viernes, 28 de diciembre de 2018

Aurélien Dauguet, surrealista


Por una nota de Infosurr tomo conocimiento de la desaparición de Aurélien Dauguet, a quien dediqué una entrada relativamente amplia en Caleidoscopio surrealista. Dauguet tenía todo para atraerme: surrealista, anarquista, cinéfilo, jazzófilo, poeta, auscultador de los sueños, fascinado por las culturas amerindias… Ahora, como homenaje, reúno sus colaboraciones en publicaciones surrealistas, añadiendo Sables, que apareció en las Éditions Surréalistes.
Esta es la lista de todo lo que, cronológicamente, puede verse en el pdf adjunto:
–“Le poème écho”, Bulletin de Liaison Surréaliste, n. 5, 1972.
–Poemas con dibujos de Helein Had, íd., n. 10, 1976.
–Participación en el juego de los collages paralelos, Surréalisme, n. 2, 1977.
–Respuesta a la encuesta internacional sobre Breton, Salamandra, n. 6, 1993.
–“Jeu du fragment” y comentario de Dauguet, S.U.RR…, n. 1, 1996.
–“Minez ça, c’est manie”, íd.
–“Une série de rêves”, íd., n. 2, 1997.
–“Sables”, íd.
–“Moudre la scène”, con Guy Girard, íd.
–Construcción, íd.
–“Le tour du monde de l’étoile de mer”, íd., n. 3, 1999.
–“Le conciliabule inconsolable” (ilustración), íd.
–“Au bal des tihus”.
–“Langage, langages dans les civilisations amérindiennes” (ensayo excepcional), íd., n. 4, 2002-2003.
–“Le surréalisme et les arts sauvages”, íd.
–“Deambulations sous une paupière”, íd.
–“Journal de voyages”, íd, n. 5, 2005.
–“Karol Baron”, íd.
–Dos dibujos, íd.
–Sables, 1995.

*

Tras la siguiente entrada de Dauguet en Caleidoscopio surrealista, hay dos enlaces, el primero con una semblanza en el Dictionnaire des militants anarquistes y el segundo con un estupendo artículo suyo sobre surrealismo y anarquismo.

Aurélien Dauguet (1932). El nombre de Aurélien Dauguet aparece en los documentos colectivos del grupo surrealista parisino desde 1976 y hasta tiempos muy recientes. Pero sus primeros contactos con el grupo fueron en el verano de 1968, tras haber sido durante los años 50 militante de la Federación Anarquista El número 5 del Bulletin de Liaison Surréaliste (1972), ya incluye de él el juego del “poema eco”, y en el décimo (1976) dos poemas suyos son acompañados por dibujos de Helein Had, tomados del cuaderno de ambos Le rire des tridents est l’ombre du cri; en el segundo de Surréalisme (1977), participa en la experiencia de los collages paralelos. Sus colaboraciones en S.u.rr... han sido constantes y siempre muy atractivas: en el n. 1, comentando el juego del fragmento y proponiendo él mismo un juego que erradique la pasividad del espectador cinematográfico; en el n. 2, con sueños, un objeto y una pintura hecha al alimón con Guy Girard; en el 3, con el relato “Le tour du monde de l’Étoile de mer” y la reseña de la exposición de las muñecas kachinas en las colecciones surrealistas; en el 4, con un extraordinario ensayo sobre las culturas amerindias, una reseña de Le surréalisme et les arts sauvages de Bounoure y una pintura; y en el 5, con una evocación de Karol Baron, dos dibujos y el bello texto “Diario de viajes”. Luego, Dauguet sería clave en el establecimiento de los lazos que, en las últimas décadas, han acercado los surrealistas a los anarquistas. En 1993, fue muy bella su respuesta a la encuesta sobre André Breton publicada en el n. 6 de Salamandra, y en 1995, las Éditions Surréalistes publicaron Sables, recopilación de frases de entresueño. Dauguet era un entusiasta también de la literatura popular, el jazz (tocaba la guitarra y el contrabajo) y el cine (fundó en Ruán el cine-club “La Edad de Oro”), publicando regularmente en Le Libertaire del Havre textos sobre el surrealismo y el cine.

lunes, 24 de diciembre de 2018

Cenas surrealistas


Ya que, desgraciadamente, seguimos con la cronología cristiana, al menos celebremos la llegada de un nuevo ciclo anual. En fechas de comidas a veces pantagruélicas y de manjares con sabores antiguos, he aquí unos banquetes surrealistas celebrados en Amsterdam en los años 2000 y 2008, el primero a la memoria de Willem Wagenaar y el segundo en la casa de otra de las figuras indesplazables del surrealismo neerlandés, Louis Lehmann:

Miguel de Carvalho, Ensalada rusa con filetes a la bordalesa
(plato muy equilibrado)
, 2012

domingo, 23 de diciembre de 2018

Surrealismo en Atlanta

Collage colectivo con Janice Hathaway

Damos noticia de esta importante página de surrealismo actual, en Atlanta: “House of Mysticum”. Con mucha actividad reciente, en ella abundan los juegos, los collages, los dibujos y los cortometrajes. En la serie de collages los hay colectivos, con un grupo en que fue invitada Janice Hathaway y otro con Guy Girard.

