Hans Bellmer es otro ilustre sadiano del surrealismo. En 1946 dibuja Diálogo del cura y el moribundo y tres homenajes al divino:
El mismo año, Simon Watson Taylor, en Free Union Libres, traduce la proclama Franceses, un esfuerzo más por ser republicanos, de La filosofía en el tocador. Al año siguiente, Jean-Jacques Pauvert publica Juliette, que le acarreará una década de conflictos con el Estado, y en Egipto La Part du Sable incluye en su primer número este poema de Claude Serbane ilustrado por Hassan El-Temisani:
Pero este año de 1947 es ante todo el de una obra maestra de Magritte, La filosofía en el tocador (anticipada en otra pintura, de 1935, El modelo rojo):
Valentine Hugo ilustra en 1948 Eugenia de Franval, una de las novelas de Los crímenes del amor; con prólogo y notas de Gilbert Lely, incluye ocho láminas de Valentine, de las que vemos aquí cinco, las dos primeras siendo las únicas ilustraciones abiertamente eróticas que hizo:
Del mismo año es el vaso de Sade ideado por Jacques Hérold y situado en el número 5 de Néon junto a los de Breton, Jarry, Péret y Madame de Sombreuil (la heroína del vaso de sangre azul):
En el mismo número, Gilbert Lely, que en este año de 1948 había publicado una antología de Sade en Seghers, anunciaba la aparición de un conjunto de cartas inéditas que vería la luz al año siguiente con el título de L'Aigle, Mademoiselle...:
Este conjunto de cartas llevó un célebre aguafuerte de Hérold, quien al año siguiente, ilustraría con cuatro más La Vanille et la Manille, carta inédita de Sade a su mujer. Vemos aquí L'Aigle, Mademoiselle... y uno de los cuatro aguafuertes de esta última carta (Robert Lebel dedicaría un inmediato artículo a esta magnífica publicación, "Jacques Hérold, ilustrateur", incluido en el tomo 1 de sus obras completas):
En una nota de su prefacio a L'Aigle, Mademoiselle..., Lely precisa que el frontispicio de Hérold no le fue sugerido por el título del libro, sino que se trató de un "emotivo encuentro": "En 1942, al día siguiente de una peregrinación a Lacoste, durante la cual un águila había sobrevolado el autobús que le conducía al castillo del Marqués, Hérold pintó un lienzo que tituló La femmoiselle lit l'aigle. El frontispicio de la presente recopilación es la transposición al aguafuerte de un sueño pictórico anterior en seis años al descubrimiento de la carta a Mlle. de Rousset". La femmoiselle lit l'aigle sería conocido luego como La liseuse d'Aigle, y en Lacoste en 1942 pintó Hérold también Fragment de liberté y la Femmoiselle (en 1953 compraría una mansión en Lacoste, utilizando el cuarto de los gusanos de seda como estudio y recibiendo allí la visita de André Breton y Max Ernst). Alexandrian, en su maravilloso libro sobre Hérold, da más informaciones: Hérold sintió que el águila "lo guiaba imperativamente hacia el indiscernible lugar de la sepultura de Sade, cuya última voluntad había convertido en anónima. Esta visión impresionó tanto a Hérold que a su vuelta a Oppède pintó irresistiblemente a una joven, heroína sadiana como Juliette o Madame de Saint-Ange, sosteniendo un águila sobre su regazo, y le hará decir, en su Maltraité de peinture: «Esta gran águila que abría con sus alas las grutas de la montaña, yo la he desplegado ante mí sobre mis rodillas, y lentamente, en voz alta, yo la he leído... Leed los objetos; solo ellos desencadenan vuestra imaginación, pues los libros son escritos por otros». Fue igualmente en Oppède, después de La liseuse d'Aigle, que concibió La Femmoiselle, a quien hará una recomendación análoga: «Si lees en la cama, lleva siempre contigo un árbol de leer. O incluso, en la cama, lee tu cama»."
Lely había vivido también en Lacoste el año de 1942 (refugiándose de la Ocupación), no descuidando poner en la portada de la antología de Seguers una foto de la torre sadiana:
Breton redacta una protesta por la persecución estatal a una edición de La filosofía en el tocador, protesta aparecida el 14 de mayo de 1950 en Combat y firmada, entre otros, por Benjamin Péret, Camille Bryen, Jacques B. Brunius, Jacques Hérold, Maurice Henry, Marcel Jean, Jean Paulhan Raymond Queneau, Jacques Prévert y Georges Bataille (obras completas, tomo 3, p. 1028-1029) así como una nota sobre L'Aigle, Mademoiselle... (ídem, p. 1123-1124).
1950 es otro año demasiado rico como para continuar con él en este capítulo, pero aún cerramos circularmente con Bellmer y su ilustración de Los infortunios de la virtud: