De nuevo la
revista de cultura libertaria A Ideia dedica un gran espacio al
surrealismo, lo que se anuncia desde la cubierta: un cadáver exquisito
pictórico de Mário Cesariny y Rik Lina.
Una extensa
encuesta sobre el centenario de la escritura automática incluye muchas
respuestas de figuras del movimiento surrealista, como Allan Graubard, Beatriz
Hausner, Eugenio Castro, Guy Girard, Joël Gayraud (especialmente sugestiva),
Laurens Vancrevel, Michael Löwy, Sergio Lima, Miguel de Carvalho, Natan
Schäfer, Ron Sakolsky y Rik Lina. De las restantes hay desde las interesantes,
como las de Almerinda Pereira y Manuel da Silva Ramos, a las ridículas o
simplemente irrelevantes, como las de Helder Macedo o Isabel Meyrelles.
Magnífico, magistral es el texto final (todo un ensayo sobre el automatismo)
del propio director de la revista, António Cândido Franco.
En el resto del
número hay algunos bloques dedicados al surrealismo. Así, se traducen tres
manifiestos muy importantes del grupo parisino en los años 1947-1951: “Rupture
inaugural” (que fue decisivo para el joven Mário Cesariny), “À la niche les
glapisseurs de dieu” y “Haute frequènce”. Y luego encontramos una serie de
cartas de Cesariny al Grupo Surrealista de Madrid, no muy interesantes, quizás
porque empieza a haber una cierta saturación de cartas de Mário Cesariny y de
Cesariny en general.
Al presentarse
los increíbles juegos verbales del decimonónico poeta ciego António Feliciano
de Castilho, se dice que “hoy estamos en condiciones de revalorizar estos
ejercicios en el cuadro del surrealismo”, olvidándose que esto ya lo hizo
Natália Correia en su libro O surrealismo na poesia portuguesa (obra
única y maravillosa, que sí que espera por una “revalorización”, a pesar de que
se haya reeditado en 2002).
Por último, es
obligado destacar, en la sección “Lecturas y notas”, el trabajo de Elvio
Fernandes Gonçalves Junior sobre “la concreción del deseo” en la poesía de
Sergio Lima, y, en la “Revista bibliográfica”, la reseña que hace António
Cândido Franco de Ce qui n’a pas de prix de Annie Le Brun.