Collage colectivo con Guy Girard

Se da también en “House of Mysticum” el enlace de las páginas individuales de Steve Morrison, Casi Cline, Steven Cline y Megan Leach, donde se encontrará mucho material, con especial destaque para los collages y las películas. Una cosecha magnífica.
house of mysticum

Collage de Steven Cline

Collage de Megan Leach

*

Y damos también el enlace de la página del grupo surrealista Chimaera, en Ottawa, y a su vez con conexión a otras páginas del movimiento surrealista:

The Percussionauts


Aunque aparecido hace un año, este disco con Gregg Simpson y david uu, figuras del surrealismo de la Costa Oeste canadiense, tiene que anotarse aquí. En el enlace que damos se pueden escuchar fragmentos de sus temas.

viernes, 21 de diciembre de 2018

Silbermann / Picabia


Sevendoc añade dos títulos a su colección que merecen resaltarse. El de Picabia porque lo ha realizado Rémy Ricordeau, que ya hizo un buen trabajo con Benjamin Péret. El de Silbermann porque lo ha realizado él mismo y es hasta ahora el que más escapa a las convencionalidades de este género antipático que es el documental biográfico.
Jean-Claude Silbermann, tras recibir la revelación de la modernidad poética con la lectura de Apollinaire, se une al surrealismo en 1955, cuando solo tenía 20 años. Va a desarrollar una obra única, caracterizada sobre todo por las figuras recortadas con un sentido de lo maravilloso verdaderamente infalible, que posee toda la fantasía y el color de las mejores creaciones populares, no siendo casual que otro momento de revelación se lo haya dado una de esas simpáticas figuras de cocineros, en madera o en latón, que a la puerta de las casas de comida anuncian el menú, aún hoy en día. En total, entre dibujos, acuarelas, recortes y objetos, Silbermann ha realizado unas diez piezas por año, lo que es poco si comparado a la profusión tantas veces absurda (cuando no desvergonzada) de que dan muestra los artistas de toda índole, o sea incluidos músicos, poetas, novelistas, etc. Muchas de esas piezas pueden disfrutarse a lo largo de la hora y media que dura esta película dividida en capítulos y donde se celebra la presencia intermitente de su viejo amigo Georges Sebbag, quien pasea y dialoga con él y con quien interroga a una sorprendente figura esfíngica que habita un árbol. Menos agradable es la presencia de una ventrílocua (el fenómeno de la ventriloquía me ha resultado siempre algo siniestro) y no digamos la insistencia musical, que una vez más me recordó aquel genial “Silencio de oro” de André Breton, uno de sus textos más vigentes y necesarios.
Excelente es también la intervención de Christian Bernard, fundador del Mamco de Ginebra, quien comenta de manera magistral la asombrosa instalación Babil-Babylone, iniciada en 1983 y que Bernard hace acompañar, para su exposición, de unas expectantes muñecas hopis. Otro momento intenso es el que permite admirar el libro en corcho, recortado y pintado al óleo, que Silbermann dedicó a su mujer, Marijo. Y hay también una secuencia con André Breton moviéndose por su estudio.
La unidad de la inspiración de Silbermann es un asombro, sin que pueda hablarse en él ni de “evolución” ni de “etapas”. Un constante maravillamiento, en que la partida esencial la juega el automatismo, sobre el cual habla al comienzo de la película como de un “vuelco único en Occidente” y que distingue con contundencia del de un Pollock por suponer este, en última instancia, “un retroceso del pensamiento”.
En el “equipo técnico” de la película aparecen grandes figuras del cosmorama surrealista (Breton, Péret, Desnos, Duchamp, Picabia, Yves Laloy, Apollinaire, Reverdy, Freud, Nietzsche, Ducasse, Cros, Nouveau, Carroll)  o de esas elecciones más particulares que cada cual tiene (Emily Dickinson, Robert Walser, Fernando Pessoa, Charles Laughton), pero la temperatura baja a cero con los nombres fatídicos de Jean Schuster y Claude Courtot, los apóstoles del liquidacionismo surrealista, o Silbermann no se hubiera subido en 1969 a su carroza –aunque por suerte sin la agresividad de ellos, y además continuando una obra impecable e imperturbable, que lo distingue rotundamente de la insignificancia o nulidad en que aquellos desembocaron tras el 69.
El libreto que acompaña al disco es también uno de los más atractivos de la colección, y al final reproduce las letras de las canciones interpretadas por el grupo pop Chien de Faïence (con el que colabora Silbermann desde 1976), letras deliciosas que nos muestran al poeta en versos que también es Jean-Claude Silbermann.
Las intervenciones de Silbermann en las revistas y catálogos del grupo surrealista de París son interesantísimas y merecen ser recopiladas, junto a sus restantes escritos y en particular sus poesías. Falta, más aún, aunque el Museo de Bellas Artes de Brest ya haya hecho en 2007 una buena labor con Le pointillé clandestine, una sólida monografía sobre su obra, que no se asemeja a ninguna otra y que parece siempre acabada de realizarse, tan fresca como el rocío de mayo. Silbermann es único, y esta película permite al menos una amplia visión de sus trabajos, a falta de la publicación mayor que tendrá que llegar.

