miércoles, 16 de noviembre de 2016

Los collages sonoros de Eric Bragg


Lovecraft continúa siendo un valor firme para el surrealismo, y si hace unas semanas hablábamos del flamante juego de sus acrósticos, ahora el título de este nuevo disco de collages sonoros de Eric Bragg nos lleva de inmediato a tan turbulento mundo, en particular a los sanguinarios gatos de Ulthar, cuya historia relató el maestro en 1920, y a la apasionada defensa felina que hizo seis años después, no dejando de paso perro sin cabeza –lo que, por mi parte, mucho me place, en unas páginas que tienen que indignar a la mayoría de los modernos urbanitas, tan deportistas como perrunos.
Tras Chelator, Eric Bragg nos brinda una obra maestra que debe escucharse a todo volumen. Son 18 los collages sonoros, en que se vale de “programas de televisión, juegos de vídeo, música popular, etc.”, para obtener un coctel enloquecido, de un humor hilarante lleno de sarcasmo y tintas negras. Si adaptáramos la feliz noción de “romanticismo frenético” al surrealismo, Eric Bragg ocuparía un capítulo autónomo, no solo por estos collages, sino por otras obras suyas como Meat art and surrealist objects (“colección de travesuras oníricas”) o The midnight blade of sonic honey (extenso relato, uno de cuyos protagonistas es precisamente el Felino Negro).
Realizados entre los años 2010 y 2013, los collages de Voyage to Ulthar van dedicados a Samuel Ribitch, con quien colaboraba estrechamente Eric Bragg; Ribitch estuvo en el proyecto de Hydrolith e ilustró, sin ir más lejos, con sus inconfundibles dibujos, The midnight blade of sonic honey. Pero también hay en la carátula del disco una cita que a la vez es una dedicatoria y una proclamación: “No se vende la tierra por la que se anda”, palabras proferidas por Caballo Loco, en 1875. (Azar de los que nos gustan: el día en que accedí a Voyage to Ulthar estaba yo comenzando a repasar una biografía de este gran chamán guerrero que nunca dejó le hicieran una fotografía.)
Si recuerdo mis eufóricos años de descubrimiento del rock a fines de los 60, estos collages se me emparientan con un entonces muy polémico título de los Rolling Stones en Their satanic majesties resquest, publicado en 1967: la jam psicodélica “Sing this all together (See what happens)”. Mis favoritos de Voyage to Ulthar son el soberbio “Sexy beam”, con su imborrable quíntuple “No!”, que he empezado a utilizar profusamente, “Poem” y sus repeticiones hechizantes, el terrorífico “The secret elevator”, el cinefílico The evil monster y el que da título al conjunto y se abre apropiadamente con truenos y maullidos. “Mirach speaks” va dirigido a Will Alexander, lo que no extraña, siendo Mirach una de las estrellas de Andrómeda y Will Alexander un poeta cósmico.
Este delirante viaje a Ulthar puede servir también para volver a las páginas citadas de Lovecraft, fácilmente asequibles en la red. Damos los enlaces, así como la comunicación con este extraordinario collagista de imágenes, objetos y sonidos.