En el terreno de los manifiestos, tan solo el ánimo de ser exhaustivo me hace citar el dedicado a la siniestra Frida Kahlo, sobre cuyo estalinismo el maestro Granell, en uno de nuestros encuentros madrileños, me levantaba sospechas acerca de si hasta no habría participado en el asesinato de Trotsky; el propio Granell es nombrado en este escrito, con motivo del silencio de los críticos de arte portugueses al exponer por cuarta vez en Portugal, y si el manifiesto tiene algún sentido es precisamente por su ataque a los comisarios y críticos de arte portugueses (etc.). Algo bien distinto es la traducción del folleto “Por sus voces hablaban Magón y Zapata”, firmado por el grupo surrealista de París en  2010 y que, por cierto, cierra el volumen de Guy Girard Insoumission poétique, recopilación de los manifiestos y declaraciones de dicho grupo de 1970 a 2010. Aquí tenemos la última instantánea del amor nunca desmentido de los surrealistas hacia los pueblos amerindios, instantánea motivada por el asesinato a manos de fuerzas paramilitares de dos simpatizantes de los admirables indios triquis, cerca de Oaxaca.
La edición especial de 30 ejemplares numerados incluye: la foto erótica de Marlo Broekmans que ilustraba la primera parte de esta reseña; el dibujo a tinta china y acrílico dorado con pluma de gaviota sobre papel de Seixas Peixoto “Cabo Mondego”, con el cual cerramos esta nota; la pintura automática colectiva de Rik Lina y Miguel de Carvalho “Hojas muertas”, con poema impreso sobre acetato del segundo; una pintura automática sobre papel de Gregg Simpson; el dibujo a tinta china sobre papel de Rik Lina “Hurricane Machine”; y la reproducción del objeto de Guy Ducornet “Puño levantado”. Todo realizado en 2010, menos la foto, que es de 1996.