Jean-Claude Silbermann, Autorretrato, 1958

*


El volumen de Picabia es más predecible. La típica música cargante (¡esos pianos! ¡esas orquestas!) irrumpe de vez en cuando, aunque sin excesos, y los críticos de arte que intervienen (Arnauld Pierre y Aurélie Verdier) lo hacen bastante bien. De archivos se oye la voz de Picabia y varias veces habla Gabrielle Buffet cuando ya no tenía ni dientes, aunque su memoria aún carburaba. Y sobre todo se cuenta con la presencia de Annie Le Brun y Jean-Jacques Lebel, cuyos comentarios son muy precisos y muy inteligentes. En fin, un buen número que nos lleva durante hora y media a la figura y al mundo plástico de un personaje extraordinario.

miércoles, 19 de diciembre de 2018

Pierre Alechinsky, en plena forma

Damos hoy una serie de enlaces para festejar a Pierre Alechinsky, quien, a los 91 años (y con plena lucidez), sigue desarrollando una obra magnífica. En la galería Lelong de París expone una serie de trabajos del presente año, incluida una serie con que ha ilustrado Astrología poética de Léon-Paul Fargue.

Alechinsky, en el catálogo de
Ëdouard Jaguer Phases Ouest, 2008

martes, 18 de diciembre de 2018

Hamburgo, 2018-2019

Bastiaan van der Velden organiza esta exposición en Hamburgo para atravesar el año (15 de diciembre-26 de enero):


sábado, 15 de diciembre de 2018

Virginia Tentindó

Virginia Tentindó, Alicia coge su pie

Pasado mañana, lunes, a las 8 de la tarde a bordo del peniche La Balle au Bond se proyectará la película Mínimas inocencias, en homenaje a Virginia Tentindó y realizada por Fabrice Maze.
Los interesados que no podrán asistir también pueden descargarla en el siguiente enlace:
Por mi parte, voy a reproducir aquí unas páginas con declaraciones de la artista en el n. 9 de Supérieur Inconnu (1998) y el ensayo de Sarane Alexandrian en el n. 16 de la misma revista (1999).

jueves, 13 de diciembre de 2018

Jan Svankmajer, Susana Wald, “Refus Global”

Jan Svankmayer en Holanda:

*

Obras recientes de Susana Wald:


*

Celebración de “Refus Global”, 70 años después:

Surrealismo y mito, surrealismo y cine, surrealismo rumano

Otro nuevo ensayo excelente de Daniel Barbiero en Arteidoloia, ahora sobre el surrealismo y el mito:

*

Surrealist NYC nos alerta sobre este importante libro, en que por sin se escapa a la reducción histórica del surrealismo en su dimensión cinematográfica (y en que también irrumpe la cuestión del mito):

*

Aunque ya existe el buen libro de Ion Pop La réhabilitation du rêve. Une anthologie de l’avant-garde roumaine, no deja de ser bienvenida esta nueva visión, a cargo del fiable Petre Raileanu, con amplio apartado surrealista:

sábado, 8 de diciembre de 2018

Dorothea Tanning, artista y poeta


Dorothea Tanning es objeto reciente de especial atención, merced a la exposición que actualmente se le dedica en un museo del Reino de España famoso por sus ascensores transparentes (exposición que a partir de febrero emigra a Londres), así como a la traducción hispana de sus poemas.
El catálogo ofrece muchas ilustraciones (incluida toda la serie de los Siete peligros espectrales), lo que constituye su principal interés, ya que no abundan los libros sobre esta artista. El otro motivo atractivo es la pequeña selección de relatos y poemas, que comienza con la primera versión del cuento “Abismo” y el que, con el título de “Cita a ciegas”, apareció en 1943 en VVV.
Las primeras páginas llevan presentaciones lamentables del ministro deportivo-cultural de turno y del director del museo. No las arranqué de cuajo porque el catálogo era prestado (por principio, ya no compro catálogos de museo). Luego, hay una serie de estudios de poco alcance, aunque al menos no abundan en ellos las chorradas antisurrealistas ni las simplonerías feministas. En seguida se piensa en lo que podían haber hecho un Édouard Jaguer, un José Pierre o un Arturo Schwarz. El alcance ya es nulo en el último de esos ensayos, donde, ya que, al considerarse que “el surrealismo revolucionario que defendían Breton y los suyos ha pasado a la historia”, se opta por estudiar la explotación que de él hacen los execrables artistas actuales, para relacionarla irrisoriamente con el “legado” de la artista. Cuánto mejor hubiera sido reproducir algunas de las buenas páginas que a Dorothea Tanning han dedicado Alain Jouffroy, Robert Lebel, Pieyre de Mandiargues, Gérard Durozoi o Jean-Christhope Bailly.


