miércoles, 21 de septiembre de 2016

Javier Gálvez: “3 poemas espeluznantes”

Javier Gálvez, foto en 3 poemas espeluznantes
Este nuevo tríptico de Javier Gálvez, en Ardemar Ediciones, vuelve sobre tres de sus poemas, reelaborados “bajo un estado alucinatorio”, que es como conviene elaborar y reelaborar.
Si la nota de Ruiz de Murag considera que “su espíritu rimbaudiano y negro los acerca a la poesía de desguace”, no sorprende que el primero de ellos se titule “Rinbow”. Fue publicado sin título en el n. 6 de Salamandra (1993), mientras que los otros dos, “Pasión del corcho” y “Solve et solve” vieron la luz en el n. 7 (1995), sin título aquel y este con el de “Todos los poetas surrealistas son tontos”. Por el azar de las páginas, “Rinbow” iba con una tinta de Lurdes Martínez, “Pasión del corcho” con otra de Olga Billoir y “Solve et solve” con un grabado de Roman Bergam. Es bueno volver a manejar estas revistas, ya que el tiempo ha sido bondadoso con ellas y están llenas de páginas que sigue siendo grato e incitante leer, tanto en la vertiente crítica como en la creativa.
Ahora, la única ilustración es una foto erótica del propio poeta, pero ante todo merece resaltarse lo significativo de las dedicatorias: a Lurdes Martínez, a Eugenio Castro y a José Manuel Rojo. Porque estos tres nombres, más el de Javier Gálvez, componen el cuarteto de figuras decisivas del grupo surrealista de Madrid en su ya larga y tan fértil andadura. Felizmente, y como es sabido no son raros en el surrealismo estos casos de fidelidad, admirables en un mundo donde reinan la frivolidad, la palinodia y la inconsecuencia.
La poesía de Javier Gálvez es una nube de tormenta. Para la apreciación de sus movimientos insospechados, es preciso proveerse de periscopios que solo se pueden obtener en algunas tiendas fantasmas de Lisboa, junto al río y los bares marineros.