Recomendamos hoy la página de una
de las figuras más destacadas del grupo surrealista sueco. Se trata de Niklas
Nenzén, presente en Stora Saltet con dibujos, en Diabolik con
comics y en Lucifer con collages. Stora Saltet fue el magazín del
grupo entre 1995 y 1998. Diabolik, la primera revista cómic del
surrealismo. Lucifer la lanzaron en 1999 John Andersson y el propio
Niklas Nenzén, quienes formaron luego, junto a Joakim Hansén y Peter Bigestans,
la Coalición 4, que expuso en 2005 y 2006. En el primer número de Hydrolith encontramos
de Nenzén los dibujos de Our ladies of
sorrow –aquí tenemos el que
corresponde a Anesidora– y un muy
denso ensayo sobre el surrealismo y el gnosticismo.
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Como sigue en París la exposición
de Ody Saban, una artista de tan rico imaginario, he aquí otra de las pinturas
que aparecen en ella, titulada Hace sol a pesar de nuestros muertos
(2013), acrílico con fotos retocadas sobre el lienzo:
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He aquí el soberbio Retrato
encontrado del Marqués de Sade, que tenemos gracias a Sasha Vlad. Por los
mismos días que yo lo descubría (al consultar los discos compactos de los
festivales surrealistas de Londres), Dan Stanciu, en el acuse de recepción de
mi libro de fotos Disparos del archibrazo, me resaltaba una de ellas, al
verla como otro “retrato” del divino marqués, petrificado en el granito de los
caminos de la lusitana Serra da Estrela.
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São Paulo, que acabamos de
nombrar como bastión del surrealismo allá por 1969, lo sigue siendo
actualmente, con la presencia constante de Sergio Lima, pero también con la del
grupo deCollage. Alex Januário es el autor de esta nadjiana caja que no puede
ser hermética, y Marcus Salgado ha sorprendido el momento en que “El león
totalquímico devora el sol”.
En Tolosa, prosigue la labor incansable de Jean-Pierre Paraggio, con sus invenciones plásticas, sus ediciones, el boletín l’impromptu y la hoja Soapbox. Este es un bello dibujo de 1996:
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De París me llega este collage
con la presencia de uno de nuestros maestros. Lou Dubois, con su inventiva
inagotable, nos hace aquí ver doble, porque, en efecto, “hay que estar siempre
ebrios: esa es la única cuestión”.
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Las flamantes Éditions Prairial
acaban de reeditar por primera vez uno de los libros claves de Robert
Gilbert-Lecomte, La vie l’amour la mort le vide et le vent, celebrado
cuando apareció, en 1933, por Antonin Artaud. También, La belle France,
de Georges Darien, maestro de la Revuelta. Imposible un mejor comienzo
editorial.
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En el Jeu de Paume, hasta el 21
de septiembre, se celebra la exposición de Kati Horna que hace unos meses tuvo
lugar en México. Esperemos tener mejor suerte con el catálogo, ya que en su
momento me fue imposible conseguirlo, tras el típico “ya le avisaremos”.