Irreprochable en cambio es el tomito que Vaso Roto ha hecho de los poemas de Dorothea Tanning, en edición bilingüe, con traducciones de la escritora Marta López Luaces. Aquí, nada de prefacios manipuladores o tontos, nada de discursos que palidecen al lado de los poemas, nada de vaciedades retóricas sobre la poesía. Solo, en edición impecable, que da gusto manejar, el encuentro con la poesía, no característicamente surrealista, pero sí muy peculiar, de Dorothea Tanning.


*

Ilustro esta noticia con los tres dibujos de Dorothea Tanning que acompañan la carta inédita de Sade a su abyecta esposa, aparecida en el Almanach surréaliste du demi-siècle.

miércoles, 5 de diciembre de 2018

Revistas

Es una obviedad afirmar que no puede conocerse bien el surrealismo sin acceder a sus revistas, que jalonan el movimiento desde sus orígenes hasta el presente.
Una exposición de revistas de vanguardia tiene lugar actualmente en la Fundação Cupertino de Miranda, Famalicão, en la que se lleva el surrealismo la parte del león. Se trata de una amplia muestra de la colección que ha ido elaborando Miguel Mesquita Guimarães, con 48 títulos y más de 200 documentos que comienzan en 1917 y llegan a la década de los 70, sin aventurarse más allá de esa fecha.
Un buen catálogo, titulado Colecionar inquietação, ofrece abundancia de reproducciones acompañadas de pequeñas descripciones, acertadas, de cada revista. Perfecto E. Cuadrado se encarga de la presentación, sigue un breve texto del coleccionista y por último hay un ensayo de Georges Sebbag en que este ha elegido como ejemplos destacados la pionera Littérature, La Révolution Surréaliste (justamente considerada “la revista surrealista por excelencia”) y L’Archibras, en que él mismo participó.
Entre las revistas surrealistas o en que colaboraron plenamente los surrealistas se encuentran, aparte las citadas, Le Surréalisme au service de la Révolution, Minotaure, Documents 34, Clé, La Main à Plume, View, VVV, Phases, Médium, La Brèche, Rixes, La Révolution la Nuit, Bief, Neon, L’Invention Collective, Le Ciel Bleu, Salamander, Helhesten, London Bulletin y Arsenal.
Otras, como Bizarre, son más eclécticas, y algunas más son ajenas o incluso, como la de Ivan Goll o la estalinista Le Surréalisme Révolutionnaire, contrarias al surrealismo. Se entiende perfectamente, ya que se trata de una colección que no se presenta como exclusivamente surrealista. La única que ni pincha ni corta es Cahiers Dada Surréalisme, publicación puramente académica (y, como tal, profusa en ataques a André Breton).
Este puede ser un paso importante hacia el establecimiento de un catálogo de revistas del surrealismo. Como es de esperar, no faltan las publicaciones portuguesas, en las que resultó siempre decisivo que las aceptara como surrealistas Mário Cesariny. Ello ya descarta de por sí todas las de José Augusto França, pero de nuevo estamos ante la opción personal del coleccionista.
A propósito de Cesariny, se sigue trabajando en la recopilación de todas aquellas hojillas bastante convulsivas que él publicaba desde los años 70. La mayoría de los noa-noas los he reproducido yo mismo en este blog y en uno de los tomos de Surrealismo: el oro del tiempo. Sigo en cambio sin conocer algunas de las del Bureau Surrealista, que aparecieron en torno a 1980. Pero he aquí reproducidas nada menos que seis, interesantísimas, en el más reciente catálogo de Miguel de Carvalho (y atención también a un magnífico pasquín anticlerical de Mário Henriqe Leiria):

Grupo Surrealista de Chicago


sábado, 1 de diciembre de 2018

Patrick Lepetit: “Beauté du funambule”


Patrick Lepetit acaba de publicar Beauté du funambule, que prosigue una trayectoria poética comenzada con Les tragédiennes (1978) y continuada con Triptyque des solitudes (1989), Rouge solaire (1997), Rituel d’une fascination (2007) y Déclaration d’incandescence (2015).
Edita Rafael de Surtis y en la portada ilustra Rik Lina con el muy apropiado The rope dancer (2015).
“Peindre le bruit du tonnerre / et la beauté noire de l’éclair, / caressante et froide”.

Zdena Tominová, Ghérasim Luca

Analogon acaba de publicar El camino del mar, libro de poemas de Zdena Tominová. Aunque más conocida por su disidencia política, Zdena Tominová se acercó en los años 60 al grupo en torno a Effenberger, y a esos años pertenecen estos poemas.

*

Noticia de Ghérasim Luca:

miércoles, 28 de noviembre de 2018

West Coast Surrealist Group

Ofrecemos hoy un magnífico documento sobre el grupo surrealista de la Costa Oeste canadiense. Lo ha elaborado Vladimir Kolosov en colaboración con la figura permanente del grupo, Gregg Simpson, e incluye muchas ilustraciones y el enlace con el cortometraje de fines de los 60 Life with Dada.


