La flauta de Rousseau, c. 1980 |
miércoles, 18 de diciembre de 2024
Alan Glass (1932-2023)
domingo, 15 de diciembre de 2024
Rimbaud y el surrealismo (fin)
Comienza el milenio con Jorge Camacho traduciendo las "Vocales" para las Ediciones Ptyx, acompañado el cuaderno de un dibujo y el comentario de la traducción:
miércoles, 11 de diciembre de 2024
Rimbaud y el surrealismo (años 80 y 90)
Jean-Jacques Jack Dauben le pone a su exposición de 1989 un título que es un homenaje a Rimbaud, y Mário Cesariny lo celebra dedicándole su Noa-noa número 6:
En 1991, Alain Jouffroy publica su libro André Rimbaud et la liberté libre, al que seguirá en 2002 Rimbaud nouveau. A ese mismo año corresponde el libro de Daniel del Valle Itinerario para emboscar laberintos, con este poema:
De 1996 es el admirable libro de Raúl Henao El virrey de los espejos, visto por Mário Cesariny como un "homenaje cumbre" a la obra de Rimbaud; la cubierta era de Sergio Lima, y una de las prosas poéticas llevaba epígrafe de Rimbaud, perteneciente a la demoledora iluminación "Démocratie":
sábado, 7 de diciembre de 2024
Nuevo "Dreamdew"
Y ya se ha llegado al número 37. Prosigue y concluye el ensayo de Trost, y completa un sueño de Paalen.
miércoles, 4 de diciembre de 2024
Lou Dubois, en Venus d'Ailleurs
El título, Le flacon dort et les cornues, es el que corresponde al primero de los collages, afirmándose en su comentario que "la búsqueda de la alquimia de las palabras y de las imágenes embellece maravillosamente noches y días", porque, en efecto, el juego de alto riesgo con las palabras es uno de los motores que inspiran todo lo que Lou Dubois emprende y lleva a cabo.
Como es habitual también, menudean las figuras o guiños a figuras del surrealismo y sus "alentours": Breton, Ernst, Tanguy, Moholy Nagy (recordemos la presencia de sus fotomontajes en Les mystères de la chambre noire de Édouard Jaguer), Jean Ferry (El tigre mundano), Marcel Duchamp (tanto él mismo como sus rotorrelieves), Man Ray, Chirico, Dalí (en un "collage paranoico"), Toyen, Félix Labisse, Unica Zürn, etc.
domingo, 1 de diciembre de 2024
LRS, n. 1, 1 de diciembre de 1924
miércoles, 27 de noviembre de 2024
François-René Simon y André Breton
Figura muy fina y atractiva entre los surrealistas surgidos al final de la vida de André Breton, François-René Simon nos ofrece en este libro un retrato ameno, y hasta apasionante a veces, del surrealismo de los años 60 y décadas sucesivas, centrado, claro está, en sus avatares parisinos y franceses. Sin el afán polemizador de su aliado Alain Joubert, su perspectiva es, no obstante, igual de certera y lúcida, entretejiendo con aspectos biográficos la travesía que inicia tras su descubrimiento juvenil del surrealismo
Ese descubrimiento lo hace con la lectura de los Manifiestos (donde encontró "todo el oro del mundo"), de Nadja, de Lautréamont y de Derrière son double (acabado de reeditarse, del mismo modo que las obras anteriores recién salían en ediciones de bolsillo), más la visión de Un perro andaluz y, en casa de un amigo, el encuentro con una reproducción de Chirico (Torino printanière) y otra de Tanguy (la Multiplicación de los arcos, su último cuadro).
Acababa de salir el número 6 de La Brèche cuando le escribe a Breton, quien lo invita a visitarlo en su estudio, donde ve abrírseles del todo las puertas del "mundo ilimitado de la pintura", y a las reuniones del grupo, en el café La Promenade de Vénus. Estaba entonces preparándose la exposición L'Écart Absolu, que ya nos relata en detalle, como hace luego con el homenaje al sargento Bertrand, las noches cinéfilas del Ranelagh, la década de Cérisy dedicada al surrealismo, las estancias en Saint-Cirq-Lapopie (cuando aún no era un emporio turístico ni cultural), la gestación de los números de L'Archibras o la llamada "disolución" del grupo parisino.
