miércoles, 24 de febrero de 2021

Poemas dramáticos y pictopoemas de Mário Cesariny

Al mismo tiempo han aparecido dos publicaciones muy notables de Mário Cesariny. De Uma última pergunta, colección de entrevistas, me ocuparé otro día. La otra es un nuevo tomo de sus obras en Assírio & Alvim, que recoge sus poemas dramáticos y sus pictopoemas.
Ha estado a cargo de la edición y hace el prefacio Perfecto E. Cuadrado, que fue quizás quien mejor conoció a Cesariny en sus últimos años y que ya le ha dedicado páginas consistentes, de referencia.
Casi todos los textos son conocidos, pero hay alguna excepción, como un inacabado proyecto de teatro radiofónico. En Primavera autónoma das estradas habían aparecido el divertido “Consultório do Dr. Pena e do Dr. Pluma” y el breve, pero fulgurante, “Projecto de rebelião”. Las piezas más celebradas son Um auto para Jerusalém y Titánia. El “auto” (guiño al teatro popular de Gil Vicente) lo publicó en 1946 sin pasar la censura y pronto se lo retiraron; se hizo una representación en 2002, que mucho le desagradó. Titânia (una de sus obras favoritas) apareció en 1977 junto a A cidade queimada. Ese libro me lo compré yo en Lisboa durante la navidad de 1979, y tanto me gustó que le propuse a Cesariny traducirlo, pero no parecía satisfecho con “A cidade queimada”, que yo consideraba (y considero) una obra espléndida. Años después me propuso que yo tradujera no sé ya cuál poema suyo, para dedicármelo, y entonces fui yo el que no dio seguimiento a la propuesta. Todo eso anda por ahí en nuestra anárquica correspondencia.
En cuanto a los pictopoemas, es un acierto pleno haber reunido todas las imágenes que responden a tal designación y que andaban dispersas por varias publicaciones.
Este es otro mojón importante en la bibliografía del incandescente poeta lusitano.