41, rue de Seine

Monique Sebbag y George Sebbag han hecho un estudio concienzudo, muy bien urdido y detallado, lleno de curiosidades y apuntes ignotos, de la aventura de una de las galerías parisinas claves del siglo XX. Galerie Mouradian. 41, rue de Seine. De Max Ernst à Merlier describe las vicisitudes de este “hogar artístico de vocación internacional”, que ha acabado convirtiéndose en “una bella figura de la historia de la pintura y de la leyenda de París”.
La Galería Mouradian fue el fruto de la asociación de Aram Mouradian, inglés de orígenes turcos, y el neerlandés Leonard Van Leer, dos interesantes personalidades enfocadas en profundidad a lo largo de este lujoso libro –en capa dura– de casi 300 páginas y con muchísimas ilustraciones impecablemente distribuidas en conexión con el texto.
De las cuatro historias principales que se entrelazan, o sea la biografía de Mouradian, su encuentro con Max Ernst, la trayectoria de aquel espacio artístico y el papel de las galerías a lo largo de todo ese período, la más interesante para el surrealismo es la segunda, ya que, en efecto, fue este lugar el que dio a conocer al joven artista, organizando en marzo de 1926 su primera exposición significativa, a la que seguirían otras. Al año siguiente, en octubre de 1927, Max Ernst expone en la efímera Galerie Surréaliste, y debe subrayarse la estrecha relación entre esta y la de Mouradian a lo largo del período 26-29.
Leonard y Rita Van Leer, ante la Galería 41, mayo de 1928
También en 1927, expondría allí Picabia, como en 1928 un primerizo Roland Penrose, y es allí donde se celebra en 1929 la exposición de Delbrouck y Delfize que llevó un soberbio texto de Breton, al que pertenece como conclusión la fórmula “No hay solución fuera del amor” y la petición de que se considere un cretino “a quien se niegue todavía, por ejemplo, a ver un caballo galopando sobre un tomate”, tan provocadora que en seguida recibió respuestas hostiles y burleteras. (Dicho al margen, es en este texto donde Breton ataca las correspondencias baudelerianas en nombre de la supresión del “como” que ha hecho el surrealismo y de los “valores oníricos” que con el surrealismo “se han impuesto definitivamente a los otros”; un Roland de Renéville criticará mucho después este rechazo, incluso considerando que el propio Breton lo había superado en su Arcane XVII).
Pero los ataques a la galería no procedieron solo del rechazo a la pintura chocante de Max Ernst o al surrealismo, ya que sufrió las iras nacionalistas muy de la época, que veían con galerías como la de Mouradian “el arte francés en peligro”.
La galería cierra en 1940 (Mouradian es detenido e internado como extranjero durante la Ocupación) y reabre en 1946, exponiendo nuevamente Max Ernst en el 56 y Dorothea Tanning en el 59 y el 62. Muchas otras exposiciones, ajenas al surrealismo, tienen lugar, y este estudio las va puntualmente comentando. En la conclusión, se habla también de la galería como punto privilegiado de encuentros inesperados, descollando el de Max Ernst y Raymond Roussel, quien, en la exposición de 1926, sin nunca revelársele, dialoga con él y le hace muchas preguntas, para acabar adquiriendo El ruiseñor chino; solo tras su marcha descubre Max Ernst con quién estaba hablando.
En fin, un libro para los que aún aman los libros bellos, que ofrece una lectura placentera e ilumina figuras dotadas de nobleza (nada que ver con tantos galeristas puramente mercachifles) y que cruza sus historias con la del surrealismo.

Jean-Claude Biraben

Jean-Claude Biraben, La panoplia del poeta, 1972

Falleció recientemente uno de los más vivaces creadores de objetos surrealistas, Jean-Claude Biraben. Volvemos a repasar con fruición siempre renovada las páginas de la monografía que le dedicó Jose Pierre en 1993, con muchísimas reproducciones a todo color de sus objetos, de una inventiva pasmosa.
Una exposición retrospectiva le dedicará próximamente la galería “Loin-de-l’oil”, de Gaillac (Tarn).

Jean-Claude Biraben, La batalla de San Romano, 1990

sábado, 24 de noviembre de 2018

Jean-Pierre Lassalle / Christian d’Orgeix

Ya tuvimos ocasión de anunciar la aparición de este precioso libro, nueva edición de Le Grand Tamanoir, en que se reúnen poemas de Jean-Pierre Lassalle con los que dialogan numerosos dibujos de Christian d’Orgeix. Se trata de uno de los más bellos poemarios con que nos hemos deparado en mucho tiempo.
Con diversas plaquettes de difícil obtención (por no decir imposible, ya que las primeras, de los años 60, ni siquiera se distribuyeron comercialmente), Jean-Pierre Lassalle vio en los años 1998-2001 publicados en Tolosa tres recopilaciones sobriamente presentadas que supusieron para mí, algún tiempo después, una verdadera revelación: La fuite écarlate, Poémes presques suivis de La grande climatérique y L’écart issolud suivi d’Agalmate, cuyos títulos ya nos sitúan en un lenguaje personalísimo, y es que Jean-Pierre Lassalle es un poeta exquisito, un inventor de palabras y de metáforas que tanto resulta inexplicable sin el surrealismo como arraiga fértilmente en la más exigente poesía simbolista –que por lo demás fue la que formó a un André Breton.
Ahora, Le Grand Patagon et autres poèmes reúne muchos de los poemas contenidos en esos libros junto a otros que Lassalle dio a la luz más recientemente en la revista Encres Vives (n. 448, noviembre de 2015) bajo el título de “Il convient” y a una tanda que yo desconocía (una serie de ocho poemas que van de “Opales” a “Handsart”).
Si este volumen de poemas lo enriquecen los espléndidos dibujos de Christian d’Orgeix, es preciso añadir que se ve redondeado por una introducción de siete páginas muy fina de Mikaël Lugan, quien profundiza en la aventura poética de este verdadero “geólogo de los espacios y los tiempos” (como tal, en su movilidad por unos y otros, Lassalle me hace pensar a veces en Juan Eduardo Cirlot, cuya poesía estaba tan llena de mitos, de símbolos, de claves esotéricas, de suntuosidades antiguas, de vértigos ubicuos), centrándose en su fascinación por las piedras, en sus imágenes minerales que proclaman “el poder del deseo y la luz de la pasión”, pudiendo verse sus poemas como “los resultados de un fenómeno de cristalización”.