Páginas suculentas son las dedicadas a pasar revista a los miembros del grupo con los que tuvo especial relación, en especial Philippe Audoin, Vincent Bounoure, Guy Cabanel, Jean Benoît, Jorge Camacho (que "dibujaba como respiraba"), Adrien Dax, Radovan Ivsic, Annie Le Brun, Mimi Parent, Roger Renaud, Robert Lagarde y Jean Terrosian, a lo que se añade un capítulo dedicado a los pintores, en el que, aparte nombres citados, habla de Le Maréchal, Der Kevorkian, Yves Laloy, Georges-Henri Morin o Guylaine. Muchas de estas semblanzas enriquecen nuestro conocimiento de esas figuras, y no digamos las de otras muy pocos conocidas o pasajeras, como en particular Claude Boussard.
Cette ortie folle... se redondea con unos veinte sueños protagonizados por André Breton, en un capítulo que lleva por título "Tarif de nuit".
*
sábado, 23 de noviembre de 2024
Los mundos desconocidos de Konrad Klapheck
El espíritu de la revuelta, 1964 |
Con más de un año de retraso, y a través del último boletín de Infosurr, me entero de la desaparición de Konrad Klapheck, uno de los más inventivos artistas del surrealismo desde los años 60. Y un tipo fabuloso.
A modo de sencillo homenaje, reproduzco la entrada de Caleidoscopio surrealista y presento un pdf que consta de los siguientes elementos, casi todos referidos en la entrada:
1. Ensayo de Breton que cierra Le surréalisme et la peinture.
2. Los dos artículos que le dedica en L'Abécédaire José Pierre.
3. De La Brèche, números 3, 6 y 7, el ensayo de Édouard Jaguer, dos ilustraciones y la respuesta a la encuesta sobre las representaciones eróticas.
4. Artículo de François-René Simon en el número 6 de Le Cerceau (1997-1998).
5. La caja de Her de Vries.
6. Una dedicatoria a Elisa Breton.
Konrad Klapheck (1935). No iba a conformarse el joven y rebelde Konrad Klapheck
con la dominante abstracción gestual, por lo cual optó por hacer, en 1955, “el
cuadro más rigurosamente opuesto al tachismo”: su primera máquina de escribir,
como provocación a la Academia de Bellas Artes de Düsseldorf. “Pero la máquina
se vengó de mi farsa exhibicionista. Sin que yo lo deseara, se convirtió en un
monstruo insólito, extraño y familiar al mismo tiempo, un retrato poco
halagador de mi propia persona. Yo había hecho un descubrimiento: con ayuda de
la máquina, podía extraer de mí mundos desconocidos. La máquina me obligaba a
confesar mis deseos más ocultos”. Klapheck realiza retratos analógicos de
teléfonos, máquinas de coser, motos, grifos, duchas, timbres, máscaras de gas,
etc., yendo más allá de su función utilitaria y no sin humor: “Mi trayectoria
tiene siempre algo de anárquico, de cómico. Mi tendencia es decir la verdad en
forma de broma. El humor es algo importante. Mis títulos están a menudo tan
desprovistos de seriedad que algunos se irritan. Sin embargo, la seriedad está
contenida en el contenido del cuadro. Los títulos se dan el aire de no ser
serios, pero, en mi pintura, yo soy siempre de una seriedad absoluta. Yo quiero
ser comprendido, pero a través de ese elemento cómico; tal es mi estilo. Es
también mi estilo de vida”. En 1956, Klapheck se establece en París, donde su
amigo Christian d’Orgeix le descubre las obras de Raymond Roussel y Marcel
Duchamp, tan próximos a sus voluptuosas máquinas celibatarias, y donde será
asiduo de las tertulias en À la Promenade de Vénus, participando tanto en las
actividades del grupo surrealista como en las del movimiento Phases. En 1957
publicó una serie de dibujos inspirados en Max Ernst. En 1960, José Pierre
escribe “Konrad Klapheck o los objetos acusadores”, fino texto incluido luego
en L’abécédaire (al igual que “El
sello de la interioridad”, del 68). En
1962, dos ilustraciones (Matriarcado
y La familia numerosa) acompañan en
el n. 3 de La Brèche un gran ensayo sobre
su “carnaval mecánico”, firmado por Édouard Jaguer (“Plan y desmontaje del
ordenador Klapheck o las miradas de Argus”), mientras que en el n. 6 son
reproducidas La Surfemme y La Sexbombe y en el 7 responde así a la
encuesta sobre las representaciones eróticas: “Me es difícil expresarme sobre
mis representaciones eróticas escribiendo, porque son mis cuadros los que
