domingo, 9 de agosto de 2020

La llave oculta de Raúl Henao

Aparecía ante mis ojos hace unos días un curioso dicho bretón: “La poesía es más fuerte que las tres cosas más fuertes: el mal, el fuego y la tempestad”. Y lo encontré apropiado, más que apropiado, yo que creo mucho más en la poesía que en los poetas, cuando trabé conocimiento del último libro de poemas de Raúl Henao, titulado La llave oculta.
La poesía de Raúl Henao es, en las últimas décadas, del panorama castellano, la que me parece más intensa, la que ofrece un mayor tenor de alcohol poético, y aromatizado sin duda con hierbas salvajes, una poesía de las profundidades escrita por un hombre de una feroz independencia, que emite sus mensajes, no pocas veces desesperados, desde un entorno tan hostil como Medellín, en un país que, según veíamos hace poco, tiene unas credenciales surrealistas como milagrosas.
Si el primer libro de Raúl Henao, Combate del carnaval y la cuaresma, aparecido en 1973, se expresaba en verso, ya el siguiente, El bebedor nocturno, constaba de prosas poéticas. Esta es la forma que asumen las dos docenas de textos de La llave oculta, encabezados por una breve reflexión sobre el poder y la vigencia del poema en prosa, que simultáneamente confirman los no menos flamantes poemas de Carlos Barbarito Materia desnuda, también venidos de la América del Sur. Tanto en uno como en otro caso, los elementos poéticos priman sobre los narrativos.
Y si a propósito de Materia desnuda señalábamos la impronta simbolista, hay que decir que Raúl Henao continúa firmemente enraizado en la tradición romántica, simbolista y surrealista. Los epígrafes de algunos de los poemas son de Gérard de Nerval (“El árbol de la ciencia no es el árbol de la vida”), António Maria Lisboa, Alejandra Pizarnik, Braulio Arenas, mientras que el poema que da título al libro va dedicado al llorado Philip West, de quien es la cubierta de El partido del diablo y quien tradujo al inglés los poemas de La vida a la carta. Otro poema, “Cerrad el círculo” tiene como destinatario a su compatriota Darío Restrepo Soto, maestro de un humor negro que no pocas veces irrumpe en la poesía del propio Henao.
Si, en palabras de Claude Tarnaud que hace poco citábamos aquí, “la trayectoria sensible de un hombre debe ser determinada en función de todas las distancias que asume”, hay que reconocer que Raúl Henao se sitúa a perfecta distancia. Las calidades metafóricas y visionarias de su poesía, su fuerza imaginativa y expresiva, esa voz propia que hace inconfundible su expresión poética, tantas veces enigmática, no dejan lugar a dudas.


*

La llave oculta solo se consigue a través del autor y la impresora, cuyas direcciones damos en seguida:
En cambio, La reinvención del amor (“Hay que reinventar el amor”, dijo Rimbaud, y son palabras que jamás han dejado de estar vigentes), antología de poemas erótico-amorosos espigados en sus diversos libros, es de acceso público, por lo cual es para mí un placer y un privilegio poder brindársela aquí a los lectores, aunque la impresión en papel para quien quiera tenerlo como libro físico (que es algo con lo que jamás podrá competir el libro virtual) se puede pedir a Seshat Editorial, que la va haciendo a quien la pida. Y también aportamos el enlace de un reciente documental sin los defectos habituales de este enojoso género.