*

Mikaël Lugan abre su ensayo sobre Jean-Pierre Lassalle citando un pasaje de su carta de 1959 a André Breton, que este le publicó en el n. 9 de Bief, ya que, al escribirle a Breton que soñaba con descubrir y realizar una poesía “feliz” y “pétrea”, Jean-Pierre Lassalle estaría en tan temprana fecha (pocas semanas antes se había incorporado, con 22 años, al grupo surrealista) expresando lo que sería su arte poética. Pero el pasaje merece conocerse completo, dada la crucial asociación entre la poesía y la naturaleza, y por ello voy a reproducir de Bief la carta, añadiendo como “bonus” su otra colaboración, interesantísima, “Teorías monetarias”, donde se evidencia el interés que Lassalle compartía con Breton hacia las monedas antiguas por su valor estrictamente poético, en irrisión de su valor de intercambio (Lassalle hasta habla de “destrucción del mito monetario”).



“Triplov”, Cesariny, Max Ernst

El número de invierno de Triplov interesa sobre todo por la presencia de John Welson y Zuca Sardan y por ofrecer íntegro el Jazz atabaque de Alfonso Peña, de que ya dimos noticia aquí:

*

Coincidiendo con los “Encuentros XII” de Mário Cesariny en Famalicão, se presentan hoy sábado dos publicaciones: el cuaderno 17 del Centro Português do Surrealismo, titulado Mário Cesariny y Joan Brossa: para la transformación poética del hombre (he aquí dos nombres que yo jamás asociaría) y la reedición de Gatos comunicantes, o sea de la correspondencia entre Cesariny y Vieira da Silva (una artista que Cesariny, algo o muy caprichosamente, veía incorporada al surrealismo).

*

Los frottages de Histoire naturelle (1926) son expuestos desde hace una semana en Cuenca, y han originado una publicación con el texto de Hans Arp que acompañaba a las imágenes ernstianas y un ensayo de Georges Sebbag:

“Cahiers Benjamin Péret”, n. 7

De nuevo los Cahiers Benjamin Péret presentan mucho material valioso para los interesados en el gran poeta y en el surrealismo en general.
Los “Dossiers” se dedican a La Main à Plume y a Guy Prévan. Richard Walter resume perfectamente la historia de La Main à Plume y Léa Nicolas-Teboul se centra en la relación con Péret, añadiéndose textos conocidos pero que conforman un buen conjunto. En cuanto a Prévan, que ha dedicado páginas espléndidas a Péret, se trata de un justo homenaje con varios de sus escritos (poemas incluidos), en la mayoría de los cuales se expone su personalidad tajantemente antifascista y antiestalinista.
En la sección de “Correspondencia” hay una simpática carta de Péret a René Gaffe y varias pidiéndole ayuda económica al millonario comunista Pablo Picasso. Muy curioso es el breve intercambio en 1954 entre un jovencísimo Guy Prévan y André Breton.
La sección de “Estudios” se abre con uno de Régis Gayraud sobre Péret y el editor Iliazd y prosigue con un trabajo magnífico de Gérard Durozoi (tal vez lo más sugestivo de este Cahier) sobre los jeroglíficos que ilustraban el Calendrier Tour du monde des inventions tolérables de Breton y Péret, inolvidable apartado del Almanach Surréaliste du démi-siècle. En tercer lugar, Raphaël Neuville, a partir de la figura de Adrien Dax lleva a cabo una disquisición sobre la sucesión de generaciones en el grupo en torno a André Breton.
Las habituales secciones de “Documentos”, “Potlatch” y “Actualidades” completan este número, como siempre bellamente diseñado e ilustrado.

sábado, 17 de noviembre de 2018

"Dreamdew", n. 15

Jacques Hérold,  Drosera I, 1961

El número 15 de Dreamdew prosigue con el ensayo de Georges Sebbag y ofrece la tercera y última parte de los sueños de Percy Goldthwait Stiles.
Recordemos que todos los números de Dreamdew están archivados y disponibles en Surrint.

