sábado, 24 de noviembre de 2018

Jean-Pierre Lassalle / Christian d’Orgeix

Ya tuvimos ocasión de anunciar la aparición de este precioso libro, nueva edición de Le Grand Tamanoir, en que se reúnen poemas de Jean-Pierre Lassalle con los que dialogan numerosos dibujos de Christian d’Orgeix. Se trata de uno de los más bellos poemarios con que nos hemos deparado en mucho tiempo.
Con diversas plaquettes de difícil obtención (por no decir imposible, ya que las primeras, de los años 60, ni siquiera se distribuyeron comercialmente), Jean-Pierre Lassalle vio en los años 1998-2001 publicados en Tolosa tres recopilaciones sobriamente presentadas que supusieron para mí, algún tiempo después, una verdadera revelación: La fuite écarlate, Poémes presques suivis de La grande climatérique y L’écart issolud suivi d’Agalmate, cuyos títulos ya nos sitúan en un lenguaje personalísimo, y es que Jean-Pierre Lassalle es un poeta exquisito, un inventor de palabras y de metáforas que tanto resulta inexplicable sin el surrealismo como arraiga fértilmente en la más exigente poesía simbolista –que por lo demás fue la que formó a un André Breton.
Ahora, Le Grand Patagon et autres poèmes reúne muchos de los poemas contenidos en esos libros junto a otros que Lassalle dio a la luz más recientemente en la revista Encres Vives (n. 448, noviembre de 2015) bajo el título de “Il convient” y a una tanda que yo desconocía (una serie de ocho poemas que van de “Opales” a “Handsart”).
Si este volumen de poemas lo enriquecen los espléndidos dibujos de Christian d’Orgeix, es preciso añadir que se ve redondeado por una introducción de siete páginas muy fina de Mikaël Lugan, quien profundiza en la aventura poética de este verdadero “geólogo de los espacios y los tiempos” (como tal, en su movilidad por unos y otros, Lassalle me hace pensar a veces en Juan Eduardo Cirlot, cuya poesía estaba tan llena de mitos, de símbolos, de claves esotéricas, de suntuosidades antiguas, de vértigos ubicuos), centrándose en su fascinación por las piedras, en sus imágenes minerales que proclaman “el poder del deseo y la luz de la pasión”, pudiendo verse sus poemas como “los resultados de un fenómeno de cristalización”.


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Mikaël Lugan abre su ensayo sobre Jean-Pierre Lassalle citando un pasaje de su carta de 1959 a André Breton, que este le publicó en el n. 9 de Bief, ya que, al escribirle a Breton que soñaba con descubrir y realizar una poesía “feliz” y “pétrea”, Jean-Pierre Lassalle estaría en tan temprana fecha (pocas semanas antes se había incorporado, con 22 años, al grupo surrealista) expresando lo que sería su arte poética. Pero el pasaje merece conocerse completo, dada la crucial asociación entre la poesía y la naturaleza, y por ello voy a reproducir de Bief la carta, añadiendo como “bonus” su otra colaboración, interesantísima, “Teorías monetarias”, donde se evidencia el interés que Lassalle compartía con Breton hacia las monedas antiguas por su valor estrictamente poético, en irrisión de su valor de intercambio (Lassalle hasta habla de “destrucción del mito monetario”).