contienen todo lo que yo podría decir sobre el amor. En mí, pintura y amor se
encuentran en intercambio permanente. Si miro a mi mujer, pienso en las curvas
sensuales de las máquinas de coser que deseo dibujar y mis cuadros acabados me
dan revelaciones sobre el amor. Dos tendencias caracterizan mi vida íntima así
como mis actividades pictóricas, la limitación de mí mismo y la busca de la
perfección. En pintura, me limito al tema de la máquina, en el amor no hay más
que una sola mujer para mí, soy monógamo. El cambio ha de ser encontrado en la
metamorfosis y el disfraz de un solo objeto amado. Mi mujer, la única que amo,
debe ser virgen y seductora, dominadora o esclava, debe representar a todas las
mujeres, así como la máquina de coser debe representar a la mujer en el papel
de novia, madre o viuda. Por la repetición y por la renuncia al cambio es como
me parece posible la busca de la perfección, que es mi mayor debilidad y amenaza
el acto de amor con la sistematización y la mecanización. Pintor de máquinas,
yo mismo me he convertido en una máquina. La gota de aceite que esta máquina
necesita se llama inspiración. ¿Quién sino el amor sería más apto para
facilitarla?”. En 1963, un texto de Robert Benayoun acompaña el catálogo de su
exposición en la milanesa galería Schwarz, y en 1965 André Breton escribe un
texto sobre él que pondrá el broche a Le
surréalisme et la peinture. En el mismo año, el último número de La Brèche incluye una reproducción de su
pintura El espíritu de la revuelta.
En 1997 introduce la figura humana, con desnudos femeninos en interiores, inspirados en viejas fotos eróticas. Estas obras aparecen incorporadas a la excelente monografía publicada por los museos de Estrasburgo en 2005, con motivo de una exposición organizada por Emmanuel Guigon y que incluye muy finos textos de este y de Gérard Durozoi, así como un apasionante conjunto de escritos del artista, compuesto de una serie de notas para el catálogo de la galería Schwarz en 1968: “Los descendientes” (publicado en Phases, n. 8, 1963), “La máquina y yo” (1965), “Mis objetos” (1974), “Sobre mis dibujos” (1983), “Por qué pinto” (1985), “La supermadre” (1992) y la respuesta a la citada encuesta. Precisamente Arturo Schwarz le dedicó una importante monografía en 2002. En 1999, Her de Vries hizo la caja Petit monument pour Konrad K., cuya foto puede verse en Regardez attentivement, su segunda publicación de cajas y otros objetos (2013).
"El azar es el maestro de la inspiración".
Libertad, amor, 1964 |
miércoles, 20 de noviembre de 2024
Sobre la "poesía impersonal"
Las Ediciones La Grieta han recopilado las hojillas volantes de "La Página Blanca" sobre el fenómeno poético; inmejorable idea, resultando un volumen exquisito, de textos e imágenes fotográficas. Hubiera formado parte de la última entrega que dedicamos a Lautréamont y el surrealismo, ya que la principal inspiración, junto a la de Paul Nougé, es la de Isidore Ducasse (o Lautréamont A, como lo llamaba Agustín Espinosa).
Sobre esta publicación y las ediciones La Grieta puede consultarse su página, aunque por desgracia está restringida a quienes forman parte de la red social facebook.
Estas páginas independientes nos sitúan perfectamente:
domingo, 17 de noviembre de 2024
Dos libros sobre Duchamp
La bibliografía de Marcel Duchamp es inagotable e incesante, pero, al igual que su descendencia, con una mayoría inmensa de paja. Estas dos novedades son sugestivas y podrían tener interés, permitiendo los editores echarles una ojeada:
duchamp y rousselmiércoles, 13 de noviembre de 2024
Rimbaud y el surrealismo (años 70)
Entre 1968 y 1970, Mário Cesariny rinde homenaje a su amado Rimbaud con una serie de pinturas inspiradas en las Iluminaciones. Por desgracia, a pesar de todos los libros que se le han dedicado al poeta y artista portugués, no existe un catálogo razonado de sus obras, y yo solo he podido espigar cuatro títulos, el último solo en una reproducción en blanco y negro. Pero antes veamos O barco bêbado, de 1958, y del que tampoco tengo sino esta reproducción:
El primer cuadro dedicado a las Iluminaciones es Las voces instructivas exiliadas, frase con que comienza "Veinte años", tercer capítulo de "Juventud":