*

La ilustración de esta nota (ya anteriormente reprodujimos Drosera II) me permite remitir a unas páginas exaltantes, maravillosas, de Jacques Hérold, que se publicaron en 2011, poco antes de que iniciáramos este espacio del surrealismo: se trata de los "fragmentos biográficos" de este gran artista-poeta, incluidos en el n. 2-3 de los Cahiers Robert Rius y que complementan a la perfección su más conocido Maltraité de peinture

sábado, 10 de noviembre de 2018

Ángel Zapata: “Luz de tormenta”

En 2006 publicaba Ángel Zapata el libro de relatos Las buenas intenciones y otros cuentos, al que siguió en 2006 La vida ausente, también de relatos. Materia oscura, que vio la luz en 2015 y que ya tuvimos ocasión de reseñar aquí, combinaba los cuentos con textos más breves de estructura poemática, forma que acaba por reinar en esta nueva entrega, Luz de tormenta.
Los cuentos de Ángel Zapata, de veras magníficos y cada vez más inmersos en la atmósfera surrealista, han recibido aclamación crítica, y lo que más deseamos es que esta sea una veta que el escritor no abandone.
Los breves textos de Luz de tormenta son verdaderas iluminaciones, pero esta es la luz rimbaldiana, cargada de tensión poética y de revuelta, no la luz “mística” de los tan parodiables poetas “puros”. Lejos, lo más lejos posible del ejercicio técnico del hacer literario, o de la escritura poética como mera reflexión yoica, Ángel Zapata no pacta con ninguna infamia, y su poesía de calidad visionaria y fuerza onírica esplende como un relámpago en la tormenta.
Estos cuatro libros han sido editados –muy bien editados– en la misma colección de Voces de Espuma, y como todos llevan en portada una bella y turbadora ilustración de Roberto Carrillo, constituyen en conjunto una lujosa, espléndida unidad.

José Ardillo: “Los primeros navegantes”

Hacia 1995 y repetidas veces, de paso para mis peregrinaciones portuguesas, o de vuelta de ellas (en una ocasión, pertrechado con una botella de oporto vintage), tuve la ocasión de encontrarme con los componentes del Grupo Surrealista de Madrid, con quienes incluso llegué a colaborar en sus diversas actividades.
Las relaciones fueron muy cordiales con Eugenio Castro, José Manuel Rojo, Lurdes Martínez y Javier Gálvez, que proseguirían muchos años en el grupo, mientras que con Conchi Benito, ya más distanciada del mismo, solo tuve un encuentro fugaz del que solo recuerdo su bella sonrisa.
Luego estaban Carlos Valle de Lobos y Toni Malagrida, que se alejarían pronto, pero con quienes hice muy buenas migas. El primero se trasladó a vivir creo que al País Vasco, y nos perdimos el rastro, pero lo recuerdo muy bien, tan lúcido como vehemente, y de gustos certeros. En cuanto a Malagrida, fue mi gran amistad del grupo. Tenía una excelente formación literaria y filosófica, no la que le habían dado los estudios universitarios, desde luego, sino la que se había forjado él mismo. Nos pasábamos lo que escribíamos e iniciamos una correspondencia muy fecunda que ha durado hasta el presente (y sin ninguna intervención del cacharro con que está esto escrito). Son dos textos suyos (y pocas veces alguien puede presumir de que se capte tan bien lo que uno ha hecho) los que “blindan” mi recopilación Mares y fábulas, para señalar que todo aquello no es “literatura”. Por mi parte, lector de muchos cuentos suyos que me parecían magníficos pero que no pasaban de su presentación en máquina de escribir, le publiqué algunos en un suplemento cultural de Tenerife. Luego, Malagrida dejó el grupo para dedicarse, desde posiciones inequívocamente libertarias, a la lucha antiindustrial, impulsando el boletín Los amigos de Ludd, que poseyó una extraordinaria calidad hasta que la demagogia de alguno de sus miembros lo mandara al garete.
Ahora, firmando como José Ardillo, Malagrida, que ya ha dado a la luz las novelas El salario del gigante, La repoblación y Buenos días, Sísifo (así como los muy interesantes ensayos Las ilusiones renovables y Ensayos sobre la libertad en un planeta frágil), me sorprende con la recuperación de los cuentos que formaban parte de la serie “Fascículos de la historia universal”. En estos relatos terribles, Malagrida se revela maestro del absurdo, citando como las fuentes de inspiración de algunos de ellos diferentes textos de Kafka (La muralla china), Hawthorne (El holocausto de la tierra), Borges (el brevísimo Del rigor en la ciencia) y Marcel Schwob (El terror final), aunque lo que emerge de la lectura del conjunto es una formidable originalidad, un mundo propio y un humor arrasador que le pertenece.
Otra tanda de cuentos suyos –quizás aun superiores a estos de Los primeros navegantes y otros fascículos de la historia universal– componen la recopilación El cumpleaños de Columela y otros relatos, que esperamos las Ediciones El Salmón tengan la feliz iniciativa de publicar como han hecho ahora con los de esta serie.

Alicia en el país del surrealismo

Lou Dubois, Mad is rose, 2014

Esta página acaba de surgir, dedicada a Alicia y el surrealismo:

viernes, 9 de noviembre de 2018

Cornucopia 2010-2016

Cornucopia, Birdland, 2010

Un interesante vídeo con los trabajos colectivos de Cornucopia (Gregg Simpson, John Welson, Rik Lina):

Exposiciones 1992-2007

Ludwig Zeller, Collage de aniversario, 1991

Seguimos añadiendo los documentos de exposiciones del surrealismo que nos facilita Rik Lina (participante en todas ellas), y que se caracterizan todas por la dimensión internacionalista y por su carácter nunca pretencioso y a veces casi “secreto”, aunque siempre rotundamente afirmativo. El material fotográfico que se añade a los catálogos permite en ocasiones encontrarnos con figuras entrañables del surrealismo ya desaparecidas.
Vamos esta vez del año 1992 al 2007, aunque con esta fecha nos acercamos quizás demasiado al momento presente.
La primera es la que tuvo lugar en Londres en1992, titulada “Brittle winds” y que contó con la participación de Conroy Maddox (quien aparece en una de las fotos), Leonora Carrington, Patrick Hughes, John Welson, Philip West, Tony Pusey y otros.
Tres se celebraron en Chile. “Los lugares maravillosos”, por el Atelier Cadavre Exquis, en Santiago (1995), con participación de Hendrik Beekman, Guy Girard, Jorge Leal Labrín, Jean-Pierre Paraggio, Tony Pusey, Philip West, Peter Wood y otros. “Coleópteros” también en Santiago (1999), con Jorge Leal Labrín, Philip West, Tony Pusey, Aldo Alcota, etc. Y “Ojo del infinito azul” en Valparaíso (2006) con Jorge Leal Labrín, Elizé Bleys y otros.
En 2005 tuvo lugar en Bélgica la titulada “Estrategias del placer”, con obras de Jean Benoît, Adrien Dax, Robert Lagarde, Marcel G. Lefranq, Milan Napravnik, Alain-Pierre Pillet, Jean Terrossian, Marianne Van Hirtum...
Por último tenemos un dossier dedicado a la exposición de Sonámbula, que tuvo como escenario, en 2007, la Fundación Eugenio Granell y que contó con obras entre otros de Álex Januário, Aldo Alcota, Miguel Ángel Huerta, Susana Wald, Enrique Lechuga, Jorge Kleiman, Alejandro Puga y Ludwig Zeller.

“Analogon”, n. 85


Analogon acaba de publicar su número 85, segundo del año presente. Tema central: "Cuerpo y materia".

jueves, 8 de noviembre de 2018

“El Ojo Tópico” indaga las ruinas


Acaba de publicarse el número segundo de El Ojo Tópico, “Pecios de una Atlántida cotidiana”, que animan Eugenio Castro, Marcos Isabel y Eloy Santos.
Si el primero se dedicaba a la estatua, este se ocupa de la ruina, entroncando pues con una de los grandes temas del romanticismo revolucionario.
Al juego de la estatua y el obrero se suma ahora el del deseo de la ruina.
Muy interesantes son estos dos números, que El Ojo Tópico nos permite amablemente ofrecer a los lectores de este espacio.

miércoles, 7 de noviembre de 2018

R. R. Green: “Legends of heresy”

Si hace cinco años reseñamos aquí Unscripted journeys, el libro viajero de R. R. Green, ahora saludamos la aparición de Legends of heresy, variopinta miscelánea enteramente libre de un espíritu que respira libertad por todos sus poros.
Legends of heresy está dedicado a Debra Taub, su compañera de tantos años y ella misma una figura notable del surrealismo.
Asistimos a un apasionante desfile de textos breves, ensayos, diatribas, esculturas, pinturas, dibujos, muebles, joyas, invenciones, todo con el sello del surrealismo.
El capítulo 2 es una feroz invectiva contra las religiones, que hubiera hecho las delicias de Benjamin Péret, como hace las mías, y el resto de los textos viene marcado por el humor, con prioridad para el sarcasmo de la insondable imbecilidad reinante.
Si Édouard Jaguer privilegiaba sobre las pinturas de Robert Green sus esculturas de madera, debe decirse que aquí se reproducen esculturas en infinidad de materiales, convirtiendo a Robert Green en un nombre indesplazable para cualquier visión que se quiera dar de la escultura surrealista –¡y aquí tenemos a uno que nunca hará esculturas para ayuntamientos! Del mismo modo, también se vale de muy diferentes piedras preciosas para sus invenciones joyísticas.
Los dibujos son de una gran frescura, con mucha gracia, derivando en muchos de ellos hacia el cómic y hacia la caricatura. Y discrepando amigablemente de mi inolvidable y siempre admirado amigo Édouard Jaguer, sus pinturas me parecen tan certeras como sus esculturas, aunque muy diferentes de inspiración.
Por último –Robert Green ha sido carpintero, y supongo que lo seguirá siendo–, sus muebles surrealistas son también un capítulo de otra zona del surrealismo, en este caso antologada hace ya algunas décadas por Emmanuel Guigon.
Cierra este dinámico volumen un capítulo sobre la Galería Bugs Bunny de los surrealistas de Chicago; el historiador no es otro que Ron Sakolsky.